Ayer mientras viajaba en el metro me detuve a mirar una serie de personas que viajaban en el vagón y todo el mundo iba concentrado en su móvil con un par de audífonos en las orejas y moviendo el dedo para allá y para acá, mientras una sonrisa dibujaba sus labios.
Cualquiera que hubiera visto un cuadro semejante hace 20 años pensaría que describo un manicomio, pero no, era la mismísima vida real que me decía a gritos que el temor de Einstein se había cumplido:
“Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, “El mundo solo tendrá una generación de Idiotas”
Mi mente como de costumbre se lanzo a viajar por el tiempo y recordé los días en que yo llegué a Suecia. Entonces me impresionaba lo culto de esta gente, todo el mundo llevaba un libro en sus manos y leía en el metro, en los parques. La gente se sentaba en las cafeterías a conversar, a hacer bromas y a sonreir. Entonces me dije, por que no mirar un poco las calles de Estocolmo, y ver si todavía lo hacen. Decidí salir del metro en un experimento sin precedentes y entré a un café, esto fui lo que vi.
Luego, me fui a un parque, de esos donde la gente acostumbraba a pasear con la llegada de la primavera y la temperatura en 15 grados después de tantos meses bajo cero. Y la gente seguía en el parque, pero así
Asustado de lo que estaba viendo salí del parque y cogí la calle, allí también había un banco. Allí se sentaba la gente a finales del siglo pasado, que lejos suena, a conversar amenamente y disfrutar de los jardines recién plantados. Hoy también lo hacían, pero así:
No puede ser me dije, la gente está muy mal, es un día hermoso, ¿es que nadie piensa mirar a otro sitio que no sea la pantalla de su celular? Entonces me fui caminando a un mirador que hay en Estocolmo desde donde puede apreciarse una vista hermosa de la ciudad
Y que creen que me encontré allí también dos parejas, supongo que serían parejas, que parados en la pared de enfrente ignoraban por completo la vista tan hermosa que había delante de ellos.
Si lo miramos de forma superficial pareciera inocuo y hasta natural. Así son los nuevos tiempos podría afirmar cualquier persona hoy. Pero lo cierto es que hay un peligro enorme detrás de este fenómeno. En Suecia, un país que destacaba por su seguridad vial, los accidente de trafico por culpa de andar entretenidos con el movil se han peligrosamente cuadruplicado en los últimos 4 años. Tanto entre los peatones como en los conductores de vehículos.
Por si esto fuera poco, detrás de este comportamiento hay una patologia medica que ahora nos llega en una nueva variante: La Ludopatía virtual.
La Ludopatía es un trastorno reconocido por la Organización Mundial de la Salud que lo recoge en su clasificación Internacional de Enfermedades en el año 1992. Sin embargo esta no fue la primera vez que, como categoría diagnóstica y con el nombre de juego patológico, se reflejó en los ámbitos profesionales. Ya en 1980 en el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatras, se planteaba su definición y algunos criterios diagnósticos.
Evidentemente la existencia del trastorno aparece hace muchos siglos, probablemente con la actividad de apostar de manera habitual a juegos de apuestas, dónde los resultados pudieran darse con cierta rapidez y por consiguiente el refuerzo positivo y negativo para el jugador también.
Pero este vicio por el juego donde el afectado no tiene fuerza de voluntad para dejar, ha tomado una nueva dimensión: Los videojuegos, las redes sociales y los teléfonos moviles, o lo que es peor, una combinación letal de las tres cosas conforman la nueva pandemia de la humanidad, la ludopatía virtual.
Lo más peligroso de la Ludopatía virtual es que ha dejado de ser un enfermedad de adultos. Cada vez más niños la padecen y en estos casos puede ser muy peligrosa porque daña su personalidad y sus capacidad cognitiva para el resto de la vida. Un síntoma claro es cuando el niño se enoja fuertemente si pierde un juego o si alguien trata de sacarlo de frente de la pantalla. En este caso, hay ya que buscar ayuda profesional y no tomarlo a la ligera pensando: «Así es la juventud de hoy» Mucho menos seguirles la corriente como una compañera de trabajo que mandaba un sms a sus hijos cuando quería que bajaran a comer.
Es el caso que tienes un familiar, un conocido, un amigo que muestra estos síntomas, es el momento de ayudarle, antes de que sea demasiado tarde. Es hora de visitar un psiquiatra para evitar que las palabras de Einstein sigan haciéndose realidad y la nueva generación sea una generación perdida.
Tomado del libro “El arte de acercar a los humanos” de Jorge González Reymond.
http://jorge-gonzalez-reymond.blogspot.com.es/2013/04/ludopatia-virtual-y-la-generacion.html
A mí también ne aterroriza este fenómeno actual.
Esto sí que es algo nunca visto en la historia del hombre, no se que consecuencia podrá traer…..