¿Cuánto tiempo en el día te dedicas a moldear tus sueños? ¿Cuánto te moviliza internamente crear cada parte de ese anhelo, formado de tantas pequeñas cosas, que te involucran en torno a profundos cambios para concretarlos?¿Acaso, los grandes ideales no conllevan el desafío de grandes transformaciones para alcanzarlos?
Soñadores de utopías, de proyectos, de la imagen más perfecta y exacta de nosotros mismos, de aquello que imaginamos ser. La valentía, la magia, el amor, el coraje, la confianza, la virtud de darle forma y sensaciones a los pensamientos son las cualidades más exactas de aquellos que se aventuran a ser artistas descubiertos. Descubiertos de velos y ataduras, porque nuestros ojos tienen el don de encontrar y grabar en su retina cada manifestación interior que inminentemente se hace visible.
Te preguntaste alguna vez… ¿Qué te motiva? ¿Qué necesita tu Alma experimentar en esta Vida? ¿En qué invertís tu tiempo y tus energías? ¿Cómo te comprometes contigo para darle forma a tus pensamientos, a tus sueños, y tallarlos con tu más profundo amor, con la afanosa gracia que brota y florece al verlo crecer hasta convertirse en creación viva y bien lograda?
Cierra los ojos para comenzar a diseñar los primeros bocetos de esa escultura y que las alas de tu corazón te alcen en vuelo. Introdúcete dentro de tus imágenes para vivir en ellas y crear así bases sólidas, que te permitan encontrar el justo equilibrio entre aquello que representa al espíritu y esto que hoy te contiene, entre el despeje de las falsas imágenes y las verdaderas. Disfruta de cada momento que has ganado, porque ellos son el gracias del presente y la bienaventuranza del mañana.
Al convertirnos en soñadores activos, sembramos permanente nuevas semillas en la pradera, ponemos nuestras manos para participar de su desarrollo y aportamos el agua y nutrientes necesarios para que florezca y dé sus más variados frutos. Así, le damos calidez a nuestros días, y estas tierras con toda clase de especies, participan en el alimento de las transformaciones y sueños de quien nos tocan con su presencia.
Tu sueño es esa imagen que te atrapa, que te enamora, aquello que te mantiene vivo, que tiene un propósito, que te hace volar desde el presente hacia tiempos del futuro porvenir, viajando junto al movimiento de las imágenes con la emoción vibrante, con la energía impulsora que fluye desde el corazón y borra los límites, las barreras, los tiempos y espacios. Sueños que nacen de principios originales y valores que habitan en la profundidad de tu Ser.
De manera que, concreta la llama intangiblemente visible que ilumina tu mente, que llena cada espacio de tu conciencia con los perfumes, los sonidos e imágenes que ascienden desde tu corazón. La culminación de la obra derramará tu luz, tu amor y las causas que forjaron cada instante sensible enfocado en esculpir con dignidad, bondad y sencillez las líneas de tu existencia.
Así, de cada estado de plenitud y de dolor que se cocina a fuego lento dejando huellas en el camino, concebimos que esa creación no nos pertenece, porque la obra es el resultado de tantos otros que nos acompañaron, que nos escucharon, que nos entregaron sus observaciones, sus capacidades, sus dones y su amor. En ese movimiento donde las partes cuecen sus vastos elementos, el gran sueño nace, y la esencia del mismo es total. Comprendemos que sólo somos una parte de esa inmensa y extraordinaria obra.
Por otra parte, los sueños implican estímulo, perspicacia, decisión, compromiso, entrega, paciencia y perseverancia. Si los has visto en tus más diáfanas imágenes, debes cumplir con tu promesa de serte fiel a aquello que tu Alma ha creado, siendo discípulo de ella. Toca todas las notas y prueba las formas que se te ocurran, hasta encontrar la vibración sonora propicia que contenga en sí, la máxima pureza y perfección posible. Que el sonido viaje dentro de ti y a través tuyo para continuar expandiéndose hacia el infinito.
El sueño nos invita a probar una y otra vez. Insistimos, enfocamos, hasta que pasa. LLega. Y cuando nos invade ese estado que nos desborda de felicidad, el corazón late más fuerte y se manifiesta como una lluvia copiosa, tan ansiosamente esperada en medio de suelos áridos, litosoles, calizos. Es una bendición, una profunda alegría que llega, aletea suave como una mariposa, se posa sobre nosotros, nos recorre y vuela. Estados de felicidad que saben quedar bien guardados en nuestra memoria para siempre, y nos regalan la posibilidad de volver a vivirlos en cualquier otra oportunidad; porque la esencia que imprime el recuerdo, es el combustible para continuar creando.
Cada artesano tiene en sí, la trascendente labor de participar en un proceso de evolución personal y como parte de las entidades que habita, restaurando y recapitulando las leyes universales de la armonía y el equilibrio creativo.
Ve lejos y vuela alto, tan alto que tu inmensa luz abrigue los corazones de tantos otros. No te entregues a pequeñeces locales, vive por encima de los retos de la personalidad, porque tu Alma puede comprender mucho más allá de aquellos laberintos que tu mente ha creado.
En cualquier momento del día, puedes cambiar el curso de tus pensamientos y emociones. Quien cambia eres tú y, ¿cuándo lo haces?: Ahora.
Así que, crea sueños que transciendan las fronteras y obedece a la voz de tu corazón, esa melodía que nunca nos falla y siempre nos susurra. La oportunidad es verdadera y los sueños infinitos. No hay límites. Grandes Corazones nos están esperando…“Si lo construyes, él vendrá” *
¡Adelante!
Lic. Jimena Rodríguez