Poner límites a los hijos nunca fue ni será una tarea sencilla para ningún padre, pero éstos resultan fundamentales para su crianza y para que en el futuro se inserten sin dificultades en el mundo de los adultos. En los tiempos que corren, poner las cosas en claro y construir reglas que los ayuden a crecer en familia resultan aspectos fundamentales para que los niños se desarrollen sanamente. Poner límites es, sin duda, la tarea más compleja a la que se enfrentan hoy los adultos.
«Caja de herramientas para padres» es un libro que saldrá a la venta el mes próximo, escrito por Alejandro Schujman y Walter Ghedin, donde los autores brindan consejos para profundizar y mejorar la relación entre padres e hijos.
Infobae entrevistó a Alejandro Schujman –psicólogo especializado en familias y también autor de los libros «Es NO porque YO lo digo. Padres rehenes de hijos tiranos» y de «Generación NINI, jóvenes sin proyectos que NI trabajan NI estudian»- quien adelantó un extracto de «Caja de herramientas para padres», donde se brindan todas las instrucciones para que un límite sea realmente efectivo.
«Uno de los mayores motivos de consulta en los últimos años es la dificultad de los padres a la hora de poner los límites a los hijos. Hijos que desafían y confrontan y llevan a la impotencia y resignación en los adultos. Hijos que son nativos digitales y nos ponen en jaque con tecnologías que desconocemos, pero no nos engañemos, por suerte, la esencia sigue siendo la misma, veamos algunas herramientas básicas para sentirnos más seguros en la tarea», explica Schujman a Infobae. Aquí, revela las claves para poner en práctica:
1. El equilibrio entre firmeza y afecto
No podemos ser precisos a la hora de limitar y querer educar a nuestros hijos si no regulamos el flujo de intensidad entre nuestro decir y el amor desde el cual el límite debe ser puesto. El grito y el golpe son el resultado de la impotencia de los adultos.
2. Un producto de la racionalidad
Muchas veces intervenimos solo desde nuestros miedos o emociones en general, sin tomar en cuenta lo que los pequeños necesitan. Retrasamos a menudo procesos de crecimiento, salidas, permisos, etc por temer un mundo objetivamente hostil, pero sobredimensionado a veces por nuestra mirada de padres. Es muy difícil dejar que nuestros hijos despeguen, pero en la sabiduría radica lo esencial del cuidado que el límite implica.
3. Sostenido en el tiempo
Seamos consecuentes, si estamos seguros de que lo que proponemos es bueno para ellos, aunque haya que tensar la cuerda para que lo indicado se cumpla, pues hagámoslo. Un pequeño de diez años me reclamaba que sus padres siempre amenazan pero no cumplen con nada de lo que sostienen, me pedía que interceda. Sí, leyeron bien. Repetimos: un niño pedía que convenciera a sus padres de que sean más firmes, pues no le hacía bien esta fragilidad de la autoridad. Notable…
4. Alejado de la trampa del «todos lo hacen»
Es común, sobre todo en la adolescencia, que los padres se vean envueltos en la maraña de «Papá, no me hagas esto, todos van al baile». Dicho esto, la sensación de los padres suele ser: «Estoy dejándolo solo, lo excluirán, se aislara, sufrirá…; que vaya». Hecha la ley, la trampa en marcha. Muchos de los padres que acceden a este tipo de permisos lo hacen bajo presión y sin estar convencidos, por lo que, si entre ellos monitorearan lo que cada uno piensa, los permisos no estarían dados, ya que la mayoría no iría a lugares a los que los adultos no están convencidos de dejarlos ir. Hábitos como el consumo excesivo de alcohol u otras sustancias psicoactivas son, a veces, el resultado de padres temerosos de que sus hijos queden excluidos.
5. Objetivo y calmo
¿Qué quiero decir con ésto? Es común que los padres en los tiempos de ajetreo en los que vivimos respondamos apresuradamente a las demandas de nuestros hijos, sin terminar de escuchar de qué se trata. La generación de equívocos es frecuente y a veces tomamos decisiones erróneas o damos respuestas que no tienen relación con la información solicitada. Al respecto, vale describir un delicioso video que se encuentra en la web.
Una hermosa pequeña que está dibujando en la mesa de la cocina le pregunta a su madre, quien repite en voz alta una receta de comida mientras hace la cena: «Mamá, ¿qué significa «virgen»?
La madre traga saliva, piensa, responde rápido y explica la diferencia sexual anatómica; los cuerpos están hechos para unirse, el papá a veces pone su «parte especial «en la parte «especial de la mamá» para hacer un bebé, y ella se pone muy contenta… (a esta altura, en el video la madre se entusiasma con el relato y bate cada vez más rápido la preparación). Y prosigue: «… al poco tiempo, las semillas de papá salen disparadas y entran al óvulo de mamá, y a eso se lo llama ‘hacer el amor’ (suspiro). Hasta que lo hagas por primera vez, eres virgen». «Creo que eso cubre la pregunta», piensa. La niña mira de reojo, por el rabillo del ojo, una botella de aceite a su derecha y repregunta: «Y extra virgen, entonces, ¿qué quiere decir?».
Contemos hasta tres, escuchemos y recién respondamos. De igual manera tenemos que proceder al tomar decisiones respecto de algún permiso que nos piden. Aunque solemos responder impetuosamente, dando lugar al, por lo general, justo reclamo de nuestros hijos: «Mis padres no me escuchan».
Finalmente, Schujman recomendó: «Recordemos: no somos pares, no somos amigos de nuestros hijos, somos padres, ni más ni menos. Y ellos nos necesitan firmes, bien plantados en nuestras convicciones, legitimando sus pasos en el crecer para que el día de mañana puedan cuidar con las herramientas que construyeron el trabajo conjunto», finalizó Schujman.
http://www.infobae.com/2014/09/21/1596103-cual-es-la-tarea-mas-dificil-que-tienen-los-padres-hoy
Interesante. Los padres lo tienen muy difícil, no dar un buen azote si es necesario (sin maltrato claro), no castigar demasiado, preparar un hijo para vivir tiempos caóticos y sobretodo dedicarles más tiempo. La verdad estamos viviendo una época muy complicada para forjar a los hombres del mañana…