La primer arma de los plebeyos fue la huelga militar, y a ésta recurrieron varias veces para obligar a los patricios a arreglar la cuestión de las deudas.
Cansados de promesas que jamás se cumplían, los plebeyos se retiraron en armas al Monte Sacro para fundar allí una ciudad nueva. Asustado el senado, les envió a Menenio Agripa, quien, para convencerlos, se valió de un famoso apólogo, << los Miembros y el Estómago >> a demostrando con él que plebeyos y patricios formaban un solo organismo en la sociedad romana; además les hizo concesiones de parte de los patricios, cuales fueron la libertad a los esclavos por deudas, y dar a la plebe, para protegerla, dos magistrados especiales, llamados tribunos, porque eran elegidos por las tribus.
Los tribunos no eran, a decir verdad, magistrados, puesto que eran plebeyos y no tenían ningún carácter religioso. Este carácter, puramente civil, los hacia inviolables, sacrosantos, porque tocarles se consideraba una mancha su autoridad era, por consiguiente, completamente moral. No celebraban ningún sacrificio ni llevaban ninguna insignia; su misión consistía en defender las personas y los intereses de los plebeyos. Defendían las personas gracias al derecho de socorro, pero no incumbía a los tribunos lo qué ocurría « fuera de] alcance de su mano, de su mirada o de su palabra ». Defendían los intereses de la plebe por medio del veto, es decir el derecho de negar su sanción a las disposiciones de los cónsules o del senado, que no juzgaban buenas.
La primer táctica que emplearon fue reclamar una ley agraria, es decir el reparto entre los pobres de las tierras tomadas el enemigo cuyo exclusivo aprovechamiento se atribuían los patricios. Después pidieron leyes escritas para que el conocimiento y aplicación de las leyes no fuera privilegio de los patricios, que sólo sabían las antiguas fórmulas del antiguo derecho religioso. Al cabo de diez años de luchas, obtuvieron que se nombraran diez magistrados, los decenviros, con plenos poderes para redactar las leyes, y cuya primera obra fue el código llamado Ley de las Doce Tablas (449).
Obtenido esto, reclamaron la libertad de los matrimonios entre patricios y plebeyos, así como la repartición del consulado. El senado acordó la libertad de los matrimonios; pero suprimió el consulado fraccionándolo en tres cargos distintos el tribunal militar, la censura y la cuestura.
Después de la invasión de los galos (390) se restableció el consulado y los plebeyos volvieron a emprender la lucha para ser admitidos en él, cosa que lograron en 366. Sin embargo, e] senado creó dos nuevas magistraturas que reservó a los patricios; la pretura y la edilidad curul.
Estas fueron a su vez conquistadas por los plebeyos, y en el año 300 Su victoria fue definitiva, cuando adquirieron la igualdad religiosa y obtuvieron, por consiguiente, el derecho de ser elegidos al pontificado.
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