Nueva normativa intenta esconder crímenes en China

El médico designado para emitir las excusas por la sustracción de órganos en China ha cambiado una vez más su historia sobre la fuente de órganos para trasplante. Desafortunadamente, nueva evidencia de publicaciones de doctores chinos revela las mentiras de las últimas informaciones oficiales sobre la fuente de los órganos.

El 30 de octubre, Huang Jiefu, director del Comité Nacional de Trasplante de Órganos y ex viceministro de salud, anunció que: “los órganos donados voluntariamente por ciudadanos se han vuelto la única fuente de trasplante de órganos en China. Ahora todos los hospitales en China han dejado de tomar órganos de prisioneros ejecutados. Las leyes relevantes que encuadran la situación de trasplante de órganos están siendo revisadas y actualizadas”.

No pasó mucho tiempo desde que esta fuerte declaración sobre el cambio en la fuente de órganos fue oficializada. En el sitio web de la popular revista financiera Caixin, donde fueron reportados por primera vez los pronunciamientos de Jiefu, las primeras dos oraciones fueron cambiadas rápidamente a “los trasplantes chinos de órganos entraron a una nueva etapa de desarrollo histórico cuando órganos donados voluntariamente por ciudadanos se convirtieron en la única fuente de órganos. Al presente, todos los hospitales de China están cambiando las prácticas del pasado”.

Obviamente, la descripción original no era defendible, y el uso de donaciones voluntarias había de ser cambiado de un hecho logrado a ser una meta. Por ser una de las principales revistas en China, es poco probable que Caixin haya malinterpretado o citado incorrectamente a Huang Jiefu al hacer tal importante declaración.

Prisioneros ejecutados

El anuncio del 30 de octubre tiene una historia. Fue hecho durante el Congreso Chino de Trasplante, un evento que no contó con la participación de organizaciones de trasplante internacionales. No los incluyeron porque Huang se había retractado en marzo sobre una promesa anterior de dejar de usar órganos de prisioneros ejecutados, una promesa formalizada en un documento llamado la Resolución Hangzhou.

Parece ser que Huang, el más importante, o incluso, la única figura que representa al régimen chino en el asunto de trasplantes, ha buscado reconquistar con su reciente declaración la buena opinión que disfrutó por poco tiempo China cuando firmó la Resolución Huangzhou.

Durante los últimos ocho años, Huang insistió en que los órganos eran de prisioneros ejecutados. Desde la primera vez que hizo esta afirmación, la ha mantenido casi todos los años. Y en cada una de estas ocasiones las aseveraciones de Huang han causado un fuerte debate fuera de China.

Nadie forzó a Huang a hacer tales declaraciones. ¿Ha visto alguien alguna vez  al régimen admitir algún delito o error bajo presión internacional, además de este caso? No, jamás. Siempre son negaciones, negaciones, negaciones. Es el régimen el que ha deseado convertir las declaraciones sobre prisioneros ejecutados en un tema candente.

¿Qué sucedió hace ocho años para que el régimen chino repentinamente hiciera declaraciones sobre prisioneros ejecutados? La Gran Época dio la primicia de que el régimen estaba sustrayendo órganos de practicantes de la disciplina espiritual Falun Gong.

Durante los últimos ocho años, el régimen prefirió confesar que tomaba órganos de prisioneros ejecutados a tener que confesar el robo de órganos de prisioneros de conciencia. Las declaraciones fueron siempre una forma de cambiar de tema. Ahora el régimen busca una manera diferente de confundir el asunto, declarando que las donaciones voluntarias están proveyendo, o proveerán pronto, los órganos necesarios.

Publicaciones médicas

Desde los primeros reportes sobre la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong se descubrió gran cantidad de evidencia sobre estas atrocidades, evidencia que conmovió al Parlamento de la Unión Europea hasta el punto de aprobar una resolución condenando la sustracción de órganos en China, y asimismo ha hecho que Israel apruebe una ley prohibiendo a las aseguradoras de salud pagar trasplantes de órganos en China.

Recientemente, la Organización Mundial para Investigar la Persecución a Falun Gong (WOIPFG) publicó un informe que provee una nueva fuente de información sobre la sustracción de órganos en China, una que viene directo desde la fuente primaria.

El informe analiza más de 300 artículos publicados en publicaciones médicas chinas. Estas publicaciones son todas sobre sustracción de órganos. El resultado es sorprendente. La mayoría de los donantes estuvieron probablemente con vida cuando sus órganos vitales fueron removidos.

46 por ciento de los órganos fueron sustraídos luego que los donantes fueron diagnosticados con muerte cerebral, según estas publicaciones. Sin embargo, la ley china no reconoce la muerte cerebral.

En 2003, el Ministerio de Salud publicó un criterio para la muerte cerebral. El 4 de mayo de 2004, el Ministerio de Salud emitió una declaración relativa a que el criterio para la muerte cerebral podía sólo ser aplicado luego de que la ley apropiada fuera aprobada. Esto significa que todas las sustracciones de órganos descritas en los artículos, que fueron realizadas luego de la muerte cerebral, fueron hechas ilegalmente.

Este no es el único problema. Según el criterio, el diagnóstico clínico de muerte cerebral debe reunir tres condiciones: coma profundo, ausencia de reflejos de la corteza cerebral y ausencia de respiración espontánea.

El último criterio debe ser confirmado por la prueba de apnea, la cual requiere desconectar el respirador de 8 a 10 minutos. Eso significa que los pacientes con muerte cerebral deben ser asistidos con respiradores. Bien, según las publicaciones, ese no parece ser el caso.

La mayoría de los artículos describen los procedimientos como si una vez determinada la muerte cerebral, el donante era entubado inmediatamente y los órganos extraídos. Obviamente la prueba de apnea, la cual debe ser hecha bajo entubación, no fue realizada en estos donantes.

Hay solo dos posibilidades: el diagnóstico de muerte cerebral no reunió los tres criterios o, la muerte cerebral fue solo una excusa. Ambas posibilidades apuntan a una hipótesis horrorosa, los donantes estaban aún con vida cuando sus órganos fueron removidos.

Los autores de las publicaciones ofrecieron más evidencia que apoya la hipótesis anterior: el corto tiempo de isquemia caliente. El tiempo de isquemia caliente es el periodo que transcurre desde que se detiene la circulación a un órgano, hasta la infusión en frío del órgano (un órgano que se va a trasplantar se llena con un fluido frío).

La mayoría de los artículos describen la isquemia caliente como menor a 10 minutos, y algunos incluso la ponen en cero. ¿Cómo es posible, en un país que no tiene regulaciones sobre muerte cerebral ni un sistema de donación de órganos que funciona, controlar el tiempo de isquemia caliente en 10 minutos?

Los ‘donantes’

Las publicaciones analizadas fueron todas publicadas entre el 2000 y el 2014. Muchos órganos de “donantes con muerte cerebral” fueron extraídos antes de 2003, cuando se sugirió el criterio de muerte cerebral. Incluso más “donantes con muerte cerebral” fueron reportados antes de 2006, cuando fue anunciada oficialmente por primera vez la donación de muertos cerebrales. ¿Quiénes son esos donantes y cuáles son las causas reales de su muerte?

Es poco probable que fueran prisioneros ejecutados. Si sus órganos fueron removidos en los sitios de ejecución, las descripciones en los artículos no encajan. Los donantes estaban sobre las camillas con el anestesista y con una enfermera circulante o de quirófano (una enfermera cuyo trabajo es vigilar los procedimientos quirúrgicos) presente.

El método de sustracción de órganos anterior no podría controlar el tiempo de isquemia caliente. Ese método ha sido descrito por muchos testigos. Al prisionero se lo fusilaba, luego vivo o muerto los doctores lo ponían inmediatamente en la camioneta de espera. Cada doctor tomaba el órgano que se suponía iba a tomar y se apresuraba de vuelta al hospital.

La mayoría de los artículos publicados describen un ambiente de sustracción de órganos mucho más profesional: un cuarto de quirófano. Si los donantes fueron realmente prisioneros ejecutados, China debería haber cambiado el procedimiento de ejecución. Los prisioneros habrían tenido que ser ejecutados en camillas de operación por los doctores que quitaban sus órganos. Dudo que el régimen chino reconociera este crimen.

Además, el número de prisioneros ejecutados no es suficiente para proveer de órganos a los 10.000 trasplantes anuales realizados en China. Según la fundación Dui Hua, China ejecutó 2.400 prisioneros en 2013.

Considerando el alto porcentaje de hepatitis B, adicción a las drogas, enfermedades venéreas, e incluso VIH entre los prisioneros chinos, el número de prisioneros con órganos adecuados para trasplante es mucho menos que el de los ejecutados. La descripción de la salud de los donantes tampoco encaja con los delincuentes comunes —saludables, sin historial como fumadores, sin uso de drogas, alcohol, sin hepatitis u otras enfermedades.

No podrían haber sido donantes voluntarios tampoco. El primer donante oficial con muerte cerebral confirmado apareció en julio de 2006. Según la Cruz Roja china, desde marzo de 2010 hasta marzo de 2012, solo 207 personas en China consintieron donar sus órganos después de morir.

Hasta 2010, se registraron solo 60 donaciones de personas con muerte cerebral. Incluso si los 1.290 donantes anunciados en el Congreso de Trasplante Chino este año fueran reales, el número es aún mucho menor que el necesario en 2014. Y los números de 2014 aún no explican la fuente de órganos en años anteriores.

WOIPFG sospecha que los órganos fueron probablemente de practicantes de Falun Gong. Antes de 2000, casi no había publicaciones sobre sustracción de órganos. Luego, repentinamente, hubo muchos artículos sobre esta práctica.

El patrón encaja bien con las cifras para el número de trasplantes y concuerda con la gravedad de la persecución a Falun Gong. El uso de practicantes de Falun Gong como fuente de órganos es una consecuencia de la decisión del régimen en 1999 de erradicar la práctica.

Un día, que uno espera sea pronto, pero que pueden ser varios años más, todos los órganos usados para trasplantes en China serán de donantes voluntarios. Si es así, no habrá razón para aplaudir. Existen muchos, muchos casos de asesinato por resolverse, y los perpetradores tendrán que ser llevados ante la justicia.

Las opiniones expresadas en este artículo son opiniones del autor(es) y no reflejan necesariamente la opinión de La Gran Época.

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