Más comprometidos y también más conservadores. Ese es el perfil que ha dibujado la crisis en los jóvenes españoles. El carpe diem que antes les autodefinía ha dejado paso ahora a una generación más ahorradora, más cercana a su familia y amigos y también más solidaria, consciente de que es la capacitación y el esfuerzo lo que le permitirá competir en el mercado laboral, que valora la estabilidad en el trabajo y que valora, sobre todo, que el poder garantice la estabilidad y la seguridad en su entorno.
Así se definen los jóvenes españoles según el informe presentado hoy por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, realizado entre septiembre y octubre del pasado año. Para ello, se ha preguntado a 1003 adolescentes de toda España, salvo Baleares, Canarias, Ceutay Melilla.
«Crece la tendencia del adolescente activo, proactivo, con ganas de cambiar las cosas», ha señalado el director técnico de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y codirector del estudio,Eusebio Megías.
Con ello, los jóvenes se declaran muy tolerantes hacia cuestiones tales como la adopción de hijos por parte de parejas homosexuales o la pena de muerte. Es precisamente aquí donde se aprecia un dato destacable.Más de la mitad aseguran que la apoyarían en casos especialmente graves.
Así se ven: honrados y leales
Según este estudio, los jóvenes españoles se identifican como“honrados” y “leales”, con 8,44 y 8,38 de media. A corta distancia, “bien integrados
en la familia”, con un 8,22 de media, y “trabajadores ” (8,16) y “responsables” (8,08).
Por el contrario, los encuestados no se sienten representados con adjetivos tales como rebelde, que piensan solo en el presente, con poco sentido del sacrificio o del deber y egoístas.
En relación a la evolución de los últimos años, los jóvenes se consideran ahora más “honrados”, “leales” y “generosos”; bastante más “comprometidos”, “responsables”, “solidarios” y “tolerantes”.
Por otro lado, valoran al conjunto de la sociedad española especialmente como más “egoísta” que ellos y ellas, bastante más “consumista”, “con poco sentido del deber ” y “con poco sentido del sacrificio”.
Lo que más valoran: tener en quien confiar y a su familia
En la vida de los jóvenes son esenciales los elementos que les proporcionan confianza vital a presente y futuro, y de ahí la importancia de la estabilidad relacional y de la seguridad económica y laboral (buenas relaciones familiares, personas en las que confiar, ganar dinero, tener éxito en el trabajo, etc.).
Así,por tanto, lo que más valoran es tener personas en quien confiar(8,71 sobre diez), tener unas buenas relaciones familiares (8,67),ganar dinero (8,51), tener éxito en el trabajo (8,48), tener una vida sexual satisfactoria (8,08) y obtener un buen nivel de capacitación cultural y profesional (8,04). Una puntuación también elevada reciben ítems como tener muchos amigos y conocidos (7,92), ser una persona creativa y emprendedora (7,81) o cuidar el medio ambiente (7’66).
En el lado opuesto de la tabla se encuentran actitudes como vivir al día sin pensar en el mañana (5,67), el interés por temas políticos (4,93) y por cuestiones religiosas o espirituales (4,20).
Los jóvenes españoles también muestran una priorización de lo individual frente a lo comunitario, dando relativa baja importancia a lo social. Así, por ejemplo, manifiestan una escasa preocupación por lo que ocurre en otros lugares del mundo (recibe una calificación del 6’66), hacer cosas para mejorar el barrio o la comunidad (6,63) o confianza en los responsables públicos (6’61), siguiendo la tendencia de desafección hacia la clase política manifestada por jóvenes y adultos.
No obstante, el informe señala también que aunque un 42% afirma que los “temas políticos” tienen poca o ninguna importancia, un 32’2% de jóvenes le otorgan una importancia alta, y un 25,7% una importancia media. Más unanimidad reciben otras cuestiones como los temas “religiosos o espirituales”, donde una mayoría (53,9%) le adjudica poca importancia.
El informe indica, por tanto, que los elementos que más importan a los jóvenes españoles son los relacionados con sus beneficios emocionales y también aquellos orientados a un componente material de bienestar, donde aparecen los ítems “ganar dinero”, un ítem, explican desde la FAD, bastante conectado con la situación actual de crisis laboral.
Según las conclusiones, los hombres valoran algo más las dimensiones más materialistas y de autosatisfacción como,por ejemplo, “ganar dinero”, “tener éxito social y popularidad” o ”tener una vida sexualsatisfactoria”, mientras que las mujeres tienden a puntuar más alto elementos relacionaleso de autorrealización, como “tener personas en quien confiar”, “cuidar el medio ambiente”u “obtener un buen nivel profesional”. Otra situación que discrimina de forma evidente las valoraciones es la de estar en paroen la actualidad: mucho más orientados hacia valores materialistas (“ganar dinero”) y de satisfacción personal (“vida sexual satisfactoria”, “tener muchos amigos y conocidos”).
Del mismo modo, el nivel de estudios que se estén cursando marcan diferencias. Los universitarios tienden a valorar con mayor importancia cuestiones como “preocuparse por lo que ocurre en otros lugares del mundo”, “cuidar el medio ambiente”, “interesarse por temas políticos”, “poder confiar en los responsables públicos”, mientras que los estudiantes de niveles de Primaria o Secundaria aparecen más interesados por los valores de corte más hedonista, como “disponer de mucho tiempo libre” o “vivir al día sin pensar en el mañana”.
Por ideologías, señala el informe, los jóvenes que se declaran posicionados en la extrema derecha otorgan menos importancia a aspectos sociales o comunitarios que el resto de posiciones, como ocurre por ejemplo en los ítems “cuidar el medio ambiente”, “preocuparse por lo que ocurre en otros lugares” o “hacer cosas para mejorar el barrio o la comunidad”.
Menos hedonistas y más prácticos
La evolución que experimentan los ítems analizados muestra una notable influencia de la situación económica de crisis, señalan los autores.Los valores relacionados con una dimensión comunitaria y de bienestar colectivo aumentan con respecto al año 2006.
De hecho, el gusto por “hacer cosas para mejorar el barrio o la comunidad” es uno de los indicadores que más crece, con una puntuación del 6’63. También aumenta el interés por la participación política uno de los más bajos en 2006 (4,37) y que descendió aún más en 2010 (3,97), pero que este año, en cambio, sube al 4,93. Los autores hacen referencia a movimientos sociales como el 15-M.
La misma evolución sigue la preocupación por cuestiones religiosas o espirituales, que, aunque obtiene una calificación del 4’2, ha aumentado desde el 3’42 registrado hace cuatro años.
Uno de los indicadores más valorados en todas las mediciones, desde 2006, ha sido el relativo a “ganar dinero”, que en esta ocasión también aumenta, pasando del 8,29 al 8,51. Muy vinculado con este aparece “obtener un buen nivel de capacitación personal y profesional”, que sube del 7,90 al 8,04.
Esto se puede explicar porque los jóvenes deseen “asegurar un empleo o carrera profesional dada la fuerte competencia en el mercado de trabajo, donde casi 6 de cada 10 jóvenes están en paro.
El descenso registrado en valores recreativos como “disfrutar de mucho tiempo libre”, “vivir al día sin pensar en el mañana” se interpreta como “efecto de una crisis ya larga, que ha trastocado profundamente muchas de las seguridades y expectativas de la población, y consecuentemente han hecho que las preocupaciones por el presente o el futuro mermen, al menos en lo declarativo, la importancia de elementos de disfrute”.
En este sentido, los que más reducen su nota media con respecto al 2006 son “disponer de mucho tiempo libre y ocio”, que baja 65 décimas y se coloca en una nota media de 7,2 frente al 7,85 del 2006.
Toleran la pena de muerte, pero no la violencia callejera
Los jóvenes se encuentran particularmente tolerantes hacia comportamientos como la adopción de hijos por parte de homosexuales y lesbianas (6,98) y “que exista libertad total para abortar” (6,95), la eutanasia (con un 6,48), la pirateria (6,20) o la pena de muerte en el caso de delitos muy graves (5,05), un ítem este último que cada vez registra un mayor crecimiento. Un 55% de los jóvenes acepta en algún grado la pena máxima y la valoración no ha dejado de experimentar incrementos desde el año 2006, cuando alcanzó un 4,18.
En el lado medio de la tabla, los adolescentes ven poco aceptables comportamientos como “hacer trampas en exámenes u oposiciones” (3,48), “que una persona se suicide”(3,21), “maltratar a un detenido para conseguir información” (3,02) y, con la misma nota, “hacer ruido las noches de fin de semana impidiendo el descanso de los vecinos”.
Los autores destacan en este apartado el descenso experimentado en la aceptación del suicidio, desde el 4’08 de 2006 al 3,21 en este año. Hacer trampas en exámenes registra también un notable descenso, de casi un punto en relación a la primera encuesta.
Y en cuanto a los comportamientos inaceptables, señalan “sacrificar el entorno natural para buscar desarrollo económico” (2,92), “participar en acciones violentas de protesta ciudadana” (2,86), “robar artículos en unos grandes almacenes o hipermercados” (2,52), “Enfrentarse violentamente a agentes de la policía” (2,48), “contratar en peores condiciones laborales a un extranjero por serlo” (2,22). Los items peor valorados son “conducir bajo la influencia del alcohol” (1,79) o “romper señales de tráfico, farolas, cabinas telefónicas, etc” (1,69).
Se definen contrarios a los recortes sociales
El estudio preguntó también a los jóvenes qué elementos de bienestar consideraban imprescindibles. La principal conclusión que se puede extraer es que afirman que no se deberían reducir las ayudas, pese a que el contexto económico sea adverso.
En este sentido, el 64’7% de los encuestados consideran que es necesario mantener la mejora de la sanidad, dotando de más médicos y hospitales y el 57% opina lo mismo en lo referente a la educación.
El 46’4% cree que se deberían mantener ayudas para ancianos, minusválidos y niños abandonados, y un 41’5% apuestan también por las medidas encaminadas a la promoción y creación de empleo de calidad.
En el lado opuesto se encuentran las ayudas a los inmigrantes sin trabajo, sin papeles, importantes para apenas un 5’8%, las ayudas a los presos y ex-presos para que se rehabiliten (4,5 %), las obras públicas: carreteras, embalses…mencionadas por un 4’3%, la atención a los alcohólicos y toxicómanos, con un 4,2 %, las mejoras de los servicios locales: jardines, alumbrado, asfalto… citadas por un 4% y la mejora de las alternativas de ocio, en último lugar de la tabla, e importantes para un 2’2%.
“No es difícil imaginar que para los y las jóvenes, sin duda, un Estado que quiera ser denominado “del bienestar” no puede limitar los recursos destinados a sanidad y educación, por muy dura que sea la condición económica”, señalan los autores del informe.
Indican, además, que las mujeres se muestran más partidarias en general de mantener los recursos destinados a educación y, por supuesto, a conservar las ayudas a mujeres maltratadas, mientras que los hombres son algo más partidarios de mantener las ayudas para el fomento del empleo y el acceso a la vivienda.
En cuanto a la evolución desde los últimos informes, también en este caso se evidencia que los jóvenes son sensibles a la necesidad de mantener determinadas ayudas en un contexto económico dificil. Así, por ejemplo, el porcentaje de jóvenes que deciden mantener los recursos destinados
a la educaciónpasa del 39,3% del 2006 al actual 57% de menciones. Parecida suerte corre la mejora de la sanidad; incrementa un 14,4% su número de menciones (del 50,3% al 64,7%).
La necesidad de mantener las ayudas al empleo suben en un 10%, del 31,5% al 41,5%. Por el contrario, en cuanto a los descensos, lo más significativo es la reducción de apoyo a las mujeres maltratadas, los toxicómanos y alcohólicos y los discapacitados. Según Megías esto no significa que «los jóvenes no se preocupen por estos aspectos, «sino que no los consideran tan prioritarios como el mantenimiento de las prestaciones sociales»
“Nuevamente se manifiesta la subordinación de lo ajeno a los problemas propios y más cercanos, que tiende a expresarse en una menor solidaridad para con los colectivos más desfavorecidos o en verdadero riesgo de exclusión”, señala el informe.
En 2006, el ránking lo encabezaban las ayudas a ancianos y minusválidos.
Piden gobiernos fuertes que garanticen el orden
Los jóvenes españoles muestran su preferencia, con una calificación del 8,28, por “vivir en entornos completamente seguros” y en los que “se garantice igualdad de trato y oportunidades para todas las personas”. Creen además importante “tener gobiernos fuertes que garanticen el orden y la autoridad”.
En el lado opuesto, en cambio, valoran con un 6’07 el ítem “la vida cultural y social de un país se enriquece con la presencia de inmigrantes” o la creación de un gobierno de expertos que no esté votado por los ciudadanos, en casos excepcionales, que recibe un 5’56.
Un significativo 21’8% de los encuestados cree que los inmigrantes no aportan enriquecimiento a la vida social y cultural del país.
En cuanto a los elementos que consideran necesarios para el triunfo social, los jóvenes apuntan de forma mayoritaria a “tener buena preparación” (64,5%) y a “esforzarse y trabajar mucho” (58,4%). Mencionan también el ser hábil socialmente y tener suerte. Sin embargo, valoran de forma negativa no tener escrúpulos, con un 6’7%.
Quieren trabajos estables
Los aspectos más valorados en cuanto al trabajo están focalizados en la“estabilidad en el mismo” (8,70), que se coloca en el primer puesto, seguido de cerca por “la remuneración” (8,55). Un paso por debajo, también se valora especialmente el “interés de la actividad” (8,39) y la potencial capacidad de progresión en la carrera profesional (8,26).
En el lado opuesto se valora “tener un trabajo sea como sea” y “que no me obligue a irme al extranjero”.
Los partidos políticos, las instituciones en las que menos confían
De un listado de 14 instituciones, los jóvenes españoles señalan como la más merecedora de confianza el sistema educativo (con un 6’22). Las ONGs forman también parte de las instituciones en las que más se confía comparativamente, puesto que se les otorga un 6,17. Les sigue en valoración las “formas y medios de información en Internet”, al que se le otorga una nota de 6,05 de media. En cuarto lugar se sitúan las Fuerzas Armadas.
Al contrario, inspiran poca confianza, el “sistema judicial” (4,59), los “sindicatos”, con un 4,35, y la “patronal”, con un escaso 4,24. El “sistema parlamentario” recibe un 3,91, las “instituciones religiosas” un 3,82, el “sistema financiero/bancario” un 3,2 y, por último, “los partidos políticos” que ocupan el último lugar en la escala de confianza, con un 3,07. Para un 72% de los encuestados, merecen una confianza baja. El 67’9% opinan lo mismo también del sistema bancario.
Dan una nota del 8’1 a su vida
A pesar de las dificultades económicas, los jóvenes españoles ponen un 8’10 al grado de satisfacción con su vida, un 8’44 a la relación con sus padres, y un 8’44 a la relación con los amigos. El porcentaje de jóvenes altamente satisfechos con su vida que en el año 2008 era del 84,8% se incrementó en el año 2010 hasta el 89,2%, valor sostenido en este año.
“Queda claro que la percepción de la satisfacción vital global se basa más en apreciaciones relativas sobre la propia vida más ligadas a características personales que a las circunstancias contextuales”, señala el estudio.
Las mujeres se muestran más satisfechas con la relación con los padres. La relación con los amigos genera más satisfacción en las clases altas. Y la satisfacción con la vida en general es más alta para los católicos practicantes ylos de clase alta y disminuye algo entre los y las jóvenes de mayor edad y quienes están en paro.
Doy fe que hay una juventud maravillosa con la cabeza bien amueblada y mucho amor en el corazón. Ellos son la esperanza del mundo venidero.
Exacto Domi, ellos son el futuro mejorado, yo también puedo dar fe de esta maravillosa juventud.