vania Jesuitas

                                                                    Sello de la Compañía de Jesús

                                  El fundador de la Compañía de Jesús fue Ignacio de Loyola.

Introducción

La orden de los jesuitas, con casi 500 años de operaciones geopolíticas a sus espaldas, es una organización exclusivamente masculina que está estructurada como una orden militar secreta ya que exige juramentos secretos a sus miembros y una completa obediencia al superior directo de cada uno, que es en última instancia, el Superior General (a menudo apodado como el Papa Negro, desde que viste de negro y “está a la sombra” del Papa).

La “Compañía de Jesús” – como se conoce oficialmente – fue utilizada originalmente por el Vaticano para luchar contra los diversos movimientos reformistas en Europa, por lo cual, el Vaticano perdido mucho de su poder político y religioso. Su objetivo principal siempre ha sido mantener al Vaticano mediante la regla del Poder temporal.

El Papa Joseph Ratzinger con el Superior General Jesuita Adolfo Nicolás. Se observa al Papa Blanco sobre el piso negro y al Papa Negro sobre el piso blanco en un alicatado masónico del Vaticano, Más Información: Piso ajedrezado. El Papa Joseph Ratzinger con el Superior General Jesuita Adolfo Nicolás. Se observa al Papa Blanco sobre el piso negro y al Papa Negro sobre el piso blanco en un alicatado masónico del Vaticano, Más Información: Piso ajedrezado.

La Orden Jesuita está desde 1814 (véase: Historia de una opresión) en completo control de la institución del Vaticano (clero católico y su jerarquía) y también controla actualmente otras organizaciones, junto con la Orden Militar de Malta:

Naciones Unidas
OTAN
Comisión Europea (rama ejecutiva de la Unión Europea)
Consejo de Relaciones Exteriores (Council on Foreign Relations)
Varios bancos centrales
Grandes corporaciones
Servicios secretos
Numerosas sociedades y cultos como la Francmasonería y el Opus Dei.

El Vaticano es un estado soberano que posee:

solteros católicos con la ciudadanía y la formación militar suiza.

Los jesuitas, el clero católico y la Orden Militar de Malta (así como otras de las muchas órdenes militares Reales o Papales) tienen una cultura patriarcal extrema. Este tipo de estructura social rígida es uno de los principales aspectos de los grupos fascistas.

Los jesuitas no tienen mujeres. No tienen el amor de una mujer. Porque para tener una esposa, para tener una mujer, deberían tener lealtad a su esposa y familia, y no podrían obedecer al General Superior. Esta es la razón por la que nunca se casarán y esta es una de las grandes claves de su éxito. – Eric Jon Phelps
(Ex-jesuita) Charles J. O’Byrne, que se describe como “abiertamente gay” opina que el 70% de los sacerdotes de su grupo son gays. [2]
La Conferencia de Obispos Católicos estadounidenses encargó un estudio que desveló que el cuatro por ciento de todos los sacerdotes que habían servido en los EE.UU. de 1950 a 2002 se enfrentan algún tipo de acusación sexual. [3]
Es bien sabido que algunos obispos y sacerdotes de EE.UU. son transferidos a otras parroquias o diócesis después de ser acusados por pedofilia. Pero a menudo los sacerdotes acusados son trasladados a otros países por la jerarquía eclesiástica, donde siguen trabajando con niños y además consiguen evadir el proceso judicial o la extradición. Esto es precisamente lo que provoca la actual crisis de credibilidad de la Iglesia católica en los Estados Unidos. [4]
Vídeo Abusos sexuales y el Vaticano. (39m)

Hoy en día, la Orden Jesuita tiene unos 19,000 miembros. De los que aproximadamente 13.500 miembros son sacerdotes, algunos de los cuales han jurado el 4º voto secreto jesuita en el que matar a un “hereje” no se considera un delito. Las filas jesuitas están menguando: de los 36.000 miembros en el cenit de la orden a mediados de los años 1960, a los 26.000 de 1983 y 23.000 en 1995 [5][6] La Orden de los Caballeros de Malta tiene cerca de 12.500 miembros (excluyendo voluntarios) y el Opus Dei tiene unos 26,000 miembros célibes (excluyendo voluntarios). Hay cientos de Grandes Logias Masónicas y miles de las llamadas “logias masónicas regulares” por todo el mundo [7]. Estas logias tienen probablemente varias decenas de miles de miembros de alto nivel. Los altos niveles de la masonería han participado en la subversión y el crimen organizado en muchas ocasiones a través de la historia. Hay otras organizaciones discretas similares, como los RosacrucesRotary Clubs, etc. Las cruzadas jesuitas-masónicas del Vaticano, hasta nuestro presente muestran su doctrina criminal de “dominio del espectro completo” que llevan a cabo en todo el mundo mediante:

Historia

Alberto Rivera nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1935 y murió en Broken Arrow, Oklahoma en 1997. Fue un cura Jesuita, criado desde los 7 años con ellos y vivió como tal hasta que en 1965, en una congregación de líderes protestantes y católicos en Guatemala, ante 50.000 personas expuso su triste realidad.

Alberto Rivera nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1935 y murió en Broken Arrow, Oklahoma en 1997. Fue un cura Jesuita, criado desde los 7 años con ellos y vivió como tal hasta que en 1965, en una congregación de líderes protestantes y católicos en Guatemala, ante 50.000 personas expuso su triste realidad.

Ignacio de Loyola, nació en 1491, en el castillo de Loyolas, en el País Vasco, España. Siendo un sacerdote de Roma, en el año 1534 creó una organización discreta para controlar las mentes de los líderes Europeos por medio de hipnosis, brujería, hechicería y control mental. Loyola se comunicaba con el reino espiritual para “iluminar” su mente por lo que fue arrestado por los monjes Dominicos, quienes estaban al cargo de la Inquisición Española pero liberado por los inquisidores a pesar de sus extrañas actividades. Loyola conseguía “la iluminación” por medio de meditación sistemática, oración, contemplación, visualización y éxtasis. Utilizaba la filosofía, metafísica, lógica, psicoanálisis, psicología, hipnosis, telepatía, parapsicología (hechicería científica), psiquiatría y psicoterapia. Cuando llegó al poder del Vaticano, puso su organización ocultista bajo la cobertura de la institución Católica Romana. De está manera, los Illuminati se convirtieron en la rama más importante de la orden de los Jesuitas. Loyola sabía que eventualmente los Jesuitas Illuminati serían capaces de controlar la economía del mundo, la banca internacional, fuerzas militares, todas las ramas de la hechicería y las religiones, poniendo a la humanidad de rodillas para servir al Papa. Véase: Alberto Rivera En 1539, Ignacio de Loyola fue ante el papa Pablo III y presentó un concepto para una nueva orden de sacerdotes, llamada la Sociedad de Jesús cuyo propósito era el de servir a “Su Santidad”, al Papa le gustó idea y la aprobó el 27 de Septiembre de 1540, Loyola se convirtió en el primer Superior General Jesuita y fue declarado intocable. A través de la historia del cristianismo, el protestantismo fue amenazado por formidables enemigos. Cuando pasaron los primeros triunfos de la Reforma, Roma convocó nuevas fuerzas y surgió la Orden de los Jesuitas, la más cruel, inescrupulosa y poderosa de todos los campeones del papismo. Cortados de lazos terrenales e intereses humanos, muertos a afirmación de afecto natural, razón y conciencia totalmente silenciados, ellos no conocían regla, ningunos lazos, sino aquellos de su orden, y ningún deber sino el de extender su poder. El evangelio de Cristo había permitido a sus adherentes conocer el peligro y soportar sufrimiento, sin dejarse desanimar por el frío, hambre, duro trabajo, y pobreza; para levantar la bandera de su verdad en el rostro del potro de tortura, la mazmorra, y la estaca. Para combatir estas fuerzas, el jesuitismo inspiró a sus seguidores con un fanatismo que los permitió soportar estos peligros, y oponer al poder de la verdad todas las armas de decepción. No había crimen demasiado grande para ellos cometer, ninguna decepción muy básica para ellos practicar, ningún disfraz muy difícil para ellos asumir. Juramentados a pobreza perpetua y humildad, era su meta estudiada obtener riqueza y poder, para ser leales a derrocar el Protestantismo, y el restablecimiento de la supremacía papal. Cuando se muestran como miembros de su orden, ellos usan un velo de santidad, visitando prisioneros y hospitales, ministrando a los enfermos y a los pobres, profesando haber renunciado al mundo, y llevando el sagrado nombre de Jesús, quien iba por todos sitios haciendo el bien. Pero debajo de este inocente exterior los propósitos más criminales y mortales estaban a menudo ocultos. Es un principio fundamental de la orden que el fin justifica los medios. Por este código de conducta, la mentira, robo, perjurio, asesinato, no eran solamente perdonables sino encomiables, cuando ellos servían los intereses de la iglesia. Bajo varios disfraces los Jesuitas se abrían el camino hacia oficinas de estado, subiendo los peldaños hasta llegar a ser consejeros de reyes, y moldear las políticas de las naciones. Ellos se convertían en sirvientes para espiar a sus amos. Establecieron universidades para los hijos de príncipes y nobles; y colegios para la gente común; y los hijos de padres Protestantes era atraídos a la observancia de ritos papistas. Toda la pompa y despliegue de gala exterior de la adoración papista era traído para confundir la mente y deslumbrar y cautivar la imaginación, y así la libertad por la cual los padres habían sangrado y duramente trabajado era traicionada por los hijos. Los Jesuitas rápidamente se difundieron por toda Europa, y donde quiera que fueran, allí seguía el renacimiento por el papismo. [E.G. White, The Great Controversy (La gran Controversia), págs. 234, 235 Pacific Press Assn., 1911]. El 21 de Julio, 1773, el Papa Clemente XIV “para siempre anuló y extinguió la Orden Jesuita”. Francia, España y Portugal independientemente habían llegado a comprender que los Jesuitas se estaban entrometiendo en los asuntos de estado y por tanto eran enemigos del gobierno. La reacción del papa fue en respuesta a la presión aplicada por las monarquías. El rey José de Portugal firmó un decreto por el cual los jesuitas fueron denunciados como traidores, rebeldes y enemigos del reino. Clemente XIV murió envenenado en Roma el 22 de setiembre de 1774 y está sepultado en la Patriarcal Basílica Vaticana, en un mausoleo obra de Antonio Canova. Fernando Garrido Pobres Jesuitas y [8] Pero no fueron realmente eliminados y cincuenta años más tarde, Pío VII, en Agosto de 1814, restituyó a los Jesuitas a sus anteriores derechos y privilegios. Lo hizo simultáneamente con los últimos coletazos del Congreso de Viena y la formación de la Santa Alianza (1815) para resistir la luz de libertad democrática creciente en Europa. El Congreso de Viena fue una conspiración contra los Gobiernos Populares en la cual “las altas partes contratantes” anunciaron al cerrar la sesión que habían formado “una alianza santa”. Este fue el velo que usaron para engañar a los pueblos. El negocio en particular del Congreso de Verona, fue la ratificación del Artículo Seis del Congreso de Viena, cual fue en breve, una promesa para pervertir o destruir Gobiernos Populares dondequiera que se encontraran y restablecer la monarquía donde había sido depuesta. Las altas partes contratantes de este compacto, cuales fueron Rusia, Prusia, Austria y el Papa Pío VII, rey de los Estados Pontificios, acordaron un pacto secreto para hacerlo. [Bruce McCarty. The Suppressed Truth About the Assasination of Abraham Lincoln (La Verdad Suprimida Acerca del asesinato de Abraham Lincoln), Arya Varta Publishing. 1924, P. 7].

El Congreso de Viena finalizó el 9 de junio de 1815
La Santa Alianza se firmó el 26 de septiembre de 1815

Los soberanos de la “Santa Alianza” habían aglutinado grandes ejércitos y pronto entraron en una promesa solemne para dedicarlos a la represión de todos los levantamientos de los pueblos a favor de gobiernos libres; y el papa Pío VII decidió dedicar a los Jesuitas, apoyados por su poder político, al logro de ese fin. El sabía lo fielmente que ellos se iban a aplicar a ese trabajo, y así los aconsejó, en su decreto de restauración, a estrictamente observar los “asesoramientos útiles y saludables consejos” por los cuales Loyola había hecho absolución la piedra angular de la sociedad. [R.W. Thompson, The Footprints of the Jesuits (Las Huellas de los Jesuitas), Hunt & Eaton, 1894, pág. 251]. El Ex-Presidente de Estados Unidos John Adams le escribió a su sucesor, Thomas Jefferson; “A mí no me gusta la reaparición de los Jesuitas, si alguna vez hubo un cuerpo de hombres que merecen condenación eterna sobre la tierra… es la Sociedad…” Jefferson respondió: “Como tú, yo desapruebo la restitución de los Jesuitas, porque significa un paso atrás de la luz a las tinieblas”. La revista U.S News and World Report expuso que los Jesuitas ciertamente se entrometen en los asuntos de las naciones. El artículo expuso: “Los Jesuitas han jugado un papel importante en la revolución Sandinista de Nicaragua. Algunos Jesuitas se han unido al Partido Comunista. Un cura en El Salvador ha afirmado que su orden está trabajando para el ascenso del Marxismo y revolución, no para Dios. Los Jesuitas se han unido a movimientos de izquierda en América Central y las Filipinas y han defendido una fusión del Marxismo y el catolicismo Romano en lo que es llamadoteología de liberación“.

Willian Cooper fue asesinado en su hogar el 5 de Noviembre de 2001 después de predecir con antelación los ataques de New York (6 de junio de 2001) en su programa de radio en el que dijo que culparían falsamente a Al Qaeda Vídeo homenaje a Willian cooper. (5m) Inglés. Es un fragmento (Ver 1h:11m) de la película Esoteric Agenda. (2h:06m Castellano). Más Vídeos.

Willian Cooper fue asesinado en su hogar el 5 de Noviembre de 2001 después de predecir con antelación los ataques de New York (6 de junio de 2001) en su programa de radio en el que dijo que culparían falsamente a Al Qaeda Vídeo homenaje a Willian cooper. (5m) Inglés. Es un fragmento (Ver 1h:11m) de la película Esoteric Agenda. (2h:06m Castellano). Más Vídeos.

Cuando los Estados Unidos emplearon las formas más sucias de política de despoblación de Kissinger en América Central, fueron los Jesuitas los que organizaron y aguijonearon al pueblo para entrar en guerra civil. Donde quiera que los Jesuitas vayan, la revolución sigue inmediatamente.

Yo siempre me entristezco cuando veo gente que está siendo dañada, pero de acuerdo a mi investigación, los curas jesuitas asesinados en América Central probablemente lo merecían. William CooperBehold the Pale Horse (He Aquí el Caballo Pálido). 1991.

Los Jesuitas funcionan como la policía secreta mundial del papado y van hasta el extremo para mantener las obras de su Compañía de Jesús ocultas. Nunca dicen a nadie que son Jesuitas. De cara al público son como cualquier otro, pero…

Los jesuitas no son meramente curas, o del credo religioso: son mercaderes, abogados, editores, hombres de cualquier profesión, sin tener ninguna insignia exterior por la cual puedan ser reconocidos. Pueden asumir cualquier carácter, aquel de ángeles de luz o ministros de las tinieblas, para cumplir su única gran meta. Son hombres educados, preparados y juramentados para comenzar en cualquier momento y en cualquier dirección, y para cualquier servicio, comandados por el General de su orden, atados a ninguna familia, comunidad o país, por los vínculos ordinarios que atan a cualquier hombre, y vendidos de por vida a la causa del Papado Romano. [J.Wayne Laures, The Crisis in America; 1855, págs. 265-267].

El Vaticano condenó La Declaración de Independencia de Estados Unidos de América como malvada y llamó a la Constitución de Estados Unidos un Documento satánico.” [Avro Manhattan, The Dollar and the Vatican, Ozark Book Publishers, 1988, pág. 26.]

En una carta de John Adams al Presidente de los Estados Unidos Thomas Jefferson, acerca de los Jesuitas, leemos:

¿No tendremos enjambres regulares de ellos aquí, en tantos disfraces como sólo un rey de los gitanos puede asumir, vestidos de pintores, editores, escritores y rectores académicos? Si alguna vez hubo un cuerpo de hombres que merecían maldición eterna en la tierra y el infierno son estos de la Sociedad de Loyola). [George Reimer, The New Jesuits, Little, Brown, and Co., 1871, pág. 14].

Documentos

Juramento Jesuita

Según la Enciclopedia Católica, lo que viene a continuación es una fabricación de Robert Ware que apareció en la Librería del Congreso de los EE. UU. Para el Instituto Europeo de Estudios Protestantes es una triste realidad:

Yo______________, ahora en la presencia del Dios Supremo, la santísima Virgen Maria, los santos Juan Bautista, los santos apóstoles, San Pedro y San Pablo, y todos los santos, padre sagrado del Cielo, y de ti, mi Padre Espiritual, el general superior de la Sociedad de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, en el pontificado de Pablo III, y que continúa hasta el presente, salido del vientre de la Virgen, la matriz de Dios, y la vara de Jesús Cristo, declaro y juro que su Altísima, El Papa, es el Viceregente de Cristo y que es el auténtico y único jefe de la Iglesia Católica Universal en la Tierra, y que, en virtud de los poderes vinculantes dados a Su Santidad por mi Salvador, Jesucristo, que tiene el poder de deponer a Reyes, Príncipes, Estados, Comunidades de Estados, Gobiernos y pueden ser destruidos con seguridad. Por lo tanto, hasta el límite de mi poder defenderé esta doctrina y al derecho y costumbre de su Santidad contra todos los usurpadores de autoridad herética o protestante, especialmente la Iglesia Luterana de Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega y la ahora pretendida autoridad de Inglaterra y Escocia y las ramas de la misma ahora establecidas en Irlanda y en el continente de América y demás lugares e iglesias heréticas que se oponen a la Iglesia sagrada Materna de Roma. Denuncio y desconozco cualquier lealtad debida a cualquier rey hereje, príncipe o Estado, que sea protestante o liberal, u obediencia a ninguna ley, magistrado u oficial.Declaro execrables a las Iglesias de Inglaterra y Escocia de los Calvinistas, Hugonotes, y otros de nombre protestantes o masones, y sus mismos serán execrables sino abandonan las mismas. Declaro por lo tanto que ayudaré, aconsejaré, asistiré a todos o a algunos de los agentes de su Santidad, en cualquier lugar donde pueda encontrarme, en Suiza, Alemania, Holanda, Irlanda o América o cualquier otro reino o territorio al que pueda ir, y haré todo lo que pueda para extirpar las doctrinas heréticas protestantes o masónicas y para destruir todos sus pretendidos poderes, legales o de cualquier tipo. Prometo y declaro, no obstante, que estoy comprometido con la tarea de deshacerme de toda religión que sea herética para la propagación de los intereses de la Iglesia Madre; a mantener en secreto y en privado la identidad de todos sus agentes porque ellos me lo han confiado, y a no divulgar directa o indirectamente, en palabra, por escrito o circunstancia ninguna, y a ejecutar todo cuanto sea propuesto o dado a mi cargo, o descubierto a mi por el Padre Espiritual, o cualquiera de esta sagrado orden. Prometo y declaro que no daré opinión o saldrá de mi voluntad reserva mental alguna, incluso como cadáver (perinde ac cadáver) peor obedeceré sin dudarlo cada orden que reciba de mis superiores en la milicia del Papa de Jesucristo. Que iré a cualquier parte del mundo a la que pueda ir enviado, a las regiones heladas del norte, las junglas de la India, al centro de la civilización de Europa, o a bosques salvajes de las selvas de América sin murmurar o replicar, que seré sumiso en todas las cosas, no importa qué sea lo que se me comunique.Prometo y declaro que, cuando se presente la oportunidad, haré y promocionaré una guerra sin descanso, secretamente y abiertamente, contra todos los herejes, protestantes y masones tal y como he sido encomendado a hacer, para extirparles de la faz de la Tierra; y que no repararé en edad, sexo o condición, y colgaré, quemaré, flagelaré, estrangularé y enterraré vivos a estos herejes infames. Les arrancaré los estómagos y vientres de sus mujeres y aplastaré las cabezas de sus hijos contra los muros para aniquilar a su execrable raza.Que cuando esto no pueda hacerse abiertamente, lo haré secretamente usando una taza con veneno, una cuerda para estrangular, el acero o la bala de plomo, no importa los honores, rango, dignidad o autoridad de las personas, cualquiera que sea su condición en la vida, sea pública o privada, ya que puedo ser ordenado en cualquier momento por cualquier agente del Papa o Superior de la Hermandad del Padre Santo de la Sociedad de Jesús. En confirmación de lo cual dedico mi vida, alma y poderes corporales y con la daga que ahora recibo firmaré mi nombre escrito con mi sangre para dar fe de mi promesa; si esta probara ser falsa, o sea debilitara mi determinación, mis hermanos y soldados inferiores de la milicia del Papa, cortarán mis manos y pies y mi garganta de oreja a oreja, mi vientre será abierto y se rellenará con sulfuro para castigarme con todo el daño que pueda infligírseme sobre la Tierra y mi alma será torturada por los demonios en el infierno eterno para siempre.Que a la hora de votar siempre votaré por un Señor de Colón (católico romano) en preferencia a un protestante, especialmente si es masón, y que dejaré a mi partido hacer lo propio. Que si debo tomar algún partido entre dos católicos lo tomaré por quien sea mejor apoyo de la Iglesia Madre y votaré de acuerdo a esto. Que no trataré o emplearé a ningún protestante si puedo emplear o tratar con un católico.Que pondré a chicas católicas en familias protestantes para obtener un informe semanal de los movimientos internos de los herejes. Que me proveeré de armas y munición que pueda obtener para el momento en que se empuñe la espada o sea ordenado para defender a la Iglesia como individuo o como milicia del Papa.

Por todo lo cual Yo, ____________ juro por la sagrada Trinidad y los santos sacramentos que voy a recibir cumplir y mantener mi juramento. En testimonio de lo cual tomo el sacramento sagrado y bendecido de la eucaristía y atestiguo todo ello con mi nombre escrito con la punta de esta daga manchada en mi propia sangre y sellada en la faz de este sacramento sagrado.

Más Información:

Napoleón Bonaparte

Napoleón Bonaparte hizo esta afirmación en la etapa final de su vida, cautivo en Santa Helena:

Los Jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Su jefe es un general de un ejército, no un mero padre abad de un monasterio. Y la meta de esta organización es: PODER. Poder en su ejercicio más déspota. Poder absoluto, poder universal, poder para controlar al mundo por la volición de un solo hombre. El Jesuitismo es el más absoluto de los despotismos; y al mismo tiempo el más grande y más enorme de los abusos…

El General de los Jesuitas persigue convertirse en maestro, soberano con poder sobre los soberanos. Donde quiera que los Jesuitas sean admitidos ellos serán los amos, cueste lo que cueste. Su sociedad es, por naturaleza, dictatorial, y por lo tanto es un enemigo irreconciliable de toda autoridad constituida. Cada acto, cada crimen, por más atroz que sea, es un trabajo meritorio, si está cometido en el interés de la Sociedad de los Jesuitas, o ha sido ordenado por el General. [General Montholon, Memorial of the Captivity of Napoleón at St. Helena, págs. 62, 174] y [Fifty Years In The Church Of Rome, Charles Chiniquy, 1886] en el capitulo que habla de la Memoria de la Cautividad de Napoleón en Santa Helena.

Congreso de Chieri

Como si el Congreso de Viena no hubiera sido suficientemente claro en cuanto a los objetivos de los monarcas Europeos y la Orden Jesuita, otros dos pactos fueron firmados: El primero de estos fue convocado en Verona en 1822 y el otro Congreso fue llevado a cabo en Chieri, Italia, en 1825. He aquí lo que se decidió:

En 1825, algunos años después de la restitución de la Orden Jesuita, una reunión secreta de los líderes Jesuitas tuvo lugar en el Colegio de Chieri cerca de Turín, en el Norte de Italia. En esa reunión, los planes fueron discutidos para el fomento del poder papal en el mundo entero, para la desestabilización de gobiernos que estaban en el camino y para aplastar toda oposición a las artimañas y ambiciones de los Jesuitas… A lo que nosotros apuntamos, es el Imperio del mundo…

Tenemos que hacerlos entender (a los grandes hombres del mundo) que la causa del mal. La mala levadura, permanecerá hasta tanto el Protestantismo exista, que los Protestantes tienen que ser completamente abolidos… Los herejes son el enemigo que nosotros tenemos que exterminar…

Entonces la Biblia, esa serpiente cual con la cabeza erguida y ojos centelleantes nos amenaza con su veneno mientras se arrastra por la tierra, será convertida en un cetro tan pronto podamos agarrarla. [Hector Macpherson, The Jesuits in history, Ozarc Book Publishers, 1997, apéndice].

Estas reuniones de Verona y Chieri fueron convocadas con tato secreto como fue posible. Sin embargo, un hombre que asistió a los Congresos, el Ministro del Exterior Británico George Canning contactó con el gobierno de los Estados Unidos para advertirle que los monarcas de Europa estaban planeando destruir las instituciones libres de América.

Es a causa de esta conspiración contra las Repúblicas Americanas por las monarquías Europeas que el Gran Estadista Británico Canning, llamó la atención al gobierno de Estados Unidos a ellos, y los Estadistas, incluyendo a Thomas Jefferson, quién todavía estaba vivo en ese tiempo, tomó parte activa para provocar la declaración por el Presidente Monroe en su mensaje anual al Congreso de los Estados Unidos de América, que los Estados Unidos lo considerarían como un acto de hostilidad al gobierno de Estados Unidos y un acto enemigo, si esta coalición, de cualquier poder de Europa alguna vez emprendiera acción para establecer sobre suelo del continente Americano cualquier control sobre cualquier República Americana, o que adquiriera cualquier derecho territorial.

Esta es la así llamada Doctrina Monroe. La amenaza bajo el tratado secreto de Verona para suprimir gobiernos populares en las Repúblicas Americanas es la base de la Doctrina Monroe. Este tratado secreto expone claramente el conflicto entre gobiernos monárquicos y gobiernos populares, y el gobierno de pocos contra el gobierno por muchos. [Burke McCatry, La Verdad Suprimida Acerca del Asesinato de Abraham Lincoln, pág. 10]

Doctrina Monroe

La Doctrina Monroe fue la respuesta de Estados Unidos al Congreso Jesuita de Viena, Verona y Chieri. Los Estados Unidos lo considerarían un acto de guerra si cualquier nación Europea buscara expansión colonialista en el hemisferio occidental. Los Jesuitas han podido atacar secretamente e infiltrar América para lograr precisamente lo que la Doctrina Monroe fue instituida para proteger. Ellos han podido permanecer impunes en cuanto a esto porque ha sido hecho con total secreto bajo la fachada de ser una iglesia.

En una carta al Presidente Monroe, Thomas Jefferson hizo la siguiente observación:

La cuestión presentada en las cartas que tú me has enviado, es de capital importancia cual se ha ofrecido a mi contemplación desde ese de la independencia. Lo que nos hizo una nación, esto marca nuestro compás y apunta al curso que tenemos que coger a través del océano de tiempo que se abre ante nosotros. Y nunca nos podríamos embarcar en él bajo circunstancias más prometedoras. Nuestra primera y fundamental máxima debe ser, nunca enredarnos en las broncas de Europa. Nuestra segunda, nunca permitir que Europa se entrometa en los asuntos de los Estados Independientes del Atlántico. América, Norte y Sur, tiene una serie de intereses distintos a los de Europa, y son peculiarmente los suyos propios. Ella debe tener un sistema propio de ella, separado y apartado de aquel de Europa. Mientras que Europa está laborando para convertirse en el domicilio del despotismo, nuestro empeño seguramente debe se, hacer de nuestro hemisferio uno de libertad… Nosotros debemos declarar nuestra protesta contra la atroz violación de los derechos de las naciones, por la interferencia de una en los asuntos internos de la otra, tan fragantemente comenzada por Bonaparte y ahora continuada por la igualmente anárquica Alianza, llamándose a sí misma Santa…

Nosotros nos opondremos, con todos nuestros recursos, a la interposición forzosa de cualquier otro poder… El asunto ahora propuesto envuelve consecuencia tan perdurables, y efectos tan decisivos en nuestros futuros destinos, como para reavivar todo el interés que yo he sentido hasta este momento en tales ocasiones, e inducir hombres al peligro de opiniones, cuales probarán sólo mi deseo a contribuir aun mi poco hacia cualquier cosa cual pueda ser en beneficio a nuestro país. [Archivos, Mount Holyoke College]

Jefferson vio esto como una gran crisis en la joven historia de América porque los astutos y siniestros Jesuitas habían sido ordenados que el objetivo era destruir a América. La Doctrina Monroe retó cualquier avance de Europa hacia América. Sin embargo, Monroe no entendió realmente que los habilidosos Jesuitas no usarían la fuerza de las armas inicialmente para alcanzar sus objetivos. Ellos usarían astucia, malicia, y total secreto, Ellos apelarían a los puntos más básicos del hombre. Ellos plantarían sus agentes en posiciones de riqueza y poder y después usarían su influencia para tomar su gran premio – la subversión y destrucción de todo principio Protestante como esgrimido en la Constitución de Estados Unidos.

Más información: Doctrina Monroe [9]

El Papa Negro

Superior General de la compañía de Jesús. El “Papa Negro” era una figura secreta y su personalidad se escondida al mundo, nunca sabíamos quién era el Papa Negro hasta mucho después de su muerte, así de secreto era esta cuestión hasta que hace unos años Alberto Rivera expuso toda la telaraña de los Jesuitas y por esto le fue dada la copa de veneno, como dice claramente el juramento expuesto anteriormente. Según Rivera, el Papa Negro es de hecho el jefe de la milicia del Papa.

En 1965, Pedro Arrupe fue elejido Superior General o Papa Negro de los Jesuitas después del II Congreso Vaticano (1962-1965). Inmediatamente después, él reunió en Roma a los Generales jesuitas alrededor del mundo y a los miembros de la Congregación del “Santo Oficio” (Oficio de la Inquisición, estos son los que forman el tribunal, juzgan toda herejía y ofensas que llevan a sospecha de herejía. Sus miembros están juramentados a las normas más estrictas de secreto). Pedro Arrupe fue considerado moderadamente liberal siendo demasiado permisivo en la administración del Orden y esto le llevó a conflicto con el Vaticano. Arrupe renunció en 1983 debido a su “mal estado de salud” y fue de hecho el primer Superior General de los Jesuitas en renunciar en toda su historia, en vez de quedarse hasta su muerte. ¿le darían la copa de veneno?

El 13 de septiembre de 1983, El Conde Hans Kolvenbach de Holanda tomó su lugar como General Superior de Los Jesuitas.

Desde el 19 de enero de 2008 Adolfo Nicolás de España es el Papa Negro.

Versión oficial

El Prepósito General de la Compañía de Jesus (en latín: Præpositus Generalis) es el título oficial que recibe la cabeza de la Compañía de Jesús. Orden religiosa católica comúnmente conocida como los jesuitas. Se suele referir a él como Padre General.

Debido a que los Jesuitas son una gran e influyente orden religiosa en la Santa Sede, esta posición recibe el apelativo de Papa negro, Dicho nombre procede en parte del color de las sobrias sotanas que visten todos sus miembros, en contraste con la vestimenta blanca del Papa. También la denominación de Papa negro se debe en parte de la errónea concepción en el pasado (en especial durante los siglos XVI y XVII entre los países protestantes europeos del poder relativo que ejercían los jesuitas en la Iglesia Católica.

Galería de retratos

Animamos a internautas a realizar un estudio del lenguaje corporal de estos personajes

San Ignacio de Loyola
Diego Laínez
Everard Mercurian
Claudio Acquaviva
Vincenzo Carafa
Peter Hans Kolvenbach
Adolfo Nicolás

Lista cronológica de Superiores Generales

Sello de la Compañía de Jesús

Sello de la Compañía de Jesús

  1. San Ignacio de Loyola (19 de abril, 1541–31 de julio, 1556)
  2. Diego Laínez (2 de julio, 1558–19 de enero, 1565)
  3. San Francisco de Borja (2 de julio, 1565–1 de octubre, 1572)
  4. Everard Mercurian (23 de abril, 1573–1 de agosto, 1580)
  5. Claudio Aquaviva (19 de febrero, 1581–31 de enero, 1615)
  6. Mutio Vitelleschi (15 de noviembre, 1615–9 de febrero, 1645)
  7. Vincenzo Caraffa (7 de enero, 1646–8 de junio, 1649)
  8. Francesco Piccolomini S.I. (21 de diciembre, 1649–17 de junio, 1651)
  9. Alessandro Gottifredi (21 de enero, 1652–12 de marzo, 1652)
  10. Goschwin Nickel (17 de marzo, 1652–31 de julio, 1664)
  11. Giovanni Paolo Oliva (31 de julio, 1664–26 de noviembre, 1681)
  12. Charles de Noyelle (5 de julio, 1682–12 de diciembre, 1686)
  13. Thyrsus González de Santalla (6 de julio, 1687–27 de octubre, 1705)
  14. Michelangelo Tamburini (31 de enero, 1706–28 de febrero, 1730)
  15. Franz Retz (7 de marzo, 1730–19 de noviembre, 1750)
  16. Ignatius Visconti (4 de julio, 1751–4 de mayo, 1755)
  17. Aloysius Centurione (30 de noviembre, 1755–2 de octubre, 1757)
  18. Lorenzo Ricci (21 de mayo, 1758–16 de agosto, 1773) ¿41 años en la clandestinidad?
  19. Tadeusz Brzozowski (7 de agosto, 1814–5 de febrero, 1820) ver Adam Weishaupt
  20. Luigi Fortis (18 de octubre, 1820–27 de enero, 1829)
  21. Jan Roothaan (9 de julio, 1829–8 de mayo, 1853)
  22. Pieter Beckx (2 de agosto, 1853–4 de marzo, 1887)
  23. Anton Anderledy (4 de marzo, 1887–18 de enero, 1892)
  24. Luis Martín (2 de octubre, 1892–18 de abril, 1906)
  25. Franz Xavier Wernz (8 de septiembre, 1906–20 de agosto, 1914)
  26. Wlodimir Ledochowski (11 de febrero, 1915–13 de diciembre, 1942)
  27. Jean-Baptiste Janssens (15 de septiembre, 1946–5 de octubre, 1964)
  28. Pedro Arrupe (22 de mayo, 1965–3 de septiembre, 1983)
  29. Peter Hans Kolvenbach (13 de septiembre, 1983–19 de enero, 2008)
  30. Adolfo Nicolás (19 de enero, 2008–actualidad)

http://guerradeconocimiento.wordpress.com/sociedades-secretas/jesuitas/

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