Gracias a los recientes avances en astrofísica, los científicos conocen ahora mucho mejor el comportamiento de nuestra caprichosa estrella e incluso han inventado un método para predecir las tormentas solares a corto plazo.
Especialistas estadounidenses han podido analizar una eyección de masa coronal solar desde su inicio hasta su fin. La observación de estas eyecciones la dificulta el hecho de que este fenómeno sólo se observa bien en las proximidades del sol. Además, hasta hace poco los científicos no disponían de los algoritmos necesarios para detectar las huellas de la masa coronal en la radiación de fondo cósmico.
En el marco del trabajo publicado en la revista The Astrophysical Journal, los expertos investigaron la eyección de la masa coronal sobrevenida en diciembre de 2008. Durante varios días el movimiento de la inmensa cantidad de plasma solar lanzado al espacio fue observado por los aparatos Stereo y por las sondas ACE y Wind. Después, los científicos tardaron unos tres años en elaborar los algoritmos para el análisis de los datos recabados.
Según comentó el jefe del estudio, Craig DeForest, citado por la NASA, se ha logrado por primera vez observar unas estructuras masivas que tuercen las corrientes del viento solar e influyen en la Tierra y en los ingenios cósmicos.
Los especialistas opinan que los nuevos datos les permitirán estudiar el pico de actividad solar que se espera para el año 2013, así como precisar la dinámica de las eyecciones de la masa coronal.
Especialistas estadounidenses han podido analizar una eyección de masa coronal solar desde su inicio hasta su fin. La observación de estas eyecciones la dificulta el hecho de que este fenómeno sólo se observa bien en las proximidades del sol. Además, hasta hace poco los científicos no disponían de los algoritmos necesarios para detectar las huellas de la masa coronal en la radiación de fondo cósmico.
En el marco del trabajo publicado en la revista The Astrophysical Journal, los expertos investigaron la eyección de la masa coronal sobrevenida en diciembre de 2008. Durante varios días el movimiento de la inmensa cantidad de plasma solar lanzado al espacio fue observado por los aparatos Stereo y por las sondas ACE y Wind. Después, los científicos tardaron unos tres años en elaborar los algoritmos para el análisis de los datos recabados.
Según comentó el jefe del estudio, Craig DeForest, citado por la NASA, se ha logrado por primera vez observar unas estructuras masivas que tuercen las corrientes del viento solar e influyen en la Tierra y en los ingenios cósmicos.
Los especialistas opinan que los nuevos datos les permitirán estudiar el pico de actividad solar que se espera para el año 2013, así como precisar la dinámica de las eyecciones de la masa coronal.
Mientras tanto, un grupo de científicos de la Universidad de Stanford, en California (EE. UU.), logró elaborar un mecanismo que permite predecir las tormentas magnéticas, las interferencias de la comunicación en la Tierra y las amenazas que suponen para los satélites artificiales con una anticipación de tan sólo 2 ó 3 días.
Según explica uno de los principales autores del estudio, el astrofísico de origen ruso Alexánder Kosovichióv, los resultados del trabajo demostraron que el campo magnético solar se genera dentro del astro. A una profundidad de unos 60.000 kilómetros se forman ciertas estructuras magnéticas, que tardan entre uno o dos días en ascender hasta la superficie de la estrella. Su formación se detecta gracias a la medición de las oscilaciones en la superficie solar, que luego se analizan con los métodos que ofrece la heliosismología.
Al mismo tiempo, otro equipo de investigadores de la Universidad de Reading (Reino Unido), indicó que, de momento, el Sol se encuentra en una fase de gran actividad, que inició en los años 20 del siglo pasado y que pronto tendrá lugar un gran máximo solar, que se caracteriza por el aumento de las llamaradas solares y las eyecciones de masa coronal.
Sin embargo, los físicos establecieron que la Tierra corre mayor peligro cuando el Sol sale de su gran máximo, porque aunque se produzcan menos tormentas solares, estas son más potentes. La disminución de la actividad de la estrella también facilita la exposición del planeta a más radiación procedente de otras partes de la galaxia. Como comenta Mark Lockwood, jefe del estudio, en las próximas décadas se nos viene encima una “desafortunada combinación de condiciones solares”.
Según explica uno de los principales autores del estudio, el astrofísico de origen ruso Alexánder Kosovichióv, los resultados del trabajo demostraron que el campo magnético solar se genera dentro del astro. A una profundidad de unos 60.000 kilómetros se forman ciertas estructuras magnéticas, que tardan entre uno o dos días en ascender hasta la superficie de la estrella. Su formación se detecta gracias a la medición de las oscilaciones en la superficie solar, que luego se analizan con los métodos que ofrece la heliosismología.
Al mismo tiempo, otro equipo de investigadores de la Universidad de Reading (Reino Unido), indicó que, de momento, el Sol se encuentra en una fase de gran actividad, que inició en los años 20 del siglo pasado y que pronto tendrá lugar un gran máximo solar, que se caracteriza por el aumento de las llamaradas solares y las eyecciones de masa coronal.
Sin embargo, los físicos establecieron que la Tierra corre mayor peligro cuando el Sol sale de su gran máximo, porque aunque se produzcan menos tormentas solares, estas son más potentes. La disminución de la actividad de la estrella también facilita la exposición del planeta a más radiación procedente de otras partes de la galaxia. Como comenta Mark Lockwood, jefe del estudio, en las próximas décadas se nos viene encima una “desafortunada combinación de condiciones solares”.
Fuente: http://actualidad.rt.com