El descubrimiento del agua en el espacio abre más investigaciones

Nota del editor: Meg Urry es profesora de Física y Astronomía y directora del Departamento de Física de la Universidad de Yale. Ella es también directora del Centro Yale de Astronomía y Astrofísica.

(CNN) — Los astrónomos acaban de descubrir la mayor reserva de agua nunca vista, de aproximadamente 140,000 millones de veces el volumen de los océanos de la Tierra. Con la grave sequía que afecta a África, Asia y el sur de Estados Unidos, podrías preguntarte si esto ofrece una solución a las aflicciones terrenales.

Por desgracia, es en el universo muy lejano, aproximadamente a 12 millones de años luz de la Tierra. Por lo que incluso moviéndose a la velocidad de la luz (la nave espacial más rápida de la NASA se mueve alrededor de 20,000 veces más lento), se necesitarían varios miles de millones de vidas de seres humanos para llegar a esta burbuja de agua, ni siquiera pienses en traerla a casa; sin duda es demasiado para un viaje rápido a la fuente.

Pero vale la pena echar un vistazo más profundo. El agua recién descubierta nos puede dar lecciones sobre el universo cuando tenía sólo una fracción de su edad actual.

En este punto, probablemente estás preguntándote por qué este tipo de historia es importante para nosotros los terrícolas, y si una especie de viaje en el tiempo está implicado.

Ver el pasado resulta no ser la gran cosa para los astrónomos. La luz procedente de objetos muy distantes requiere tiempo para llegar hasta nosotros: en este caso 12 millones de años, de acuerdo con la información sobre el descubrimiento del agua del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Por cierto, los científicos no se refieren a esta reserva como podría hacerlo un civil, como Lake NASA. Nosotros lo llamamos un megamáser. Un máser es una colección de moléculas —en este caso, el agua— que amplifica la luz en un potente haz. Es básicamente lo mismo que un rayo láser, como aquellos de color rojo o verde que se utilizan para la cirugía o para apuntar hacia una presentación de PowerPoint.

Descubrir nuevas reglas físicas

En el caso de este megamáser, la luz fue emitida cuando el universo era muy joven —aproximadamente 10% de su edad actual—. El agua existe en enormes nubes de gases que absorben y emiten luz, permitiendo que los telescopios de gran alcance las detecten a través de las alucinantes distancias del espacio. El hecho de que vivimos 13,700 millones de años después de que el Big Bang originara nuestro universo es uno de los descubrimientos más notables de la última década.

Observar máseres o galaxias muy distantes es como mirar una fotografía tomada hace muchas eras. Para esta nueva megamáser, la luz captada en la foto de hoy en día fue emitida hace 12,000 millones de años. Un pseudoviaje en el tiempo como éste sucede todos los días, con fotografías tomadas por el Telescopio Espacial Hubble, los gigantescos telescopios Keck en Hawai y el satélite Observatorio Chandra de rayos X por nombrar sólo algunos.

Un dato sorprendente: el recién descubierto megamáser orbita alrededor de un agujero negro masivo, y las medidas de su trayectoria nos pueden decir de manera muy precisa el tamaño de ese agujero negro y tal vez su geometría y la forma como acumula su masa.

No tenemos un tipo de agujero negro enorme así en las cercanías —afortunadamente para nosotros—, por lo que no podemos tomar una muestra para estudiarlo. Pero a partir de sólo unos pocos rayos dispersos de luz, capturados en este caso por el Observatorio Submilimétrico de Caltech en Hawai, podemos entender el panorama general.

Por ejemplo: hasta dónde actualmente se sabe, las leyes que rigen la física en la Tierra —básicamente, las ecuaciones matemáticas que describen la fuerza de la atracción de la gravedad o la fuerza entre las partículas subatómicas— son las mismas en todo el universo. Pero observar a la megamáser responder a la gravedad de su agujero negro significa que realmente podemos medir si la gravedad es la misma en el otro lado del universo.

Al estudiar el tamaño y la temperatura de la misma megamáser, podemos tratar de entender cómo se formó. Tal vez eso no resolverá las sequías en la Tierra, pero comprender las leyes de la naturaleza nos da un conjunto de herramientas terrestres.

Del átomo a tu smartphone

La investigación más fundamental —aquella que no tiene una aplicación obvia en nuestra vida cotidiana— a menudo resulta sumamente importante en el futuro. Por ejemplo, los descubrimientos realizados acerca de los átomos hace un siglo y el desarrollo de la teoría de la mecánica cuántica para explicar esos descubrimientos, nos llevó al actual auge de la electrónica, la informática y el almacenamiento de datos, que a su vez alimentan la economía actual, aquí y ahora.

¿Y esas máquinas que el médico utiliza cuando usted visita? Escáneres de tomografía axial computarizada, cámaras de imagen por resonancia magnética, herramientas de láser quirúrgico y muchas más, están basadas en las leyes fundamentales de la física.

Pocos de los investigadores originales se dieron cuenta, a medida que trataban de averiguar cómo funciona la naturaleza, de que sus descubrimientos tendrían importantes aplicaciones prácticas. Probablemente no fueron motivados por la posibilidad de aplicaciones prácticas; simplemente les interesaba entender el mundo que nos rodea. Sólo más tarde, otros científicos e ingenieros convirtieron esos descubrimientos en herramientas esenciales para el mundo de hoy.

Los científicos persiguen el conocimiento fundamental en sí, ya sea que entiendan o no si tiene alguna aplicación. Nunca se sabe cuándo un concepto profundo de física se convertirá en una solución vital.

El conocimiento sobre el resto del mundo en que vivimos, desde el planeta Tierra, la galaxia Vía Láctea y el universo mismo, es el legado humano por excelencia. Con nuestros pequeños cerebros, podemos construir telescopios para explorar los confines del universo, deducimos sus estructuras y entendemos sus leyes físicas y transmitimos ese conocimiento a las generaciones siguientes.

Con la ciencia cósmica, la recompensa no es inmediata, pero dura para siempre.

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