Las drogas psicodélicas activan las mismas áreas del cerebro que los sueños

Una investigación del Imperial College de Londres establece las bases biofísicas del efecto de estas sustancias
Las drogas psicodélicas pueden alterar profundamente la manera en que se experimenta el mundo, pero poco se sabe acerca de lo que sucede físicamente en el cerebro cuando se consumen. Una nueva investigación, realizada por científicos del Imperial College de Londres sobre la psilocibina ha arrojado luz sobre los procesos que estas sustancias desencadenan en el cerebro. Por Yaiza Martínez.
Hongos que poseen psilocibina. Imagen: D.C.Atty. Fuente: Flickr.

Hongos que poseen psilocibina. Imagen: D.C.Atty. Fuente: Flickr.
Las drogas psicodélicas -como el LSD o las setas alucinógenas- pueden alterar profundamente la manera en que se experimenta el mundo, pero poco se sabe acerca de lo que sucede físicamente en el cerebro cuando se consumen.

Una nueva investigación realizada por científicos del Imperial College de Londres ha examinado los efectos cerebrales de una sustancia química psicodélica concreta que se encuentra en hongos, y que es conocida como psilocibina. Los hongos que poseen psilocibina son usados tanto recreacionalmente como tradicionalmente con propósitos espirituales, con una historia que abarca milenios.

El análisis se hizo mediante escáneres cerebrales (de imágenes de resonancia magnética funcional o fMRI) realizados a 15 voluntarios que habían sido inyectados con la droga o con un placebo, para comparar.

Resultados obtenidos

Reveló que, bajo los efectos de la psilocibina, aumentaba la actividad en la red más primitiva del cerebro, que está vinculada al pensamiento emocional.

Esta activación pronunciada implicó a varias regiones de dicha red al mismo tiempo, como el hipocampo (asociado a la memoria y la emoción) o la corteza cingulada anterior (relacionada con los estados de excitación).

Resulta que este patrón de actividad es similar al observado en personas que están soñando, informa el Imperial College de Londres en un comunicado.

Por otra parte, en los voluntarios sometidos al estudio se detectó una actividad más inconexa y descoordinada en la red cerebral vinculada al pensamiento avanzado, que hace posible, por ejemplo, que tengamos autoconciencia.

Cerebro y entropía

Los investigadores estudiaron, además, la actividad neuronal de los participantes aplicando una medida conocida como entropía. El concepto, originalmente desarrollado por los físicos para cuantificar la pérdida de energía de los sistemas mecánicos, también puede usarse para medir la tasa de aleatoriedad de cualquier sistema.

Este último análisis puso de manifiesto un notable incremento de la entropía en la red cerebral más primitiva, tras el consumo de psilocibina. Este incremento implicaría, según los científicos, que esta droga puede aumentar el número de patrones de actividad neuronal posibles.

Es decir, que los voluntarios que habían consumido esta sustancia pasaron a tener a su disposición una gama mucho más amplia de estados cerebrales posibles. Esto podría explicar la sensación de ‘expansión de la mente’ a menudo informada por consumidores de sustancias psicodélicas, desde la perspectiva biofísica.


Actividad cerebral bajo el efecto de la psilocibina, con una reducción (en azul) de la actividad en las regiones cerebrales evolutivamente avanzadas, y una reducción (en naranja) en los centros de memoria y emoción. Fuente: Imperial College de Londres.

Actividad cerebral bajo el efecto de la psilocibina, con una reducción (en azul) de la actividad en las regiones cerebrales evolutivamente avanzadas, y una reducción (en naranja) en los centros de memoria y emoción. Fuente: Imperial College de Londres.
Perturbar el sistema para comprenderlo

«Lo que hemos hecho en esta investigación es comenzar a identificar la base biológica de la expansión de la mente que se achaca a las drogas psicodélicas,» explica uno de los autores de el estudio, el Dr. Robin Carhart-Harris, del Departamento de Medicina del Imperial College London.

«Me fascinó ver similitudes entre el patrón de actividad cerebral bajo el efecto de una droga psicodélica y el patrón de actividad cerebral durante el sueño, sobre todo porque ambas condiciones implican a las áreas primitivas del cerebro, relacionadas con las emociones y la memoria”.

El autor principal de la investigación, Enzo Tagliazucchi, de la Universidad Goethe, de Alemania, explica por su parte que: «Una buena manera de entender cómo funciona el cerebro es perturbar su sistema de una manera notable y novedosa. Las drogas psicodélicas son potentes herramientas de exploración cerebral, porque alteran la conciencia profundamente. Es la primera vez que hemos utilizado estos métodos para analizar el cerebro, y nos han dado una idea fascinante sobre cómo las drogas psicodélicas expanden la mente y la percepción».

Éxtasis, pilocibina, y potenciales aplicaciones médicas

En un estudio previo del Imperial College de Londres, en el que también participó Robin Carhart-Harris, se analizaron los efectos en el cerebro de otra sustancia, una droga de síntesis llamada Éxtasis (MDMA).

Este otro análisis, también realizado con imágenes resonancia magnética funcional (fMRI), constató que el MDMA reduce la actividad del sistema límbico –un conjunto de estructuras implicadas en la respuesta emocional-; así como la comunicación entre el lóbulo temporal medial y la corteza prefrontal media, implicada en el control emocional.

Como ambos efectos son opuestos a los patrones registrados en pacientes que padecen ansiedad, los científicos señalaron entonces que esta droga podría utilizarse para tratar este trastorno anímico.

También han sugerido ahora propiedades terapéuticas de la psilocibina. En concreto, piensan que esta sustancia podría usarse como tratamiento de los síntomas de la depresión, ya que, según los investigadores, ayudaría a los pacientes a cambiar patrones pesimistas muy rígidos de pensamiento, merced a la apertura de mente que promueve.


http://www.tendencias21.net/Las-drogas-psicodelicas-activan-las-mismas-areas-del-cerebro-que-los-suenos_a35293.html

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