Pasan los días y su situación no hace sino complicarse. Son ya más de cuatro meses, 134 días, van contando en sus redes sociales. Eso y los medios de comunicación son las únicas tablas de salvación a las que pueden agarrarse. «Estamos intentando hacer ruido por todas partes a ver si el Ministerio reacciona de una vez, porque esta situación de desamparo lo hace todo más duro aún», lamenta Sylvia, en un suspiro.
Es la desesperación de dos parejas españolas, Sylvia y Jero, Soniay Rubén, que acudieron el pasado 1 de abril a buscar a sus hijos adoptados, Mikel Tamirat y Mario Tinsae, a Adis Abeba, la capital de Etiopía, y desde entonces se encuentran atrapados en un hotel, con los pequeños, a los que no pueden sacar del país por una traba burocrática: un documento presuntamente falsificado por el director del orfanato, que se encuentra en busca y captura.
La última de sus desventuras judiciales africanas podría saldarse con los niños de vuelta a un orfanato en el sur del país. El Ministerio de la Mujer (Mowa) de los Estados del Sur, la región de la que son originarios los niños, fue citado a declarar para explicar por qué no presentaba el documento correcto y se permitía la adopción, en cumplimiento de la sentencia dictada por la Corte Suprema Federal.
En lugar de eso, el pasado miércoles, el Mowa se presentó a la vista con un escrito en el que exigía a la Entidad Colaboradora en la Adopción Internacional (ECAI) la entrega inmediata de los niños. Dos cuidadoras esperaban en la puerta del juzgado para llevárselos. El juez les recibirá el miércoles y su única posibilidad ahora es «manejar la situación para que no se los lleven al sur, sino a un orfanato de aquí y poder estar cerca de ellos». «Intentamos que ni siquiera sea así, pero eso está muy difícil», reconoce Sylvia.
El tiempo corre en contra de estas dos parejas, porque el juzgado suele cerrar en agosto y septiembre. «No sabemos exactamente la fecha, pero probablemente no mucho después de que veamos al juez de nuevo». El visado de los españoles, que ya fue prorrogado, caduca a finales del mes próximo, por lo que cualquier solución debería llegar antes del cierre de la Corte.
Sylvia y Jero, y Sonia y Rubén han emprendido una campaña en redes sociales que les ha brindado ya el apoyo de 70.000 ciudadanos en la plataforma Change.org. Cientos de personas, además, se han fotografiado desde todos los rincones del mundo con carteles en los que utilizaban el hashtag #SOSAdopciónEtiopía. Su última acción consiste en un envío masivo de cartas a la Casa Real.
El Ministerio de Exteriores explicó a EL MUNDO que su intervención en el caso no podía ir más allá del apoyo legal a las familias: «El asunto está judicializado y ahí no podemos entrar». Para unos padres desesperados, esta respuesta se queda corta. «¿Y ese gesto, ministro? Que se llevan a los niños a un orfanato. Que les puede usted salvar la vida. ¿Nos oye?», claman las familias a través de internet.
Tras más de cuatro meses alejadas de sus trabajos, las dos parejas sobreviven con la ayuda que su familia y amigos pueden brindarles. «A mi casa, que tanto echo de menos, llegan sobres con dinero… A loBárcenas», bromea Sonia, y su sonrisa no es más que una mueca amarga.
En amárico, Tamirat significa milagro y Tinsae, resurrección. Los nombres de los dos pequeños no podrían describir mejor la situación en la que se encuentran, con sus padres adoptivos, 134 días más tarde.
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