El oscuro y letal secreto del frasco de la reina Hatshepsut

El cuerpo del delito es un simple frasco entre las posesiones de la faraona Hatshepsut, que vivió alrededor del año 1450 antes de nuestra era, y que se exhibe en la colección permanente del Museo Egipcio de la Universidad de Bonn. Durante tres milenios y medio, el vaso ha contenido un secreto mortal.

Esto es lo que acaban de descubrir Michael Höveler-Müller y el Dr. Helmut Wiedenfeld del Instituto de Farmacología de la Universidad. Después de dos años de investigación ahora está claro que el frasco no contenía un perfume, sino una especie de loción de cuidado de la piel o puede que la medicación de un eczema. Es más, los farmacólogos encontrado una sustancia altamente cancerígena. La pregunta es, ¿fue asesinada Hatshepsut con la supuesta medicina?

Cuando Michael Höveler-Müller se convirtió en conservador del Museo Egipcio de la Universidad de Bonn en 2009, se le ocurrió examinar el interior del vaso que, de acuerdo con una inscripción, pertenecía a la faraona Hatshepsut. El cuello estaba bloqueado por lo que se considera en general «suciedad», sin embargo Höveler-Müller sospecha que también podría ser el tapón de arcilla original. Por lo tanto, es posible que algunos de los contenidos originales aún pudiesen estar en su interior. Y el Dr. Helmut Wiedenfeld, del Instituto de Farmacia, descubrió lo que buscaban para llegar al fondo de esta cuestión.

En la Clínica de Radiología de Bonn Universitätsklinikum, el frasco fue sometido al escaneo de un TAC, y la sospecha del egiptólogo fue confirmada, no sólo estaba el cierre intacto, sino que el vaso también contenía residuos de un líquido seco. En el verano de 2009, el profesor Dr. Friedrich Bootz, del Klinik und Poliklinik für Hals, Nasen-und Ohrenheilkunde (laringología, Rinología y Otología), de la Universidad de Bonn tomaron las muestras, utilizando un endoscopio.

Demasiado graso para un perfume

Esto le permitió al Dr. Wiedenfeld y a su equipo, analizar la edad de las sustancias de sus ingredientes. Comenzó a hacerse evidente que lo que habían encontrado no era un perfume resecado. La mezcla contenía grandes cantidades de aceite de palma y de nuez moscada. «No creo que nadie se ponga tanta grasa en su cara», exclamó el Dr. Wiedenfeld. Dos componentes adicionales dieron la pista al farmacólogo del propósito real de la mezcla, «encontramos una gran cantidad de ácidos grasos insaturados que proporcionan un alivio para las personas con enfermedades de la piel.» Y aquí es donde el egiptólogo fue capaz de añadir una pieza más del rompecabezas, «de hecho, es sabido que hubo casos de enfermedades de la piel en la familia de Hatshepsut.» Las enfermedades inflamatorias de la piel, como la psoriasis tuvieron, en gran medida, un componente genético.

Y el tercer grupo de ingredientes también apunta a que esta sustancia no proporcionaría precisamente una fragancia agradable, todo lo contrario, para luchar contra el gran picor, los farmacólogos encontraron una gran cantidad de hidrocarburos derivados de la creosota y del betún. A día de hoy, las cremas que contienen creosota son utilizadas para tratar enfermedades crónicas de la piel. Debido a los efectos potencialmente cancerígenos de algunos de sus ingredientes, la creosota ha sido prohibida completamente en los cosméticos, y medicamentos que contienen creosota sólo se expenden bajo prescripción facultativa.

En particular, lo que detectaron en el pequeño frasco de Hatshepsut, fue el benzopireno, un peligroso hidrocarburo aromático que consta de varios anillos de carbono. «El benzopireno es una de las sustancias cancerígenas más peligrosas que conocemos», explicó el Dr. Wiedenfeld, por ejemplo, el riesgo de contraer cáncer de pulmón por el humo del cigarrillo viene esencialmente a partir de esta sustancia.

¿Pudo la loción causar la muerte de la faraona por cáncer?

¿Estuvo Hatshepsut envenenándose sin saberlo? «El una hipótesis posible», declaró el Dr. Wiedenfeld. «Si nos imaginamos a la reina con una enfermedad crónica en la piel, y que encontrara mejoría a corto plazo con ello, eso pudo haberla expuesto a un gran riesgo en los últimos años». Michael Höveler-Müller añadió que «sabemos desde hace tiempo que Hatshepsut tuvo cáncer y que, tal vez, fuese la causa de su muerte, ahora sabemos que fue la verdadera causa.»

En este punto, los científicos de Bonn sólo pueden conjeturar cómo Hatshepsut obtuvo la dichosa loción. «Los médicos egipcios eran médicos generales y buenos cirujanos, pero malos internistas», explicó el Dr. Wiedenfeld. «Es muy posible que el conocimiento de ciertos medicamentos se debieran a sus contactos con Persia y la India, donde las artes de curación estaban muy avanzadas para esa época.»

traducido por Pedro Donaire
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