En el estudio de los enigmáticos seres que gobernaron a la temprana humanidad de los que tenemos constancia, encontramos una figura muy peculiar al adentrarnos en el conjunto de mitos y leyendas del lejano oriente, sobretodo, de la antigua China cuya mitología es un fantástico compendio de historias con gran carga simbólica.
Unas de las deidades del folklore de esta nación son Los Reyes Dragón, unos seres reptilianos que en las representaciones artísticas suelen presentarse como criaturas humanoides con cabeza de dragónvistiendo ropas imperiales.
Estos misteriosos personajes son los señores de los océanos, tienen poder sobre las criaturas marinas y la habilidad de manipular el clima, además de controlar el comportamiento de los mares. Se les tenía como responsables de las lluvias. Habitan en ostentosos palacios de cristal en el fondo del mar.
Su habilidad más características, asociada a un gran número de divinidades reptiles en diferentes mitologías, es la de cambiar de aspecto a voluntad, pudiendo manifestarse con cualquier forma, sea ésta humana o animal.
En la antigua religión china se les ha rendido culto para pedir lluvia para los cultivos o para aplacar su ira pues se les consideraba responsables de las inundaciones. Para ello, se realizaban ritos religiosos y, de nuevo como sucede con otros dioses de carácter reptil, sacrificios, por lo que existen muchos templos por todo el país dedicados a honrar a estas figuras.
Los reyes dragón superiores son cuatro hermanos, cada uno gobierna sobre los mares de uno de los cuatro puntos cardinales. Ao Kuang, el líder, gobierna sobre el Este, Ao Qin domina los mares del Sur, Ao Run el Oeste y las aguas del Norte se encuentran bajo el control de Ao Shun. Estos son los nombres más populares aunque pueden variar dependiendo del relato.
Parece que se da algún tipo de jerarquía militar o cadena de mando entre los dioses del panteón chino ya que los reyes dragón debían emitir reportes anuales a sus superiores para también llevar las órdenes e instrucciones del dios supremo a otras de las deidades del taoísmo.
Aparecen en muchos relatos, los más importantes: ‘’Fengsheng Yanyi’’ o ‘’La investidura de los dioses’’y ‘’Xiyouji’’ o ‘’Viaje al Oeste’’. La primera es una novela épica escrita durante la dinastía Ming que data del Siglo XVI y que trata sobre acontecimientos sucedidos durante las dinastías Shang y Zhou. Se compone de 100 capítulos y en ella se reflejan varias historias en las que se les describe como dioses. Además se habla de otros seres de carácter semidivino que deciden manifestarse en el mundo de los hombres para cambiar su destino y que éste se ajuste a sus designios.
‘’Viaje al Oeste’’ también fue publicada durante la dinastía Ming. Es una historia de aventuras en la que un monje, Xuanzang, peregrina a la India para obtener los textos sagrados pasando varias pruebas en su viaje espiritual hacia la iluminación.
El líder de los reyes dragón, Ao Kuang, aparece en ‘’La investidura de los dioses’’ en donde se le presenta trayendo caos al mundo de los hombres mediante la creación de grandes tormentas e inundaciones. Nadie se atreve a plantarle cara por temor, ni siquiera a dirigirse al Emperador de Jade, el líder de los dioses, en busca de auxilio.
El único en atreverse a enfrentar al déspota rey es Nezha. Ambos llegan a batirse en combate, acabando el monarca muy malherido por lo que, en venganza, envía a su tercer hijo, Ao Ping, para que de muerte a su oponente, sin embargo, es el príncipe dragón quien acaba muerto a manos de Nezha. Lleno de furia, el rey secuestra a los padres de Nezha quien, para salvarles, resuelve suicidarse para hacer entrega de sus órganos a los reyes dragón y los monarcas, que quedan muy satisfechos con el sacrificio, hacen una gran celebración.
Ao Kuan presenta las vísceras de Nezha ante el Gran Emperador de Jade a modo de ofrenda y, tras esto, no se supo más acerca del destino del rey dragón de los mares del Este.
Otra historia interesante acerca de los reyes dragón, la encontramos en ‘’Viaje al Oeste’’. Aquí el rey mono Sun Wukong se dirige al palacio submarino de cristal de Ao Kuang en busca de algún arma divina que estuviera a la altura de sus habilidades y que le permitiera realizar sus empresas.
Al llegar al palacio prueba diferentes artefactos pero todos se quiebran o se rompen en sus manos hasta que da con ‘’Ruyi Jingu Bang’’, una suerte de vara mágica con la capacidad de cambiar de forma y tamaño respondiendo a las órdenes de su poseedor y que el rey dragón utilizaba para controlar los flujos y mareas oceánicos.
La narración de la obtención de este objeto guarda similitud con la leyenda artúrica: Ao Kuang y su esposa están convencidos de que Sun Kuwong no conseguiría levantar la vara pero, al acercarse el rey mono al lugar en donde la vara se encuentra, ésta comienza a resplandecer designándole así como su verdadero dueño y consiguiendo el protagonista hacerse con ella sin esfuerzo.
Ya con la vara en su poder, Sun Kuwong fuerza a los dragones a que le hagan entrega de otros objetos celestiales realmente útiles que se hallaban en su poder como unas botas que permiten caminar sobre las nubes o una capa de plumas de fénix.
Es propio de la mitología china que cualquier dragón tenga la habilidad de cambiar de forma y aspecto a placer. Se dice que podían transformar su tamaño y ‘’hacerse tan grandes como el propio universo o tan pequeños como un gusano de seda’’.
También podían adoptar el aspecto de un hombre para relacionarse con el ser humano sin tener que revelar su identidad o para tener descendencia con la raza humana, resultando en una mezclada genética draconiana.
Especialmente los reyes dragón, parece que gustaban de aparentar la forma humana a menudo y puede que este sea el motivo de que aparezcan así en una gran cantidad de representaciones artísticas.
No sólo son capaces de manifestarse con la forma de una persona o de un animal sino que también pueden aparecer como un río o una masa de agua. En ‘’Viaje al Oeste’’ el hijo del rey dragón del Oeste es condenado a servir como caballo a los viajeros protagonistas como castigo por unas indiscreciones cometidas durante la celebración de un banquete en la corte celestial y, en contadas ocasiones, en esta mitología parece que el fenómeno puede darse a la inversa. Un ejemplo es la historia de uno de los ocho inmortales terrenales del taoísmo: Lu Dongbin, que habiendo llegado a dominar su Ki casi a la perfección era capaz de volar por los cielos en la forma de un dragón.
En el folklore japonés encontramos una figura muy similar, en este caso Riujin el rey dragón es considerado una deidad marina con forma de dragón que también tiene la habilidad de cambiar de forma según su conveniencia. Reside en un palacio en el fondo del océano hecho de cristal y coral desde donde controla las corrientes marinas y las mareas para lo que se sirve de unas joyas mágicas. En el palacio habitan, además del rey, su familia, su corte y sus sirvientes.
A diferencia de la versión china, aquí nos encontramos a un solo gobernante por todos los puntos cardinales aunque, en algunas de las leyendas, en cada una de las cuatro partes del palacio correspondiente a cada uno de los cuatro puntos cardinales, es siempre una de las cuatro estaciones del año.
También se cuenta que pasar un día dentro del palacio equivaldría a un siglo en tiempo fuera del mismo ya que el tiempo transcurriría de forma diferente pasados sus límites.
Este hecho en particular tiene gran importancia en la leyenda japonesa de Urashima Taro, un pescador que salva a una tortuga de unos niños que la estaban torturando devolviéndola al mar. Esta tortuga resulta ser en realidad una encantadora princesa hija del dios dragón que quiso agradecer y recompensar al pescador por su buena acción invitando a Taro a su palacio submarino.
Pasados 3 días, el pescador desea volver a su hogar por lo que pide permiso y le conceden marchar pero al llegar a su aldea se percata de que habían pasado 300 años.
Es interesante el regalo que le hace la princesa a Taro antes de que éste partiera pues le hace entrega de una pequeña caja que según le dice, le protegería de cualquier daño a condición de que jamás la abriera.
En algunas versiones de esta historia, el protagonista, desesperado al descubrir que habían pasado 300 años desde su partida y, al encontrarse sólo en el mundo ya que toda persona conocida hacía mucho tiempo que había fallecido, decide hacer caso omiso del consejo de la princesa y abre la caja de la que sale un humo blanquecino y él, rápidamente envejece pues en la caja estaba guardado el tiempo que no había transcurrido para él.
Concluiremos con un proverbio chino:
‘’Si ignoras al dragón, te comerá. Si intentas enfrentar al dragón, te dominará. Si montas al dragón, te aprovecharás de su fuerza y poder’’.
http://www.ufopolis.com/2015/08/los-impresionantes-reyes-dragon-de-la-mitologia-china/