7 PASOS PARA DOMINAR EL EGO

No te sientas ofendido.

La conducta de los demás no es razón para quedarte inmovilizado. Lo que te ofende solo contribuye a debilitarte. Si buscas ocasiones para sentirte ofendido, las encontraras cada dos por tres. Es tu ego en plena acción, convenciéndote de que el mundo no debería ser como es. Sentirse ofendido crea la misma energía destructiva que te ofendió y que lleva al ataque, al contraataque y a la guerra.

Libérate de la necesidad de ganar.

Al ego le encanta dividirnos entre ganadores y perdedores. Empeñarte en ganar es un método infalible para evitar el contacto consciente con la intención. ¿Porque?, en última instancia, es imposible ganar todo el tiempo. Siempre habrá alguien mas rápido, mas joven, mas fuerte, mas listo y con mas suerte que tú. Y siempre volverás a sentirte insignificante y despreciable. Tú no eres tus victorias. No existen perdedores, todos compartimos la misma fuente de energía.

Olvídate de la necesidad de ganar sin aceptar que lo opuesto de ganar es perder. Adopta el papel de observador, mira y disfrútalo todo sin necesidad de ganar, vive en paz, corresponderte con la energía de la intención e, irónicamente, aunque apenas lo notes, en tu vida surgirán más victorias a medida que dejes de ir tras ellas.

Libérate de la necesidad de tener la razón.

El ego es fuente de conflictos y disensiones porque te empuja a hacer que los demás se equivoquen. Cuando eres hostil, Te has desconectado de la fuerza de la intención. El espíritu creativo es bondadoso, cariñoso y receptivo y está libre de ira, resentimiento y amargura. Olvidarse de la necesidad de tener siempre la razón en las discusiones en las relaciones es como decirle al ego: No soy tu esclavo. Quiero abrazar la bondad y rechazo tu necesidad de tener razón. Aún, más; voy a ofrecerle a esta persona la posibilidad de que se sienta mejor diciéndole que tiene razón y darle las gracias por haberme encaminado hacia la verdad. Cuando te olvidas de la necesidad de tener razón puedes fortalecer la conexión con la fuerza de la intención, pero ten en cuenta que el ego es un combatiente muy resuelto. He visto personas dispuestas a morir antes que dejar de tener razón. Te propongo que te olvides de esta necesidad impulsada por el ego parándote en medio de una discusión para preguntarte: ¿quiero Ser feliz o tener razón?, Cuando eliges el modo feliz, cariñoso y espiritual, se fortalece tu conexión con la intención. La fuente universal empezara a colaborar contigo en la creación de la vida que la intención quieres que lleves.

Libérate de la necesidad de ser superior.

La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor con los demás. Se trata de ser mejor de lo que era antes. Céntrate en tu crecimiento, con constante conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en este planeta. Todos emanamos de la misma fuerza vital. Todos tenemos la misión de cumplir la esencia para la que estamos destinados y tenemos cuanto necesitamos para cumplir ese destino. Nada de esto es posible cuando te consideras superior a los demás. No por viejo es menos cierto este dicho: Todos somos iguales ante los ojos de Dios.

No valores a los demás basándote en su aspecto, sus logros, posesiones y otros impuestos por el ego. Cuando proyectas sentimientos de superioridad. Eso es lo que te devuelven y te llevan al resentimiento y en última instancia a sentimientos de hostilidad, estos sentimientos se convierten en el vehículo que te aleja de la intención. A course in Miracles habla de ea necesidad de ser especial y superior: El sentirse especial siempre establece comparaciones. Se produce por una carencia que se ve en el otro y que se mantiene buscando y no perdiendo de vista las carencias que puede percibir.

Libérate de la necesidad de tener más.

El mantra del ego es más. Por mucho que logres o adquieras, tu ego insistirá en que no es suficiente. Te verás luchando continuamente y eliminaras la posibilidad de alcanzar la meta, pero en realidad ya la has alcanzado y es asunto tuyo decidir cómo utilizar el momento presente de tu vida. Irónicamente, cuando dejas de necesitar más, par4ece como si te llegara más de lo que deseas.

Como estas desapegado de esa necesidad, te resulta mas fácil transmitírselo a los demás, porque te das cuenta de lo poco que necesitas para sentirte satisfecho y en paz. La fuente universal está satisfecha de sí misma, en continua expansión y creando nueva vida, si intentar jamás aferrarse a sus creaciones por sus recursos egoístas. Crea y se desliga. Cuando te la necesidad del ego de tener más , te unificas con la fuente, creas atraes lo que deseas hacia ti y te desligas, sin exigir que se te presente nada mas. Si valoras todo lo que surge, aprendes la gran lección que nos dio San Francisco de Asis…Es dar cuando recibimos. Al permitir que la abundancia fluya hasta ti y a través de ti, estableces correspondencia con la fuente y aseguras que esa energía siga fluyendo.

Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros.

Puede resultar un concepto difícil si piensas que tú y tus logros sois lo mismo. Todo emana de la fuente. Tú y tu fuente sois uno y lo mismo! No eres ese cuerpo y sus logros.

Eres observador y fíjate en todo y agradece las capacidades que te han sido concedidas, la motivación para lograr cosas y las cosas que has acumulado, pero atribuye todo el mérito a la fuerza de la intención que te dio la existencia y de la que formas parte materializada. Cuanto menos necesites atribuirte el mérito de tus logros mas conectado estarás con las siete caras de la intención, mas libre serás de conseguir las cosas, que te surgirán con mas frecuencia. Cuando te apegas a esos logros y crees que los estas consiguiendo tu solo, es cuando abandonas la paz y la gratitud de tu fuente.

Libérate de tu fama.

La fama que tienes no está localizada en ti, sino en la mente de los demás y por consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella. Si hablas con treinta personas, tendrás treinta famas distintas. Conectarse con la intención significa escuchar los dictados de tu corazón y actuar basándote en lo que tu voz interior te dice que es tu meta aquí. Si te preocupas demasiado por como te van a percibir los demás, te habrás desconectado de la intención y permitido que te guíen las opiniones de los demás. Así funciona el ego. Es una ilusión que se alza entre ti y la fuerza de la intención.

No hay nada que puedas hacer, a menos que te desconectes de la fuerza y te convenzas de que tu meta consiste en demostrarle a los demás tu superioridad y autoridad y dediques tu energía a intentar ganar una fama extraordinaria entre el ego de los demás. Haz lo que haces según la orientación de tu voz interior, siempre conectada con tu fuente y agradecida a ella.

Mantén tu propósito, deslígate de los resultados y acepta la responsabilidad de lo que reside en ti: tu carácter. Deja que otros discutan sobre tu fama; no tiene nada que ver contigo.

O como dice el título de un libro:

Lo que pienses de mí no es asunto mío

Wayne Dyer

El poder de la intención

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