CiU, a través de su fundación, CatDem, se ha financiado mediante un conjunto de empresas que contratan con la Administración catalana. La investigación del saqueo del Palau de la Música ha puesto en evidencia los pagos de constructoras y concesionarias de servicios públicos pero hay otro sector que mantiene un vínculo muy estrecho con el partido que Gobierna Cataluña: la industria farmacéutica.
Al menos durante los años 2003 y 2004, dicha entidad, hasta el escándalo del Palau llamada Ramón Trias Fargas, recaudó 255.000 euros de laboratorios catalanes. Y se asegura que hay más porque el desglose por nombres de compañías se hizo hasta 2005, luego las empresas no figuraban mas que como «donaciones privadas».
Los principales benefactores de CiU son dos multinacionales catalanas, los grupos Ferrery Almirall. El primero de ellos ha donado a la Fundación Ramón Trias Fargas al menos 150.000 euros. De esta cantidad, 90.000 euros corresponden a los años 2003 y 2004 diluidos entre distintas empresas del grupo: Ferrer Internacional dio 40.000 euros; Ferrer Pharma, otros 30.000 euros; Exinver Ferrer, 10.000 más; y Nova Exinver, otros 10.000.
Almirall aportó 60.000 euros solo en esos dos ejercicios. El resto de donativos provienen de los laboratorios Diviser Aquilea, el Grupo Esteve, Ricardo Molina S. A. y la Fundación Puig.
La industria farmacéutica catalana y el Gobierno de CiU han ido por lo general de la mano a la hora de defender los intereses de la primera. La información de ABC cita varios ejemplos y al exportavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida. Éste, como comentamos en este blog a finales de 2011 no ha tenido reparos en reivindicar su derecho a hacer lobby a favor de la industria farmacéutica.
Podemos deducir así que quien gobierna en Cataluña en cuestiones sanitarias es una parte de la industria, aquella que financia al partido en el Gobierno. Duran i Lleida, máximo responsable de CDC aunque ahora quiera quitarse de en medio de la situación creada por los Pujol, ha sido candidato de CiU durante las elecciones generales. Aunque es improbable que ganara se presentaba a presidente de España.
Viene esto a cuento de que parece que para presidir este país y se supone ya que cualquier otro, parece que hay que hacer buenas migas con quienes cortan el bacalao en la industria farmacéutica. Acordaos que el expresidente del Gobierno español, Felipe González, se incorporó en 2010 al Consejo social de Farmaindustria, la patronal de laboratorios farmacéuticos en España que tiene un lobby en dicha entidad.
Estos son algunos ejemplos más de lo que calificábamos hace unos días como «casta sanitaria» o la existencia de redes de compadreo
entre el poder político y el empresarial que actúan en función de sus intereses y en contra de la ciudadanía, a quienes dicen representar.
Sobre todos los primeros, aunque en el ámbito industrial de la salud es muy común que las empresas «se pongan» de nuestro lado. El lema del citado laboratorio Ferrer es Making people better, algo así como: haciendo que la gente esté mejor.
Pues claro que tienen que independizarse, pero… ¡¡¡de sus políticos!!!