La Asamblea de indignados ha decidido que el 15-M volverá a Sol esta tarde-noche. Una plaza dominada por una fuerte presencia policial más propia de un país totalitario. “Ha pasado algo”, preguntan los escasos turistas que se acercan por allí y contemplan el dispositivo.
El Gobierno también ha tomado decisiones. La principal cerrar la estación de Metro y Cercanías de la Puerta del Sol por segundo día consecutivo como parte de un dispositivo policial que se está ampliando en estos momentos. La Policía Nacional tiene orden de que los ‘indignados’ no vuelvan a ocupar Sol.
Diversos medios informan que existe un hondo malestar entre los policías nacionales que están trabajando en el operativo de la Unidad de Intervención Policial (UIP), algunos de los cuales han tenido que doblar turnos de trabajo o incluso posponer sus vacaciones.
En el capítulo de reacciones al cerco policial o dealojo de Sol hoy merece destacarse el artículo de un histórico del liberalismo español, Bernardo Rabassa, que escribe:
Los cercados son la policía y sus mandos, furgonetas, barreras etc. Pretenden ponerle puertas al campo, y lo único que consiguen y conseguirán es que los “indignados” del 15 M se empeñen en regresar y conquistar su Moncloa, hoy, mañana o más tarde, pero alcanzaran sus objetivos, pues nada de lo que solicitaban en su manifiesto ha sido tomado en consideración.
Ante los acontecimientos de ayer, cabe hacer cinco reflexiones:
El Gobierno sigue sin tener ni idea: ocurrió en varias ocasiones y en distintas ciudades españolas en mayo y junio. Se desalojaron las acampadas y la respuesta fue rotunda con las calles desbordadas por ciudadanos. Esta vez, el Ministerio de Interior y el Ayuntamiento de Madrid han tropezado con la misma piedra. Desmontan la Puerta del Sol y, la misma tarde, entre 5.000 y 10.000 personas salen a la calle a manifestarse por todo el centro de la capital. Los políticos no han aprendido nada. No han escuchado nada.
Comerciantes: ¿Desde cuándo un grupo relativamente reducido de comerciantes tiene derecho a pedir más uso de fuerza a la policía sobre un conjunto de personas que ha superado los 50.000 ciudadanos sólo en Madrid? No cabe en ninguna democracia que un grupo pequeño de personas tenga capacidad ni derecho de presionar al Gobierno para satisfacer su propio beneficio económico. No se trata de lobbying, se trata de un grupo de minoristas que no quieren que la ciudadanía se manifieste. Pero no se quejaron ayer, cuando la policía dejó la plaza sin un alma y no ingresaron ni un mísero euro. Las personas, en una democracia, tienen derecho a manifestar su opinión de forma libre y sin coacciones, algo que no sucedió ayer.
El movimiento, con más fuerza que nunca: ayer por la noche no hubo 50.000 personas. Pero ayer por la noche hubo una manifestación convocada la mañana del mismo día. Alrededor de 7.000 personas asistieron a las concentraciones con muy pocas horas de antelación y en el mes de agosto. El poder de convocatoria del 15-M es absoluto, incluso en periodo vacacional y con manifestaciones organizadas el mismo día.
Tener memoria: el próximo 20 de noviembre habrá elecciones y la ciudadanía debe recordar la imagen de la Puerta del Sol que se vio ayer. Barreras policiales en las entradas de la plaza, un ejército de antidisturbios y decenas de furgonetas de policía. Ni siquiera pudieron entrar periodistas en la zona para informar sobre lo que ocurría, según afirmaron los enviados de El País. En un estado democrático, que los ciudadanos no puedan acceder a la plaza más emblemática de su localidad y que los periodistas no puedan informar libremente es inaceptable. Repito: hay que tener memoria el próximo 20-N.
Que blinden las plazas: el Gobierno no sabe cómo afrontar las protestas nacidas con el 15-M. Se le ha ido de las manos y no consigue manejarlo. Pueden blindar todas las plazas que quieran, que habrá manifestaciones y malestar generalizado. De hecho, es buena señal que sigan blindando plazas, ya que esto dará alas al movimiento.
La policía está teniendo que doblar turnos y posponer sus vacaciones… ¡POBRECITOS!