Los » Egregores» Cuidado con lo que Pensamos
Debemos tomar conciencia de nuestros pensamientos, cada vez que los emitimos porque estamos creando un Egrégor.
¿…Qué son los Egrégores?
Los Egrégores son «creaciones» nuestras, creaciones de cada uno de nosotros, todos creamos Egrégores
Esta energía PENSANTE de creación nuestra es un Egrégor, es como un HIJO creado por su Creador (nosotros).
Este Hijo existe en un plano etérico y como es nuestro hijo, nosotros lo debemos mantener ¿verdad?, este hijo si lo hemos polarizado con Odios, sufrimientos y rabias, esta será su esencia.
Constantemente estamos emitiendo pensamientos desde nuestro cuerpo mental, es una actividad incesante y muchas veces sin la conciencia del todo despierta.
Con el poder de la mente gobernamos las células de nuestro cuerpo, lo que ocurre en nuestra mente se refleja y manifiesta como un espejo en nuestro cuerpo físico, emocional, espiritual, etc. La función de la mente es pensar, recibir ideas y esas ideas estimulan al campo emocional y llevan al cuerpo físico a la acción para plasmarla en algo tangible.
Los pensamientos son energías que se acumulan en nuestros cuerpos y otra parte de ellos se expanden y salen a la atmósfera, es decir, tiene masa (cuerpo) , y aunque no lo crean adquieren vida, personalidad, son entidades que funcionan de acuerdo a la dirección que le hemos dado.El ojo humano no está capacitado para «ver» estas energías, sin embargo hemos podido percibirlas en algunas oportunidades y nos afectan positiva o negativamente, muchas veces nos ha pasado que «sentimos» antipático a alguien que recién conocemos, aún sin saber casi nada de el, sin embargo hay personas que nos atraen y buscamos su compañía sin tener una razón muy clara. Lo mismo nos pasa en los lugares que visitamos.
Tipos de pensamiento
Existen dos tipos de pensamientos; los positivos y los negativos. Los pensamientos negativos son opacos, oscuros, de baja vibración, afectan a quienes van dirigidos y rodean al individuo que los emitió en una atmósfera pesada, oscura, como algunos llaman con «malas vibraciones». Así el individuo crea lo que se llama Egrégor negativo.
Por el contrario, los pensamientos altruistas, positivos, siembran en nuestro subconsciente un semillero maravilloso con vibraciones luminosas, estimulándolas en lo positivo, en lo luminoso, nos proporcionan salud, belleza, energía, etc. Estos son los Egrégores positivos.
Cuando sentimos que alguien nos ha hecho daño, empezamos a emitir pensamientos de ira, venganza y hasta lo expresamos con palabras, en ese momento nuestro cuerpo emite ondas electromagnéticas que salen al espacio donde se encuentran con otras cargas afines, es decir, ondas similares de pensamiento de odio, tristeza, abandono, despecho de otras personas, y se una a ellas como si fueran imanes.
Descargar los pensamientos es decargar energías, éstas se convierten en materia. Estas fuerzas electrónicas lanzadas al espacio toman cuerpo y fabrican un ente de condición negativa, por correspondencia este ente pertenece a quienes lo fabricaron y periódicamente regresa a ellos y les recuerda que o quien les hizo daño, entonces se convierte en un «recuerdo» y cuando se evoca se siente mas daño aún, porque el Egrégor está fortalecido y aumenta a costa de quienes domina, así se forma una conciencia colectiva de derrota, tristeza, odio, resentimiento, violencia, etc. Creando un plasma egregórico que nos cubre con su atmósfera densa y oscura.
Es por esto que debemos tomar conciencia de nuestros pensamientos y pedir sea elevada nuestra su vibración, ya que cada vez que los emitimos estamos creando un Egrégor.
Así formamos la «conciencia colectiva» con nuestros pensamientos, así mismo afectamos a nuestro entorno, familia, hogar, ciudad, país, planeta. Todos tenemos cada vez mas la certeza de que somos habitantes de una misma tierra, y que todo lo que ocurre en ella nos afecta en mayor o menor grado, debemos en conciencia despierta, emitir pensamientos positivos y de esperanza, para crear un Egrégor colectivo luminoso que nos ayude en la manifestación de nuestro positivismo y en la evolución de cada ser y del planeta que habitamos emitiendo mas armonía desde nuestro cuerpo mental.
¿Qué hacer?
En una sola palabra, para combatirlos y restarles fuerzas hasta debilitarlos por completo debemos pedir la elevación de la vibración a «galáctica». Recuerda todo lo que piensas se manifestará y se materializara, así que pensemos y sintamos en positivo.
¿Cómo hacerlo?
1.- La primera práctica es quemar la representación del egregor negativo en su símbolo – por ejemplo: quemar una imagen de una pistola- el fuego todo lo purifica, pensando y sintiendo la desconexión con él y experimentando la liberación personal con pensamientos de gratitud por haber sido liberados. Le quitas poder sobre ti, siéntete libre de la inseguridad, pero mantente prudente y precavido.
2.- Cuidar nuestros pensamientos, palabras, emociones y sentimientos al pensar en ellos. No darles más fuerzas o vibración negativa. De esa manera cambias tu vibración y ya no lo alimentas. Si sientes rabia con una noticia, razona… puedes decir. «Anulo y cancelo su poder sobre mi y los míos
3.- Cambiad tu vibración u elevarla a «galáctico», para destruir un grado de ella en lo no deseable, aplica la ley del principio de polaridad y concéntrese a la atención en el polo opuesto al que se desea suprimir.
4.- Bendice mucho durante el día lo que veas, escuches, sientas que es bueno para ti. Bendice lo más que puedas y antes de acostarte, repasa tu día y bendice por lo menos a alguien a algo, bendícete a ti mismo. Llénate de energía positiva. afirmando: «bendigo el bien en está situación y que se manifieste de inmediato». Pregúntate que enseñanza te está dando… al tener conciencia de tu aprendizaje y dar las gracias de corazón, te liberas. Recuerda que en primaria al aprender a sumar ya la maestra no te mandaba más tareas sobre la suma… solo la aplicas cuando la necesitas, las enseñanzas de alma son iguales.
Palabras colmadas de sinceridad, convicción, fe e intuición, actúan como bombas vibratorias altamente explosivas, cuyo estallido desintegra las energías condensadas de las dificultades, operando la transformación deseada, evita pronunciar palabras desagradables, aun cuando se refieran a hechos reales.
Cuando, ante un conflicto, repetimos afirmaciones explosivas y sinceras, con plena comprensión, sentimiento y determinación, éstas atraen infaliblemente la ayuda de la energía positiva, hazlo con confianza infinita, desechando toda duda, si crees en el poder de la oración, entrégate a ello con paz y fe, «pide y se te dará», déjalas volar al Universo sin presión para que colmen tu petición, dales a las Fuerzas Divinas la oportunidad de operar ininterrumpidamente.
Como consejo final les digo; cuidado con lo que piensen en el momento cuando las emociones estén alteradas, ya que eso producirá grandes efectos en nuestras vidas y las del entorno.
Égregor:
Un egregor es una entidad o espíritu de origen artificial, creado y alimentado por el poder y la energía de los pensamientos, las emociones y muchas veces la fé, que se hayan en el plano astral, el mental o el emocional, y obviamente, desde el astral pueden afectar al físico, mientras que en los otros dos pueden afectar a aquellos que los crean o mantienen. Por ello pueden ser creados consciente o inconscientemente, y pueden ser personales, grupales, colectivos, nacionales y mundiales. Los que han sido creados inconscientemente, debido a un cúmulo de sentimientos, como pueda ser ira, suelen tener una imagen abstracta, mientras que los conscientes, tendrán la forma que los creadores o los que lo mantienen imaginen.
La creación de un égregor puede tener muchos orígenes, y en la mayoría de casos, no se es consciente de que se ha creado uno. Estos egregores pueden ser manifestaciones de sentimientos muy fuertes que tenemos dentro, incluso emociones reprimidas, así como deseos o necesidades. También pueden ser ideas surgidas de nuestra imaginación que han cobrado fuerza a través del deseo, o las emociones, en cuyo caso tendran la forma que habiamos imaginado. Y obviamente, un égregor puede crearse conscientemente, sabiendo que son y cómo se crean, una persona puede desear e imaginar una entidad, y darle fuerza a través de un poderoso sentimiento, mucho deseo y/o algún procedimiento mágico o energético. También es posible que surgan no de una mente, sino de dos o muchas más. Ésto quiere decir que cuando muchas personas creen en algo, como por ejemplo, una deidad, aunque esa deidad no existiera realmente antes, ésta empieza a existir como un égregor que con cada creyente y adorador cobra tanta fuerza como un verdadero dios, por lo que puede ya considerarsele tal. No sería de extrañar que muchas (quizás todas) las deidades que existen tengan este tipo de origen, así como muchas otras clase de criaturas, por lo que determinar el verdadero origen de una entidad es complicado.
Un égregor existe mientras su creador o sus creyentes crean en él y lo recuerden, o la energía que los crea y mantiene, permanezca.
Eso último quiere decir que los egregores que representan sentimientos a gran escala como amor o ira, seguirán existiendo mientras haya alguien que los alimente con ese mismo sentimiento. También significa todo esto que un dios, un hada o lo que sea, cuyo verdadero origen sea un égregor, dejará de existir cuando nadie lo recuerde y nadie pueda creer en tal entidad. Quizás esta desaparición no es completa, y sólo se trate de una suspensión, como algo perdido en el tiempo-espacio, y si algún día alguien recupera alguna información, recuerdo o creencia en tal ente, este se active de nuevo.
Igual, aunque no sean egregores, muchas entidades requieren del pensamiento y fé humanos para intervenir, contactar y/o habitar este mundo, y cuando tal cosa no sucede, tienen que volver su lugar de origen, o a otro lugar, o les pasará lo mismo que a lso egregores,que quedan suspendidos en el tiempo-espacio hasta que alguien los recuerde.
Un acto importante, que haya conllevado gran esfuerzo o haya intervenido la voluntad de mucha gente puede crear un égregor, que puede continuar desprendiendo la energía de tal acción incluso mucho tiempo después de que tal acto haya concluido.
Así mismo, un hechizo o ritual, en el plano astral es cómo un égregor, que en ocasiones puede permanecer tras finalizar ese hechizo, hasta que vuelva a ser usado, acumulando cada vez más energía. Ésta es la razón por la que cuando un hechizo es heredado en una familia, y usado por cada generación, suelen ser muy potentes.
Los elementales artificiales son considerados también egregores, llamados también egregores elementales, pues el poder básico que los alimenta es uno o más de los elementos.
Un égregor puede ser creado de cosas positivas, como amor, esperanza, deseos de ayudar a alguien… como creado de cosas negativas, como rencor, odio, ira, envidia, deseos de destrucción…
También es posible determinar,si se desea, el tiempo o el límite de éste que tendrá un égregor (o un égregor elemental) para su existencia, el cual suele ser cuando acabe su tarea, pero tal cosa debería de hacerse durante su creación. En principio el creador del égregor debe de ser capaz de ordenarle algún cambio de la tarea, así como hacer que se disuelva, osea, que desaparezca. También puede que el creador determine que lo que desea es que viva por siempre.
Si alguién es capaz, puede «matar» a un égregor ajeno, haciendo que este se disuelva, si era un elemental, hará que vuelva al elemento que lo sustenta. También es posible «robar» el control de un égregor o un elemental, introduciendo en su núcleo tu propia energía, y sustituyendo la del creador original, lo que hará que el égregor sea como creado por tí, pero esto no es tan fácil.
Sobre si un égregor tiene voluntad propia, es un tema díficil de tratar, pues varia mucho según ciertas características. Un égregor de nivel bajo creado para una tarea concreta no debería de tener voluntad, quizás si un égregor inconsciente vaga libre tendrá algo de voluntad, pero ésta ira dirigida seguramente ha actos relacionados al pensamiento o emoción que lo crearon. Cuando ya se trata de egregores que alcanzaron un enorme poder, antigüedad y polifascismos, como ocurre con los dioses de esta clase de origen, probablemente tengan ya una «voluntad» más libre.»Fuente: Dany Taichi
EL EGREGOR
O
EGREGORA MASÓNICA “Egregor” [Del griego Egregoroi] significa velar. Egrégora también proviene del mismo término y designa la fuerza generada por la suma de las energías físicas, emocionales y mentales de dos o más personas cuando se reúnen con cualquier finalidad.Eliphas Levi A los Egregores, los denomina príncipes de las almas. Rizardo da Camino en su Diccionario Masónico, dice que es un “Cuerpo Místico que se forma con sus propias peculiaridades, después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos se unen con las mentes para el acto de crear”. Al Egregor se le supone un centro de conciencia dévico, entendiendo por dévico a las reacciones del Espacio por cualquiera de los estados de conciencia humanos.Se le conceptúa esotéricamente como un ente primordial formado por una agrupación de almas en un todo de sustancia mental o psíquica. Los antiguos consideraban a la Egrégora un ser vivo con fuerza y voluntad propias generadas a partir de sus creadores o alimentadores pero independiente de las de cada uno de ellos.En el plano racional a los Egregores se les entiende como formas psíquicas que tienen que ver con estados de conciencia humanos. Es un ‘ser psíquico’ de carácter colectivo; un campo de influencia común, es un fluir sutil, invisible y elástico que ocupa espacios y que transmite energías creadas por un modo de pensar, de sentir o de actuar de los seres humanos. Es un “ente” real, sensible y actuante, aunque imponderable, que permite tener a los corazones sintonizados.
Es un alma grupal, un arquetipo que dirige el destino de la comunidad. Es innegable su poder por la consolidación de lazos entre el individuo y el grupo integrando al primero a un registro del inconciente colectivo. Si algunas personas se reúnen y emiten vibraciones fuertes e idénticas por pensamientos de la misma naturaleza, formarán uno por energía positiva o negativa, según sea el genero de los pensamientos emitidos, el Egregor creado con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones y de acuerdo a ellos, reaccionará sobre nosotros. Es decir; todo impulso vital o substancial que surge de individuos o de comunidades produce una reacción en el espacio que provoca la forma psíquica de un Egregor, que se establece alrededor de las personas, de los hogares, de templos, de instituciones, etc.La Egrégora se realimenta de las mismas emociones que la crearon, y a quienes la engendraron, se les induce a producir repetidamente las mismas emociones. Los hay efímeros y permanentes. Los primeros obedecen a impulsos psíquicos o estados de conciencia esporádicos y sin fuerza aglutinante; los segundos son el resultado de la acumulación de materia psíquica realizada de manera constante y permanente por efecto de los estados de conciencia habituales, ya sea de los individuos o de los grupos. Por ejemplo: Una persona pesimista producirá un tipo de energía que por ley de afinidad se fijará a su alrededor y se ligará con personas y sitios que tengan su misma vibración.El Egregor formado por el poder de los ritos, de las ceremonias litúrgicas y de meditaciones llevadas a cabo regularmente por las distintas religiones, sociedades y escuelas esotéricas de entrenamiento espiritual del mundo determinan estados psíquicos con gran influencia que afectan el ambiente particular de tales comunidades y también sobre otras conciencias generando un fenómeno psicológico vivenciado como un despertar espiritual. Así, se aprecia una elevación o dignificación de la conciencia. Estos Egregores son deseables, necesarios, y es lícito pretenderlos como cohesión iluminada. Por el contrario, existen otros negativos que son generados por actos de egoísmo, por la incapacidad de aceptación del bien y de rechazar al mal. Estos Egregores son los más numerosos y los que frecuentemente nos encontraremos cruzados en el camino hacia la máxima elevación espiritual en donde se busca la paz, la serenidad y la comprensión.Los distintos tipos de Egregores cualifican la vida de individuos y de los grupos que los produjeron por efecto de sus ordinarios y habituales trabajos y estados de conciencia. Los hay que provenientes del pasado aun pululan en ritos y ceremonias y continúan proyectando energías. Otros, de carácter reciente generan un poder muy notorio en la vida actual determinando los aspectos sociales, políticos, culturales, de las distintas naciones.Ente mágico y etéreo, fruto de sinergismo de personas reunidas en la práctica de un ritual, como energía psíquica se dota de una forma objetiva en el plano donde se manifiesta. Esta forma se adapta a las expresiones de la personalidad cuando se experimentan estados de conciencia como el odio, la envidia, el miedo o la desesperación o, por el contrario, la benevolencia, el afecto, la compasión, la decisión o el valor. La acumulación de las energías psíquicas exigiendo una forma haya en los distintos espacios cualificados la respuesta adecuada. La actividad en distintos niveles de expresión psíquica, produce y determina aquellas formas y una vez creadas se introducen en las mismas constituyendo lo que podríamos denominar esotéricamente un centro de conciencia grupal.El Egregor, siendo básicamente una creación mental -ya sea en un sentido positivo o negativo- ofrece la particularidad de estar dotado de una conciencia embrionaria con capacidades de acción y de reacción, así como de un alto espíritu de supervivencia. Tiene capacidad de absorción de las energías y también de expansión de las mismas, oponiendo resistencia a las fuerzas que tratan de destruirle. Los Egregores influyen muy directamente en la historia humana estructurando ambientes psíquicos que determinan el grado de civilización y cultura. Jesús formó el Egregor del cristianismo Hitler el del nazismo.El Egregor o Egrégora masónica aparece en las logias durante el trabajo, por ello, sería aconsejable que el lugar esté exclusivamente dedicado para el oficio masónico y que la tenida se lleve a cabo tanto en el desarrollo del Ritual como en las intervenciones personales en completa armonía.La Egrégora masónica atribuye a los trabajos un carácter místico, diferenciándolos de otros tipos de reuniones, por tanto, al ingresar en el Templo, los miembros deberían dejar todo pensamiento y actitud profana afuera. Los Aprendices, Compañeros y Maestros, superando el papel de simples espectadores, deberían estar dispuestos a realizar aportes de actitud y opinión constructiva que producirán una especie de vibración involucrada que constituirá un Egregor particular al que nos conectaremos mental o emocionalmente, alimentándolo, al mismo tiempo que nos alimenta a nosotros en un constante equilibrio.Si nuestro trabajo en el Taller se limita al simple ejercicio mímico del Rito, si evidenciamos una actitud desapegada y sin sentido ceremonioso, si nuestra intervención es una simple exposición de palabras vacuas, una logomaquia sin sentido, si nuestro pensamiento se enroca perezosamente en la rutina y desprecia aspiraciones elevadas; entonces estaremos contribuyendo a la formación de un Egregor que sumado a otros con igual actitud aumentará su fuerza y provocará el fracaso de los trabajos.Cuando un hermano realiza su honesto aporte masónico puede generar una vibración poderosa que se propagará libremente por el silencio de algún alma opacada estimulando su reflexión. Imaginemos a la totalidad de hermanos trabajando con similar disposición y será fácil augurar un futuro provechoso para ése templo.Hay logias en las que sus características peculiares perduran a pesar de los individuos que entran y salen de ella, el taller tiene su alma, su Egregor, formado por todos los que participaron en las Tenidas, también por su embellecimiento y cuidado, que deben ser permanentes. Así, el Templo puede ser sencillo pero debe estar escrupulosamente limpio, decorado con buen gusto para estimular la emoción artística, porque el arte y la belleza son fundamentales para la evolución del Egregor de la Logia. Deberían evitarse la murmuración, los gestos poco fraternales. Sería deseable por parte de todos los hermanos que sus trabajos estén regidos por los pensamientos más elevados y con las palabras más respetuosas y afectuosas. Convendría que las tenidas fueran constantes y regulares con asistentes sinceros y entusiastas con los trabajos de la Logia.Es cuanto…MMROMEO HERNÁNDEZ MENDOZAPrimera Parte:
El término Grupo Mental es utilizado de forma incorrecta como sinónimo de Grupo de Almas. Los dos conceptos son completamente distintos. El Grupo de Almas es la materia prima del contenido mental por medio del cual la conciencia individual se va diferenciando a través de la experiencia; mientras que el Grupo Mental se construye a partir de la contribución de varias consciencias individualizadas que se focalizan sobre una misma idea. En resumen, un Grupo de almas es la base, el Grupo Mental es el resultado.
La llave radica en como un número de personas enfocan su atención hacia un objeto, sobre el cual todas sienten de forma intensa y de la misma manera. Es importante resaltar que la dirección de la atención a un objeto común sin el componente emocional no produce el mismo efecto.
¿Que es esa extraña carga de energía que se forma y dispersa tan rápidamente cuando un número de personas actúan como una misma mente en un mismo lugar? Para una explicación debemos considerar el concepto de Elementales Artificiales.
Un elemental artificial es una forma-pensamiento insuflada por la esencia Elemental. Esa esencia puede proceder directamente de los Reinos Elementales o puede derivarse de una persona. Una Forma -pensamiento construida por la visualización y concentración continuada, aunada a una fuerte emoción asociada a la imagen se carga con esa emoción y es capaz de tener una existencia independiente fuera de la consciencia de su creador. Este es un factor muy importante en el trabajo y la explicación de muchos fenomenos.
Segunda Parte:
El mismo proceso ocurre cuando un número de personas se concentra con emoción sobre un objeto particular. Crean un Elemental Artificial tan potente como el tamaño de la multitud y la intensidad de los sentimientos. Este Elemental tiene en si mismo una atmófera muy marcada y esta influye poderosamente sobre los sentimientos de cada individuo que participa en la emoción de la masa. Esta les proporciona sugestión telepática, sonando la nota de su propio ser en sus oídos y por tanto reforzando la vibración emocional que originalmente le dio vida; se da una acción y reacción, un estimulo mutuo e intensifición entre el Elemental y sus creadores. Mientras más fuerte la masa se concentra sobre su objeto este más se llena de fuerza, más se fortalece y más genera sugestión sobre la masa intensificando a su vez la emoción de la misma. Esto explica como la turba es capaz de realizar actos apasionados de los cuales personas individuales normalmente se horrorizarían.
Un turba elemental, sin embargo, se dispersa tan rápidamente como se forma porque no tiene continuidad en su existencia, cuando el estímulo de emoción común es removido, la turba cesa de ser una unidad y se desintegra. Esto explica porque las milicias sin disciplina, aunque entusiastas, no son maquinarias de combate confiables ya que su entusiasmo se evapora si no son continuamentee estimulados; se dividen en sus partes donde hay individuos con intereses diferentes, cada uno activado por el instinto de autoconservación. Para crear un Grupo Mental que se mantenga en el tiempo es necesaria una atención continua donde la emoción es esencial.
Siempre que se haya mantenido la continuidad en la atención y la emoción en el Grupo Mental o Grupo Elemental, a lo largo del tiempo desarrolla un tipo de existencia propia y cesa de ser del todo dependiente de la atención y emoción de la masa que le dio origen. El Grupo Elemental ya las contiene en si, la atención individual es atraída y mantenida y las emociones bullen dentro del mismo a pesar que no quiera sentirlas.
Cada nuevo miembro del grupo entra en esta atmófera potente, si acepta se convierte en una célula del grupo. Si lo rechaza, el mismo es rechazado o retirado. Varios miembros de un grupo con una atmófera fuerte, Grupo Mental, o Grupo Elemental, piensan sin sesgo acerca de los asuntos en relación a la concentración y la emoción del grupo. Esta es una de las razones por las que es tan dificil realizar cambios en los grupos.
Tercera parte:
En cuanto más cerrada es la organización del grupo, más dificil será realizar cambios y más fuerte deberá ser la personalidad de quien emprenda la tarea. Una vez que una fuerte personalidad empieza a causar una impresión en el grupo, rápidamente encuentra que puede seguir liderazgo y que está creando un Elemental. Cuando se encuentra en el tope del liderazgo el movimiento que el mismo ha creado lo sigue empujando hacia arriba. El individuo solitario pudiera ponerse a un lado y parar en momento de duda y desánimo, pero esto no ocurre al líder de un grupo altamente emocional; tan rápido como disminuya su marcha sentirá la fuerza del Grupo detrás de si y la llevará durante sus horas de debilidad y oscuridad. Pudiera también ocurrir que, si su esquema ha sido concebido de forma poco sabia, la fuerza del grupo pudiera llevarlo a chocar contra las rocas de un sistema mal juzgado, un sistema en el cual hubiera advertido la irracionalidad. Recordemos que estamos tratando la existencia elemental Grupal y el tema se va a complicar un poco más aun, en principio, y luego lo vamos a ir despejando.
No hay forma de detener el momentum de un movimiento que se mueve a lo largo de las líneas de laevolucionn; el grupo Mental de los participantes forma un canal para la manifestación de las fuerzas y el momento desarrollado es irresistible. Por más fuerte que bsea la personalidad, por más vastos que sean los recursos, si el movimiento es contrario a la ley cósmica es solo cuestión de tiempo hasta que todo el grupo se precipite alocadamente en declive por la pendiente. En tal caso, es el propio momentum que ha trabajado y que es la causa de su destrucción. Si se da demasiada cuerda en el momento inadecuado se colgará a si mismo, caerá por su propio peso cuando haya crecido lo suficiente hacia arriba como para desbalancearse. Este factor del grupo Elemental es una llave de suma importancia para comprender los problemas humanos y explicar la irracionalidad del hombre en masa.
Se puede llevar la aplicación práctica del concepto de masa elemental más alla de lo que lo hacen los psicólogos. En él encontramos una puerta abierta para un cabal entendimiento de la esencia ritual. Considerando bajo la comprensión de la psicología de masas, es obvio que el método del ritual se basa sobre la experiencia práctica de los hechos. cualquier concepto de tono emocional sostenido en común empieza a generar automáticamente un Elemental Global y mueve a los miembros para que lleven ese concepto a la práctica. De esta forma también los que no pertenecen al grupo pueden reconocerlo a través de sus actos. Y con esta conexión es que realmente se afirma que la sangre de los mártires es la semilla de Iglesia.
La potencia del ceremonial no descansa únicamente en el llamado de las entidades invocadas sino también en el llamado a la imaginación de los participantes. Un adepto que trabaje solo, trabajará un ritual en una imagen consciente sin moverse de su postura meditativa y este ritual será efectivo para el propósito de la invocación. Pero si se quiere crear una atmófera en la cual el desarrollo de sus alumnos se vea estimulado, o si desea elevar su propia consciencia más allá de los límites usuales, hará uso del poder del Grupo Elemental desarrollado a través del ritual.
Esta entidad actúa sobre los participantes en la ceremonia sacándolos momentáneamente de su estado consciente habitual. Esta entidad formada con la emoción adecuada, es capaz tanto de elevar la conciencia al nivel angélico, o de bajarla al nivel de las bestias de acuerdo con las entidades que haga contacto.
Cuarta Parte:
Cuando nuestra emoción es dirigida de forma intensa hacia un objeto, estamos colocando fuera de nosotros una fuerza sutil pero sin embargo muy poderosa. Si esa emoción no se encuentra desbordada de forma ciega, sino más bien es canalizada y dirigida con la idea de hacer algo, y especialmente si esa idea genera una imagen en la mente, la fuerza se convierte en una «forma-pensamiento»: la imagen mental es animada por la fuerza y se convierte en una realidad en el plano astral. Esta forma-pensamiento en si misma ahora comienza a generar vibraciones, y estas vibraciones tienden a reforzar los sentimientos de la persona cuya emoción le dio origen, induciendo sentimientos similares en las demas personas que se encuentran presentes y que tienen la atención dirigida al mismo objeto.-
Se podrá observar que la teoria del Grupo Elemental se empieza a asociar con la teoría de la autosugestión, y estos dos conceptos psicológicos se extienden por asociación con el concepto de telepatía. Tomando estos tres factores juntos tenemos la llave no solo de los fenómenos de la psicologia de masas sino también del poder del ritual, especialmente cuando es realizado por un grupo cuyos miembros se encuentran activos en el ritual y en llevar a la práctica o concretar en su vida diaria los efectos que este les otorga. Esto significa vivir de acuerdo a la verificación de los principios.
Vamos a considerar ahora lo que ocurre en un ritual:
Todos los presentes tienen su atención dirigida y fijada sobre los procedimientos y cada objeto dentro del campo visual simboliza la idea que esta siendo expresada en la ceremonia. En consecuencia se origina un Elemental grupal altamente concentrado y de poderosa wenergía.
Como acabamos de ver, cuando una persona piensa en cualquier objeto con emoción, la fuerza se vierte hacia fuera. si un número de personas están pensando en el mismo objeto con emoción, con su atención concentrada y sus sentimientos exaltados por el ritual, colocarán en una gran fuente gran caudal de energía o fuerza sutil. Esta fuerza ayudará a traer a través de su forma más pura la fuerza espiritual que el ritual desea invocar.
Finalizando:
En las religiones donde los dioses o los santos son libremente representados bajo forma pictórica, la mente de los devotos está condicionada a imaginarlos como están usualmente representados, pudiendo ser horus con su cabeza de halcón, o la Virgen María. Cuando muchos devotos se congregan para rendir culto a sus dioses, sus emociones están concentradas y exaltadas por el ritual. Al mantener la misma imagen en sus mentes, la fuerza vertida hacia afuera por los presentes se convierte en un simulacro astral del Ser bajo forma de una imagen intensa; si resulta una representación congruente con la fuerza natural entonces servirá de canal para su manifestación a través de la forma en que fueconstruida. La imagen mental mantenida en la imaginación de cada participante durante la ceremonia puede poco a poco tomar presencia objetiva y todos podrán sentir el poder que ha sido invocado.
Cuando este proceso se ha repetido varias veces a lo largo de diversos periodos, las imagenes que han sido construidas permanecen en el plano astral de la misma forma que un habito se mantiene al repetir varias veces un acto. En consecuencia, proximos devotos deberán solo pensar el el dios y sentirán su poder. Si pensamos por un momento veremos que el espiritu Santo no es entonces ni una llama ni una paloma, tampoco es el aspecto materno de la naturaleza Isis o Demeter. Estas son formas bajo las cuales la mente humana intenta aprehender estas fuerzas.
Aquellos que tienen conocimientos de estos aspectos de la mente humana pueden usar su conocimiento para crear condiciones en las cuales la mente humana individual pueda ser capaz de trascender e ir más allá de sus limitaciones hacia una esfera de mayor sabiduría.
A consultar: Sin lugar a dudas, F. Bardon, es uno de mis autores predilectos.
Les dejo un Cálido Saludo Fraterno
Con Brajah
Fr. Burke:.
EL EGREGOR DE LA LOGIA
Sobre un tema que debería ser tratado
en todas las Ordenes de Iniciación
DIONISIO E. JARA R.*
INTRODUCCION
La palabra “Egrégor” es una voz verbal del griego clásico. Significa vigilar, velar, estar despierto, no dormir. Por extensión, la raíz sustantiva ha significado vigilia, vela, privación de sueño. Por tanto, el concepto masónico de Egrégor es “Vigilante” de la Logia.
Rizardo da Camino, en su Diccionario Masónico, nos dice que Egrégor es un “Cuerpo Místico que se forma con sus propias peculiaridades, después de la apertura del Libro Sagrado, cuando todos se unen con las mentes para el acto de crear”.
Son muy pocos los escritores que nos entregan una definición sobre el significado de nuestro tema; Mouni Sadhu es uno de ellos y en su obra “El Tarot”, nos dice que el Egrégor es una entidad colectiva, tal como una nación, estado, sociedad, religiones, sectas y sus adherentes, e incluso organizaciones humanas menores. La estructura de los Egrégores es similar a la de los seres humanos. Tienen cuerpos físicos, astrales y mentales por lo que se constituyen en la suma total de todos estos elementos.
Los Egrégores tienen formas peculiares en los mundos superfísicos, similares a sus representaciones simbolizadas, como el león de Gran Bretaña, el gallo de Francia, el águila de Alemania, etc. Estas formas – como lo declaró Paul Sédir, que las observó antes de la primera Guerra Mundial – pueden ser vistas por una persona clarividente, o por otras con la directa asistencia de un Maestro espiritual, como lo fue el caso de Sédir. En sus “Initiations” nos cuenta cómo, poco antes de 1914, el misterioso Monsieur Andréas le mostró el futuro de Europa para algunos años adelante. Habla de la tragedia de su amada Francia, que luego se desangró en la primera Guerra Mundial. En la siguiente visión, que también fue provocada por el mismo Andréas, también se le mostró a Sédir el pasado lejano, volviendo al tiempo de Santa Juana de Arco e incluso habló con ella y tomó parte de la ceremonia mística que siguió en las mazmorras y celdas del viejo castillo, donde la Santa fue reducida a prisión antes de su ejecución en la hoguera. Existe un momento en la historia, cuando Sédir – como puede verse por su narración – pudo apreciar asimismo el futuro distante, probablemente la Segunda Guerra Mundial, tan desastrosa para Francia. Pero se le prohibió revelar algo sobre eso, aunque su profunda preocupación queda en evidencia a través de sus tristes palabras al final del capítulo. En todas estas visiones, el Egrégor de Francia tenía la forma de un gallo, mientras que los otros estaban representados por diferentes pájaros y animales, como los comentados anteriormente.
Una obligada referencia debemos hacer del Maestro contemporáneo de la antigua Filiación Rusa del Martinismo, Gregory Ottonovich de Mebes, más conocido por sus iniciales “G. O. M.”, quien en su obra escrita en idioma ruso “Curso Enciclopédico de Ocultismo” escrita en la ciudad de Saint-Petersburgo entre el año 1911 y 1912 y traducida al español por el antiguo miembro de la Orden Martinista de Chile, Sergei Veshñacov, nos hace referencia en el capítulo dedicado a la explicación del XI Arcano, el desarrollo de diversas instancias iniciáticas, religiosas y filosóficas desde el punto de vista de la construcción egregórica. Su análisis tiene una visión desde la dinámica del Tetragrámaton (el Nombre Sagrado de Dios) y como ella se proyecta en sus diversas etapas hasta encontrar una solución y explicación lógica a la historia y objetivos secretos de las sociedades de iniciación. Sin embargo, no podemos entrar en el estudio de dicho texto ya que requiere de un tratamiento especial y de un auditórium preparado para comprender tales conocimientos. Solamente lo citamos para que los Hermanos estudiosos e investigadores busquen en sus profundos conocimientos, estadios superiores de aprendizaje.
EL PODER DEL PENSAMIENTO, BASE DE TODA CONSTRUCCION EGREGORICA
Para que una Tenida Masónica, o de cualquier Orden Iniciática que sea, dé el efecto deseado, cuyo objetivo es posible percibir por el sentido impreso en el ejercicio del Ritual con el que esta opera, es que el lugar donde se reúne, debe estar exclusivamente dedicado para el oficio iniciático en el cual se trabaja. Egregóricamente hablando, no es conveniente dedicar un lugar usado comúnmente para actividades profanas, para convertirlo en forma ocasional en un lugar para la actividad iniciática.
Por el contrario, tampoco es conveniente, desde este mismo punto de vista, que un Templo dedicado al uso de un Ritual preciso, se convierta por cualquier razón, en un lugar para actividades profanas.
Una Tenida masónica debe llevarse a cabo, tanto en el desarrollo del Ritual como en las intervenciones personales que surgen en el debate o análisis de alguna enseñanza, en la más justa y completa armonía. Si uno o más miembros de la Logia, estuvieren pensando, por ejemplo en forma vanidosa, sobre lo ostentoso de los paramentos que lucen para la ocasión, o el deseo de manifestarse en el afán de brillar y tomar parte prominente en los procedimientos del Ritual; si existieran sentimientos personales tales como haber ingresado al Templo en un ánimo de sentirse ofendido, de revancha, o estar afectado por los celos y la envidia, lo más probable es que todo el ejercicio y esfuerzo por conseguir el objetivo oculto del sentido del Ritual sería algo absolutamente inútil.
Si por el contrario, al ingresar en el Templo, los miembros que participan de él hacen el ejercicio de dejar todo pensamiento, sentimiento y acción profana fuera, entonces puede resultar de un efecto muy considerable y beneficioso. Entendemos que en la mayoría de los casos es así, como también que de tales efectos no se tiene conciencia, por lo desconocido que resulta del análisis de dicho tema.
La técnica recomendable para el estudio de un tema en una Tenida en particular, es que todos los miembros que asisten a ella se encuentren al tanto sobre cuál materia se estudiará. Esto permite que todos se hayan preparado convenientemente y con antelación al día de la asamblea. No es de responsabilidad el que algún Hermano llegue a las reuniones de su Logia sin siquiera estar enterado sobre el motivo y temática que se trabajará en ella, sino por el contrario, todo Hermano debe tener una inteligente comprensión del tema que se va a tratar. Su asistencia entonces constituirá un factor de aporte al trabajo general que emprenda la Logia.
Los Aprendices, Compañeros y Maestros, tienen que hacer su trabajo, y más allá de ser simples espectadores, deben estar en condiciones de hacer aportes ciertos sobre los temas en estudio; si no se está en condiciones de hacer un aporte objetivo, al menos cada uno de ellos debe dar su opinión; esto igual sirve, pues también se acumula al resultado sumatorio que en adelante se observa en la construcción del Egrégor que se quiere tener.
Este no es un tema fácil de entender, por el contrario, requiere de cierta reflexión y meditación, pues es necesario fijarse sobre el efecto exacto de un pensamiento bien definido y sostenido en el tiempo.
Todo pensamiento suficientemente definido para ser digno de este nombre, produce dos resultados diferentes. Primeramente, debe establecer una vibración lo suficientemente definida y fuerte como para invadir todo el plano de la comprensión mental que involucra a nuestros hermanos que se encuentran a nuestro alrededor, donde al igual que la voluntad al ordenar a un dedo de nuestra mano que ejerza presión sobre una tecla definida de un piano, resulte de un sonido audible y musical; nuestro pensamiento suficientemente definido entrará en la comprensión de todos quienes asisten al trabajo de la Logia. En segundo lugar, cada pensamiento reúne a su alrededor la materia viviente del plano mental y construye lo que se denomina forma de pensamiento. Allí está el átomo simiente por el cual se construye el Egrégor de nuestra Logia.
Si nuestros pensamientos y aportes al estudio de la Logia están radicados en exclusiva a un simple ejercicio mental, donde nuestro aporte resulte de algo comúnmente repetitivo y ya sin sentido, como quien suma dos más dos, tal esfuerzo no pasa más allá de ser simplemente eso.
Si nuestra intervención ya no es una simple exposición de palabras sin gracia y sentido, sino que nuestro pensamiento expresado por el verbo lleva como sello el sentido altruista, de la aspiración elevada y de la emoción superior por los Ideales que profesamos, entonces esa simple idea como pensamiento, se desarrolla en la comprensión de los hermanos centuplicando así su fuerza y acción.
Pero, un sentimiento y un pensamiento altruista pueden morir si a su derredor moran sentimientos y vibraciones inferiores tales como el egoísmo, el fanatismo o la intolerancia.
Cuando un Iniciado piensa y hace aportes muy bien definidos desde el punto de vista de la Doctrina a sus hermanos y Logia en general, está enviando a su derredor una vibración muy potente, porque prácticamente no sufre oposición, al igual que un sonido en un gran silencio. Es como una luz brillante en una noche oscura. Es la visión que mediante la potencia de su vibración, remece las mentes de sus iguales para despertarlos de su sueño mental. Es el momento en que se esclarecen las mentes de todos y comprenden las múltiples posibilidades de un pensamiento bien dirigido, esclarecido y con emoción. Esto no quiere decir que se comprende por completo las doctrinas que nos sustentan, sino que los hermanos que lo han escuchado tienden a liberalizar ciertas posiciones del plano mental, que los dejan en condiciones beneficiosas e incalculables de recepción y creatividad.
Ahora bien, si el pensamiento de un solo hermano produce tales resultados, fácil será comprender que el pensamiento de veinte, treinta o más hermanos dirigidos al mismo fin producirá un efecto enormemente mayor. La fuerza del pensamiento unido de un gran número de hermanos es, con mucho, mayor que la suma de sus pensamientos aislados.
Un Masón u Hermano de cualquier Orden Iniciática consecuente en pensamiento y emoción con sus ideales, se constituye en un centro del cual fluyen hacia el mundo profano, las ideas y pensamientos liberalizadores hacia mentes que en absoluto han sido despertadas a ideas superiores, produciendo un verdadero aceleramiento al momento de su despertar.
Quizás muchos piensen que aquí se cierra la enseñanza, pero en verdad recién está a punto de comenzar.
EL EGREGOR Y LA LOGIA
La construcción del Egrégor de una Logia está directamente relacionada con varios aspectos que es importante anotar. De hecho, cuando se funda una Logia, esta viene a la existencia bajo ciertas condiciones, que pueden ser de tipos astronómicas, astrológicas, numerológicas, cabalísticas, etc., y que afectan toda su vida. Algunas nacen sanas y robustas, otras débiles y enfermizas, permaneciendo así durante el transcurso de muchos años.
Quienes hemos tenido alguna experiencia en visitar algunas Logias de diferentes Ritos, por ejemplo, nos podemos dar cuenta que todas tienen sus características peculiares que perduran a pesar de los individuos que entran y salen y de los que las componen en forma regular. De hecho, están animadas desde su fundación por propósitos muy particulares. Algunas Logias llevan el nombre de alguna virtud, como por ejemplo “Esperanza”, “Unión Fraternal”, “La Concordia”, etc.; otras llevan el nombre de personajes famosos, como: “San Martín”, “Mozart” etc., y otras llevan nombres de santos patronos como, “San Juan Evangelista”, “San Andrés de Escocia”, etc., todas ellas animadas por una idea sostenida en una inspiración que busca una meta en particular. Estos nombres están sostenidos por pensamientos, los cuales se revisten con materia de planos superfísicos y que permanecen como una entidad independiente, durante un tiempo más o menos largo con mayor o menor actividad, según sea el impulso original que se le ha dado y según es reforzado por nuevas corrientes de pensamiento.
Un hecho que es importante considerar, y que reafirma lo que dijéramos en un principio, el Templo de la Logia debe ser considerado como el lugar donde habita el Egrégor formado por el pensamiento colectivo de todos los Hermanos que asisten a las Tenidas.
El Templo es el lugar exclusivo para los trabajos de todos los masones y no otro lugar. La construcción y permanencia del Egrégor no puede ser perturbado por pensamientos desarmónicos, cosa que ocurre cuando dicho lugar es utilizado para fines que no son iniciáticos.
Si un Templo es utilizado en otros días de la semana para actividades de tipo profano, el Egrégor se siente desarmónicamente afectado con las formas de pensamiento creadas allí por las habladurías, comentarios, chismes, discusiones, risotadas, diversiones, diversos aromas y olores que emanan del consumo de cigarrillos, bebidas alcohólicas, etc., todos ellos como efectos de una convivencia social profana. El Egrégor ciertamente que es afectado por todos estos elementos, y nuestro deber es defenderlo de todo este perjuicio evitando que nuestros Templos se conviertan en centros de actividad profana.
Nuestro interés por el embellecimiento del Templo debe ser permanente ya que el Egrégor que construimos se ve agradablemente afectado por los pensamientos de todos los que ingresen en él. Por el contrario, lo perjudicamos, si al ingresar al Templo este se encuentra sucio, con adornos de mal gusto, los Hermanos mal decorados, los candelabros deslucidos y no lustrosos, las paredes mal pintadas, mal iluminado. El Templo puede ser sencillo pero debe estar escrupulosamente limpio, decorado de un buen gusto para estimular el respeto, el recogimiento y el estímulo para la emoción artística, porque el Egrégor debe ser perfecto en todos los sentidos, y el arte y la belleza son fundamentales para la evolución tanto del Egrégor de la Logia como de los Hermanos que la componen.
El Egrégor es formado con nuestros pensamientos, sentimientos y emociones y de acuerdo a ellos, este reacciona sobre nosotros ayudándonos tan pronto como nos pongamos bajo el amparo de su influencia.
En el Templo no debería haber ninguna murmuración, ni menos ningún pensamiento o gesto poco fraternal, pues un mal pensamiento y un acto antifraternal por parte de un iniciado es multiplicado por esta condición que al ser hechos por un profano. No da lo mismo un comentario mal intencionado de parte de un profano, que una crítica incorrecta, maligna e injusta hecha por un iniciado. Por eso, todos los hermanos deben procurar que los trabajos siempre estén poblados de los pensamientos más elevados y con las palabras más respetuosas y afectuosas. Siempre hay que dar paso a opiniones útiles, verdaderas y agradables.
Todos los miembros de una Logia son importantes. Son necesarios los Hermanos con capacidades intelectuales, para construir su cabeza; son necesarios los Hermanos de vivos sentimientos para construir su corazón, son necesarios los Hermanos cooperadores y siempre dispuestos a servir a sus demás Hermanos, para construir sus miembros. Si se da el caso que un grupo de ellos es muy excesivo, entonces la construcción del cuerpo y el alma del Egrégor también será desproporcionada.
Las Tenidas deberían ser constantes y regulares y tan frecuentes como fuere posible, no precisamente muy concurridas, pero sí los que asistieren debieran ser sinceros y entusiastas con los trabajos de la Logia. Esta actitud es fundamental para su construcción ya que necesita además ser cargada continuamente con nuevo poder.
El Gran Arquitecto del Universo es el Logos constructor, y al igual que el que crea los mundos de acuerdo a sus designios, los miembros de una Logia (que es un microcosmos) también crean al Egrégor según los patrones de pensamientos que emiten en su conjunto. Es una gran responsabilidad, pero al mismo tiempo un gran privilegio el tomar parte de tan magnífica forma de pensamiento, cargada de benéficas influencias que ayudará a todos los que se pongan en contacto con él.
Por cierto que el Egrégor tiene una individualidad, y es por el resultado de quienes tengan un poder de pensamiento más poderoso, fuerte y definido, elementos que son más activos al momento de definir su edificación. Sin embargo hay que tener cuidado, porque si todos los elementos que colaboran a la construcción del cuerpo del Egrégor no son lo suficientemente equilibrados, entonces es posible que nos encontremos con Egrégores de clases muy variadas. Unos pueden ser fríamente intelectuales, otros activos y batalladores, otros adormecidos y tristes, otros muy cautelosos y desconfiados.
Si visitáramos varias Logias y poseyéramos la capacidad sensitiva de captar la influencia de un Egrégor, podríamos entonces definir aún sin conocer a los miembros que componen tal o cual Logia, qué clase de Hermanos son los que tenemos en frente. El Egrégor influencia permanentemente a los miembros de una Logia, aún a aquellos que ignoran que sus nobles pensamientos son el resultado de muchos que acuden a sus mentes en el curso de su asistencia a las Tenidas de la Logia.
Finalmente y para terminar esta pequeña exposición, agregaremos que es posible construir más de un Egrégor para una sola Logia, y señalarles a cada uno de ellos ciertas misiones que tienen que cumplir por el bien de la Orden y de la Logia en particular; dotarlos a cada uno de ellos con la armadura que estimemos conveniente y con los atributos tanto en defensa como de ataque que creamos necesarios. Solo nos reservamos la técnica con la cual es posible fabricar y dar forma a estos auxiliares invisibles ya que allí radica el secreto real de lo operativo por sobre lo especulativo y que debe ser necesariamente enseñado por quienes corresponde.
Por último, agregaremos que es perfectamente posible considerar que los iniciados con capacidades innatas para el trabajo teúrgico, pueden construir de igual forma a como lo hacen para una determinada Logia, el Egrégor o egrégores para la protección de su propio hogar y entorno familiar, pero en ello, radica ni más ni menos, que los fundamentos de una enseñanza particular.
De esta manera y considerando todos los aspectos que antes hemos señalado, y si las formas de pensamiento tanto colectiva como individuales son armoniosamente construidas, pueden ser vivificadas por los Maestros Pasados, quienes son los verdaderos Guardianes de nuestra tradición, y transformarse por este medio en el canal por el cual se viertan los dones del Espíritu en casi forma tangible. Entonces la divinidad, invocada a través del Gran Arquitecto del Universo, puede enfocar su gracia en la forma de pensamiento que nosotros hemos creado.
Por Vicente Beltran Anglada:
Con el nombre genérico de EGREGORES vamos a conceptuar esotéricamente todas las
formas psíquicas que viven y se mueven dentro de los distintos éteres que constituyen el espacio
planetario. Tal como vimos en otra parte de este Tratado, hay EGREGORES provenientes de un
remoto pasado que todavía pululan por los bajos niveles del plano astral y son proyectores de
energía negativa sobre el aura etérica de nuestro mundo. Otros, de carácter más reciente y
producidos por la raza aria, contienen grandes reservas de energía mental y su poder es notorio
en la vida planetaria determinando lo que corrientemente llamamos ambiente social, político,
cultural, religioso, etc., de las naciones. Los EGREGORES se hallan por doquier, en las pequeñas
comunidades y en las grandes concentraciones sociales, pues allí en donde participe activamente
el espíritu humano, allí se fomentan y se construyen EGREGORES. Así, el término EGREGOR
tiene para el investigador esotérico un sentido total y absoluto, ya que de una u otra manera es la
representación genuina del alma de los pueblos, es decir, la expresión de su grado de civilización
y cultura. Si investigamos el proceso histórico del planeta y sus repercusiones psicológicas sobre
la humanidad del presente desde el ángulo oculto, comprobaremos la existencia de tres
principales tipos de EGREGORES en el aura etérica de la Tierra:
1º EGREGORES creados en las primeras subrazas de la Raza Lemur y transportados, vía
el éter, a nuestros días por la incorrecta forma de pensar, sentir y actuar de las razas del presente,
constituyendo los vastos semilleros de virus y bacterias que originan las más importantes y
dolorosas enfermedades físicas de la humanidad.
2º EGREGORES, dotados de un portentoso poder, procedentes de las antiguas
humanidades atlantes. Constituyen potentísimas concentraciones de energía psíquica y se
expresan en los subplanos inferiores del plano astral condicionando poderosamente a la
conciencia humana. Según el punto de vista de la Jerarquía espiritual del planeta, estos
EGREGORES son el principal enemigo de los aspirantes y discípulos del mundo en su intento de
integrarse espiritualmente y establecer contacto con su Yo superior.
3º EGREGORES construidos en materia mental y gravitando sobre los éteres planetarios.
Fueron creados inicialmente por las humanidades de las cinco subrazas de la Raza Aria. Algunas
de sus formas son realmente destructivas por el espíritu de separatividad que encarnan. Otras, por
el contrario, son buenas y aparecen actualmente como positivas, aunque al adentrarse la
humanidad dentro del área de luz del cumplimiento causal de la Raza, deberán ser finalmente
destruidas pese a las cualidades que encarnan y ser reemplazadas por otras más adecuadas para
la evolución de las sucesivas subrazas que irán apareciendo. Algunas de estas formas mentales
son expresiones del saber científico, pero aparecen frías y sin contenido espiritual. Es
precisamente esta circunstancia la que aleja a los científicos del mundo de las causas originales
de la energía. Como bien decía un gran Maestro de la Jerarquía a principios de este siglo: “La
Ciencia carece todavía de corazón, de ahí la peligrosidad de sus conquistas iniciales.” La visión de
este Maestro señalaba una vez más en la historia de la Logia el peligro que supone el
conocimiento sin haber madurado suficientemente el sentimiento de fraternidad dentro del
corazón.
Con este triple legado kármico de substanciados EGREGORES enfrenta la humanidad del
presente el proceso de su espiritual evolución, debiendo ser debidamente señalado que la Nueva
Era, a la cual nos referimos tan frecuentemente, será de una tremenda lucha contra los
EGREGORES que en distintos niveles y bajo una prodigiosa diversidad de matices constituyen las
bases de nuestra civilización actual. Habida cuenta de que este Tratado Esotérico sobre los
Angeles ha de constituir una obra genuinamente práctica que trascienda el propio conocimiento de
las ideas tratadas, hemos creído oportuno profundizar lo más posible en este tema de los
EGREGORES, a fin de que el aspirante espiritual de nuestros días y aún el propio discípulo en
entrenamiento esotérico, puedan utilizar los conocimientos impartidos en forma práctica y eficiente,
contribuyendo de alguna manera a la obra de la Jerarquía planetaria en Su intento de limpiar los
ambientes planetarios para que el Avatar de la Nueva Era pueda crear sin dificultades el Camino
de Luz que lo acercará a la Tierra y al corazón de los seres humanos de buena voluntad.
¿Qué es un EGREGOR?
Un EGREGOR, técnicamente hablando, es un núcleo de substancia mental, psíquica o
etérica creada por el modo de pensar, sentir y actuar de los seres humanos en no importa qué
plano ni en qué tiempo de la historia del mundo, cuya forma psíquica, encarnando aquellas
cualidades expresivas de conciencia, ha sido construida por los devas substanciadores de la
energía en cualquier nivel de la vida de la Naturaleza. Es decir, que todo impulso vital o
substancial surgiendo de los individuos o de las comunidades sociales del mundo y siguiendo la
línea creadora de la conciencia, produce inevitablemente una reacción dévica del espacio y
producto de ella es la forma psíquica de un EGREGOR. Pero, hay que señalar al respecto que hay
EGREGORES efímeros y EGREGORES permanentes. Los primeros obedecen a impulsos
psíquicos o estados de conciencia esporádicos y sin fuerza aglutinante; los segundos son el
resultado de la acumulación de materia psíquica realizada de manera constante y permanente por
efecto de los estados de conciencia habituales, ya sea de los individuos o de los grupos. En todo
caso, la respuesta dévica a los impulsos psíquicos creados por la humanidad a distintos niveles y
con carácter asiduo o permanente, constituye lo que corrientemente llamamos ambientes sociales
y comunales, siendo éstos la base de la civilización y cultura de los pueblos.
En el segundo libro de este Tratado hicimos extensa referencia a los EGREGORES
CONSTRUIDOS POR LOS DEVAS DEL AIRE utilizando el poder de los ritos, de las ceremonias
litúrgicas y meditaciones llevados a cabo regularmente por las distintas religiones, sociedades
secretas y escuelas esotéricas de entrenamiento espiritual del mundo, determinando formas
psíquicas de gran poder magnético que afectan el ambiente particular de tales comunidades y
asociaciones, pero que también, y en forma más subjetiva y oculta, operan sobre las conciencias
de los demás individuos y grupos determinando el fenómeno psicológico místicamente reconocido
como del despertar espiritual del alma. Esta es la manera mediante la cual el fermento social de
elevación y dignificación de la conciencia se produce. Los EGREGORES, en tal caso y en tanto
sean necesarios, resultan positivos y es lícito mantenerlos en iluminada tensión, tal como se dice
esotéricamente.
Existen, por el contrario, otras formas de EGREGORES manifiestamente negativos,
producidos por la conciencia separativa de la humanidad, por su actos de egoísmo y por su
manifiesta incapacidad de acogerse al bien y de rechazar el mal. Estos EGREGORES son,
desdichadamente, los más numerosos y los que más frecuentemente encuentra el discípulo en su
incesante caminar hacia las alturas espirituales en donde se hallan asentadas la paz, la serenidad
y la comprensión humana. El poder de los EGREGORES actuales de carácter inferior, vienen
notablemente estimulados por la presencia en los ambientes psíquicos planetarios de aquellos
otros potentísimos EGREGORES del pasado, creados por las humanidades que realizaron su
evolución en las razas Atlante y Lemur y que -según decía un viejo Maestro de la Jerarquía-”…
impiden el desarrollo de las nobles cualidades espirituales de la Raza y constituyen el verdadero
KURUKSETRA, o campo de batalla del discípulo” en su empeño de establecer contacto con el
Angel Solar de su vida y recibir de Este la gloria de la inspiración causal. Sea como sea, el
proceso de exteriorización de la Jerarquía y el Retorno del Avatar, dependen única y
exclusivamente -en estas primeras fases del Gran Intento- de la capacidad de visión y del
determinismo espiritual de los discípulos mundiales que han de destruir dentro de sí mismos y a su
inmediato alrededor a todos los EGREGORES de carácter negativo que los devas inferiores man-
tienen substanciados y objetivamente corporizados en los bajos niveles del plano astral. Los
EGREGORES DE ESTE PLANO son los más vigorosos debido a que sobre sus siete subplanos
se proyecta muy potentemente la fuerza mística del Segundo Rayo, el del propio LOGOS de
nuestro Sistema Solar. De ahí que el plano astral constituya para la humanidad la línea de mínima
resistencia para la elaboración de sus estados de conciencia y, consiguientemente, para poder
invocar -utilizando aquí un término justo y adecuado- a los devas astrales cuya misión es
substanciar los estados de conciencia de los hombres y crear los ambientes psíquicos de la
humanidad.
Los lectores que hayan analizado el segundo volumen de este Tratado Esotérico sobre los
Angeles, recordarán sin duda cuanto allí fue dicho acerca de los EGREGORES existentes en
todos los planos o niveles de manifestación humana y tendrán quizás una certera noción de las
dificultades que ha de entrañar su destrucción, aún reconociendo que son de carácter negativo,
debido a que la conciencia de los seres humanos -salvo contadas excepciones- se halla
plenamente identificada con tales EGREGORES y le resulta tremendamente difícil y hasta penoso
luchar contra ellos ya que parecen formar parte del propio equipo individual y su destrucción
motiva a veces verdadera aflicción y dolor. La contraparte superior y sublime de ese estado de
tensión, dolor y lucha por destruir los EGREGORES se halla en el ARHAT, el Gran Iniciado, que
ha de destruir su Cuerpo causal o Cuerpo de Luz con el cual estuvo íntimamente vinculado
durante millones de años, antes de poder penetrar en el Misterio infinito de la Quinta Iniciación y
convertirse en un Adepto, Maestro de Compasión y Sabiduría.
Los distintos tipos de EGREGORES cualifican la vida de los individuos y de los grupos,
quienes han producido una gigantesca acumulación de energía por efecto de sus ordinarios y
habituales estados de conciencia y la forma de tales EGREGORES, construida por una
impresionante cantidad de devas afines, se convierte en el condicionamiento kármico que sofoca
las nobles cualidades espirituales de la humanidad. Hemos visto durante el curso de este Tratado
cómo la acumulación incesante de energía psíquica creaba una ingente cantidad de
EGREGORES los cuales, agrupados por orden de densidad o de cualidad vibratoria, se reunían
en dos grandes e incluyentes grupos constituyendo aquellas dos potentísimas y misteriosas
Entidades que esotéricamente definimos como el GUARDIAN DEL UMBRAL y el ANGEL DE LA
PRESENCIA, nefasta y altamente negativa la primera por ser el receptáculo de todas las
expresiones inferiores de la humanidad y apetecible y correcta la segunda, por cuanto encarna los
mejores anhelos y aspiraciones espirituales de los seres humanos. La lucha de los aspirantes
inteligentes y de buena voluntad y de los discípulos en entrenamiento espiritual se realiza en el
centro de estos dos potentísimos EGREGORES raciales, de ahí el principio místico de todas las
religiones que afanosamente predican la paz, el orden, la serenidad y el equilibrio, ya que es en el
centro mismo de toda dualidad o separatividad humana donde la lucha adquiere caracteres de
verdadera epopeya y el relato de esta lucha constituye, de una u otra manera, el Cuerpo de
Misterios de aquellas religiones o comunidades espirituales.
¿Como identificar a un EGREGOR?
Tal como hemos dicho en otras varias ocasiones, un EGREGOR es una masa de energía
psíquica dotada de una forma objetiva en el plano donde habitualmente se manifiesta. Esta forma
ofrece la particularidad de adaptarse a las expresiones de la personalidad psicológica humana,
cuando ésta experimenta ciertos estados de conciencia, tales como el odio, la envidia, el miedo o
la desesperación o, por el contrario, la benevolencia, el afecto, la compasión, la decisión o el valor.
La acumulación de las energías psíquicas exigiendo una forma -he ahí una locución que merece
un cuidadoso estudio- halla en los distintos éteres del espacio cualificado que rodea y compenetra
a nuestro planeta, la respuesta justa y adecuada. La actividad de ciertos devas constructores en
los distintos niveles de expresión psíquica, produce y determina aquellas formas y una vez
creadas se introducen en las mismas constituyendo lo que podríamos denominar esotéricamente
un centro de conciencia. Vemos, por tanto, que cualquier tipo de EGREGOR es una acumulación
de energía psíquica en algún definido nivel, dotada de una forma distintiva y cualificada y
mantenida coherentemente en el éter por la voluntad instintiva de un centro de conciencia dévico.
La utilización correcta del principio de analogía, la verdadera piedra filosofal en el estudio
esotérico, permitirá profundizar todavía más el significado íntimo de esta relación, resaltando
principalmente el hecho de que la construcción de formas psíquicas -que más tarde se convertirán
en EGREGORES- constituye el sendero evolutivo para ese tipo de devas que en nuestro estudio
llamamos los agentes substanciadores del éter. Su evolución particular se realiza en el centro
mágico de aquella actividad alquímica que convierte el defecto en una cualidad o el vicio en una
virtud. Esta voluntad dévica de evolución -si podemos llamarla así- se halla sometida al espíritu del
hombre y a sus correctos o incorrectos propósitos de vida. De ahí que desde el ángulo esotérico la
actividad de tales devas es absolutamente impersonal, siendo siempre los seres humanos los que
en definitiva construyen sus buenos o malos ambientes. Hay en estas últimas palabras dos
principales significados a tener en cuenta; primero, que el hombre es el único y verdadero
promotor de su destino psicológico y kármico y segundo, que como ser inteligente, como aspirante
espiritual o como discípulo en entrenamiento esotérico, tiene el deber de mejorar la condición
evolutiva de aquellos devas que son sus servidores en la tarea de construir los EGREGORES que
han de condicionar los ambientes individuales, familiares, comunales y sociales de la humanidad y
canalizar las tendencias naturales, instintivas o inteligentes de la raza humana.
Hemos hecho referencia a las tendencias naturales de la raza humana, porque en esta
frase se halla implícito el valor de los términos historia, civilización y cultura con su inmenso caudal
de conocimiento y riqueza de experiencia. Los EGREGORES construidos por las distintas
humanidades deberían lógicamente ser destruidos una vez cumplida su finalidad de abrir o cerrar
ciclos evolutivos y liberar así a la ingente cantidad de devas substanciadores que los
estructuraron. Sin embargo, y por desdicha de la humanidad, no sucede así y los viejos
EGREGORES continúan activos y pletóricos de poder en los niveles psíquicos, impidiendo la
marcha natural de la evolución. Una de las razones principales por la que fue escrito este Tratado
fue el intento jerárquico de presentar un cuadro lo más completo posible de las condiciones
positivas o negativas del espacio planetario, surcado por una inmensa e increíble hueste de
EGREGORES, correctos unos porque constituyen proyecciones de energía espiritual, incorrectos
otros por encarnar tendencias egoístas de la humanidad y constituyendo centros nefastos de
energía material que atrae las voluntades humanas a los aspectos negativos de la existencia.
De ahí, por tanto, las disposiciones jerárquicas al analizar el estado actual de la
humanidad, de entrenar a los discípulos mundiales en los distintos ASHRAMAS de los Maestros,
en la tarea de identificar a los EGREGORES responsables del malestar mundial, con sus
tensiones y conflictos, y de crear, mediante el estímulo espiritual de sus enaltecidos estados de
conciencia, los nuevos EGREGORES que han de reorientar el curso de la historia, imprimir un
nuevo aliento a la civilización actual y abrir los cauces espirituales de la nueva cultura de la Raza.
La lucha contra las tendencias ancestrales, la capacidad de discernimiento y la persistencia en la
actitud firme al enfrentar las erróneas condiciones de vida, han de cualificar los nobles intereses
jerárquicos en las individualidades avanzadas de la humanidad, constituyendo el más formidable
reto del discípulo y de los aspirantes espirituales del mundo ante la avasalladora afluencia de
energía cósmica proveniente de la Constelación de Acuario. ¿Cómo destruir los EGREGORES negativos?
La respuesta dada por un Maestro de la Jerarquía a la pregunta de un discípulo de Su
Ashrama de cómo podría la humanidad librarse del mal fue clara y contundente “. . .practicando el
bien!”. La misma respuesta puede ser aplicada a la pregunta de cómo destruir los EGREGORES
negativos que gravitan sobre los ambientes sociales del mundo, es decir, creando EGREGORES
nobles y correctos, insuflados de amor al bien y constituyendo verdaderos transmisores de luz
causal. La lucha deberá circunscribirse entonces al terreno de las relaciones humanas, que es
donde mayormente se aprecia la actividad psíquica de los EGREGORES y en la manera de vivir y
de comportarse de los ciudadanos de todas las naciones ya que, tal como hemos dicho en otras
partes de este Tratado, “… la civilización y la cultura de los pueblos, expresiones de su grado
particular de evolución espiritual, dependen de la actividad de los EGREGORES creados por la
humanidad y por los misteriosos agentes dévicos del éter a través de las edades”. Aun cuando
esotéricamente se acepte como correcto que las formas psíquicas de tales EGREGORES son
construidas por los devas substanciadores del éter, no es menos cierto -y ahí reside la dificultad y
la responsabilidad de los hombres y mujeres inteligentes y de buena voluntad del mundo- de que
la motivación íntima de los mismos se halla en los estados de conciencia elaborados consciente o
inconscientemente por la humanidad en cualquier momento cíclico de su historia.
Existe, por tanto, una prodigiosa vastedad de EGREGORES negativos, los cuales ocupan
zonas definidas en el aura magnética planetaria, constituyendo centros receptores y al propio
tiempo proyectores de aquellas energías que en términos esotéricos llamamos lunares y están en
sintonía con las cualidades negativas desarrolladas por los seres humanos en el devenir de sus
vidas kármicas. Tal como tuvimos ocasión de estudiar en capítulos específicos de este Tratado,
las virtudes y los defectos humanos estaban convenientemente ordenados y clasificados de
acuerdo con dos grupos principales; aquellos que en mística cristiana son denominados los siete
pecados y las siete virtudes capitales. Los pecados capitales son poderosas entidades psíquicas o
EGREGORES dotados de una gran consistencia objetiva y substancial, capaces de impresionar la
visión del clarividente astral y atormentar frecuentemente con sus nocivas influencias a las
personas sensitivas o sujetas a trastornos nerviosos, al paso que galvanizan los éteres planetarios
con sus densas radiaciones produciendo lo que corrientemente llamamos malos ambientes. Las
siete virtudes espirituales, o las llaves del Espíritu Santo para abrir las puertas del Alma, tal como
las denomina asimismo la tradición mística, constituyen las fuerzas del equilibrio al contrarrestar
las energías de los EGREGORES negativos con las de los EGREGORES positivos creados por
las buenas intenciones y recta conducta de los hombres y promotores por ello de los buenos
ambientes sociales.
Al llegar a esta fase de nuestro estudio, hacemos hincapié en el hecho de que el
EGREGOR, siendo básicamente una creación mental -ya sea en un sentido positivo o negativo, ya
que es una creación del alma humana- ofrece la particularidad de estar dotado de conciencia, una
conciencia embrionaria o instintiva, pero con capacidades de acción y de reacción, así como de un
alto espíritu de supervivencia. Debido a estas circunstancias, el EGREGOR tiene capacidades de
absorción de las energías y también de expansión de las mismas, oponiendo una feroz resistencia
-si podemos decirlo así- a todas las fuerzas y voluntades que tratan de destruirle. Se alimenta –
utilizando aquí el término correcto y adecuado- de las buenas o malas voluntades de los hombres,
ofreciendo una dura y enconada resistencia a las primeras y absorbiendo las energías de las
segundas, cuando se trata de EGREGORES que podemos clasificar de negativos. Por el contrario,
los EGREGORES positivos, también altamente cohesivos e influyentes, utilizan para su
supervivencia las energías que surgen de las cualidades positivas o superiores de los seres
humanos y luchan denodadamente contra las que vienen impregnadas de cualidades inferiores. La
resolución psicológica del problema del bien y del mal, así como del equilibrio estable en la vida
del hombre aquí en la Tierra, depende únicamente de saber crear buenos EGREGORES. Tal es el
problema que enfrentan hoy día los discípulos mundiales. Les ha sido permitido en ciertos
momentos clave de sus vidas desarrollar la visión del mundo psíquico o astral para que
reconozcan e identifiquen a los EGREGORES o formas psíquicas que originan los ambientes
planetarios, a fin de que adopten en todos momentos la actitud correcta, sabiendo que tal actitud
es la base creadora de los estados positivos de conciencia que darán lugar a los brillantes e
inspirativos EGREGORES que han de destruir las nefastas formas psíquicas segregadas por la
humanidad a través de las edades.
Cómo actúan los Angeles superiores sobre los EGREGORES
Pese a que desde el limitado ángulo de visión de los seres humanos aparecen los Angeles
bajo un carácter típicamente religioso y místico, lo cierto es que su actividad en la vida de la
Naturaleza es netamente científica, utilizando para ello un extraordinario dinamismo que está más
allá de nuestra comprensión y unos incomprensibles métodos que podríamos calificar, sin
embargo, de rigurosamente científicos y profundamente técnicos. Algunos cualificados
investigadores del mundo oculto -dentro de los cuales nos incluimos humildemente nosotros- han
llegado a la conclusión, después de unos previos contactos con ciertos excelsos moradores del
reino dévico, que lo que en términos corrientes llamamos ciencia de los hombres con sus
prodigiosas conquistas en el aspecto técnico, no es sino un pálido reflejo de la actividad de los
Angeles en la vida de la Naturaleza. Ellos utilizan los verdaderos cauces científicos para producir
todos los fenómenos llamados naturales, sean acuosos, geológicos, eléctricos, psíquicos, etc., en
la extensión de la vida planetaria. La explicación correcta de tales fenómenos, pese a su aparente
simplicidad, constituye un secreto iniciático, reservado inicialmente a los investigadores del mundo
oculto, pero que irá siendo revelado gradualmente en forma de ciencia natural en las Escuelas
superiores y en las Universidades de todos los países realmente cultos y civilizados. Se nos dice
esotéricamente que al final de este siglo XX, serán muchos los seres humanos que habrán logrado
participar conscientemente de este legado tradicional iniciático, estableciendo contacto consciente
con diversas jerarquías dévicas de las cuales recibirán instrucción superior. Estos seres humanos
serán las simientes de la Nueva Era, la sal de la tierra a la que se refirió Cristo y la levadura de la
nueva humanidad. Serán auténticamente mentales, pero su corazón amoroso rebosará una
perfecta comprensión de las necesidades humanas y de los métodos correctos de solucionarlas.
No poseerán orgullo espiritual, muy propio de los discípulos de la Era de Piscis, sino que sus
conocimientos esotéricos vendrán impregnados de verdadera sabiduría, constituyendo desde el
ángulo espiritual el camino de Luz que recorrerá el Avatar para introducirse en el aura de la Tierra.
Estos esforzados paladines del bien universal crearán en el éter lo que podríamos calificar
de EGREGORES de la Nueva Era. -dados por una gran cantidad de hombres y mujeres de buena
voluntad del mundo, mantendrán en sus mentes y corazones las luminosas imágenes del ideal
redentor y permitirán que Devas constructores de elevada jerarquía espiritual los substancien en el
éter y den progresivamente forma a los luminosos y vibrantes EGREGORES que deberán presidir
el nuevo ciclo de ordenación espiritual del mundo. Los grandes Angeles de los planos superiores
del Sistema hallarán en estos EGREGORES los adecuados cauces de proyección de la energía
cósmica procedente de las poderosas estrellas de la Constelación de Acuario, cuya actividad
empieza a manifestarse ya en ciertas regiones psíquicas de la humanidad. La realidad de tales
hechos es tan profunda y significativa que difícilmente podrá alcanzar la mente del hombre
corriente hasta pasados lo menos tres siglos dentro de la ordenación cíclica de la Era de Acuario.
Sin embargo, los aspirantes de cierta elevación espiritual y los cualificados discípulos mundiales
SON YA CONSCIENTES de tales hechos y colaboran -más o menos eficientemente- con los gran-
des Angeles en la elaboración de los nuevos EGREGORES cíclicos. Una nueva ordenación o ciclo
de vida está siendo planificada desde los niveles jerárquicos con destino a la humanidad para que
sirva de apertura para los nuevos tiempos.
Si hemos seguido atentamente el proceso de expansión cíclica de los EGREGORES
planetarios de acuerdo con el sentido normal y natural de la evolución, veremos que consta de tres
etapas principales:
1. Destrucción de los viejos EGREGORES del pasado, nocivos, dañinos y negativos
frente al devenir de los nuevos acontecimientos cíclicos, de los cuales los Angeles
superiores del sistema retiraron Su atención.
2. Creación de los nuevos EGREGORES por parte de la humanidad evolucionada de la
Era presente y su materialización en el éter, a través de la actividad de los devas
constructores correspondientes al nuevo ciclo.
3. La tercera y última etapa corresponde a los Angeles superiores, los Cuales utilizarán
dichos EGREGORES como canales de distribución de las nuevas y poderosísimas
energías entrantes.
Estas etapas son actualizadas corrientemente cuando hay necesidad de cambios
drásticos en las condiciones planetarias o cuando los ambientes sociales del mundo exijan un
nuevo y más eficaz replanteamiento, pero actúan de manera mucho más potente y dinámica
durante los cambios cíclicos de Eras, tal como ocurre actualmente, en que, en virtud del
movimiento precesional de los equinoccios o de retrogradación cíclica, nuestro planeta va aleján-
dose de las zonas siderales impregnadas de las radiaciones psíquicas de la Constelación de
Piscis y penetra progresivamente en las zonas espaciales del Universo dinamizadas por la
Constelación de Acuario. Viendo el fin desde el principio, démonos cuenta de que en el desarrollo
de esta Voluntad cíclica de acercamiento sideral intervienen muy activa y mancomunadamente los
hombres y los devas, creando los primeros y construyendo substancialmente los segundos las
bases científicas de todos los EGREGORES que flotan o gravitan sobre los ambientes planetarios.
Como siempre, el proceso de substanciación de EGREGORES y de todas las formas psíquicas
capaces de afectar de una u otra manera los sentidos físicos o astrales de los seres humanos, es
una expresión natural del conocido axioma esotérico la energía sigue al pensamiento, habiéndole
sido añadido únicamente la actividad prodigiosa de los excelsos Angeles que desde más allá y
muy por encima de nuestro más elevado entendimiento, dirigen las poderosísimas corrientes de
energía universal y cósmica sobre nuestro pequeño planeta…
Otras Consideraciones Ocultas Acerca de los Egregores
El tema de los EGREGORES es muy importante por cuanto trata muy directamente de las
creaciones humanas en el mundo oculto, así como de la importancia de las mismas en lo que se
refiere a la estructura de los ambientes psíquicos de la humanidad que determinan el grado de
civilización y cultura de los pueblos de la Tierra y escriben las páginas de su historia. Sin embargo,
coexistiendo con los EGREGORES existen también en los mundos invisibles o niveles ocultos de
la Naturaleza otras formas psíquicas no creadas por la humanidad, pero que en su conjunto
contribuyen a fomentar los buenos o malos ambientes y son, por tanto, elementos subjetivos que
colorean con sus particulares influencias la evolución espiritual de los seres humanos. Algunas de
tales formas fueron estudiadas anteriormente en otras páginas de este Tratado, pero conviene
insistir sobre las mismas, por cuanto su identificación y la distinción que logremos establecer entre
ellas y las formas psíquicas de los EGREGORES, nos ayudarán en gran manera cuando tratemos
de contactar conscientemente a las Entidades angélicas que pueblan los distintos éteres
planetarios y muy especialmente a nuestro Angel Solar o Yo espiritual. Veamos algunas de las
formas psíquicas no creadas por la humanidad.
a. Los Cascarones Astrales, pertenecientes a cadáveres de hombres y animales y
vivificados por devas inferiores. Tales cascarones aparecen bajo la forma de las
personas o animales fallecidos y parecen dotados de vida. Una de las experiencias a
la que debe sujetarse el discípulo en entrenamiento iniciático, es aprender a
diferenciar entre el cascarón astral de una persona que dejó el cuerpo sin vida y la
forma astral de una persona que todavía vive en el plano físico. La distinción es muy
difícil de establecer debido a la extrema sagacidad de los devas vivificadores de las
formas astrales de los seres fallecidos, ya que aprovechan la impronta o el sello
característico y particular dejado por ellos en cada una de las partículas atómicas que
constituyen aquella forma psíquica.
b. Las formas astrales creadas por arte de Magia por personas viviendo en el plano
físico, utilizando el poder de la voluntad y la capacidad imaginativa sobre las entidades
dévicas de escasa evolución que pueblan el aura etérica del planeta. Estas formas
psíquicas suelen desvanecerse pronto, aunque pueden persistir durante largos
períodos de tiempo, lógicamente en tanto perdure el lazo magnético establecido entre
el poder mental de la persona creadora de aquellas formas y la vida de los devas que
ayudaron a construirlas.
c. Las formas psíquicas de ciertos elementales inferiores que se alimentan de los
residuos etéricos de densa vibración que se desprende de los reinos animal y
humano. Hay que distinguir muy especialmente las formas psíquicas que adoptan en
el éter estos desperdicios astrales, groseros y bestiales una vez han sido manipulados
por estos devas inferiores de la Naturaleza. Se confunden muy fácilmente con los
EGREGORES psíquicos creados por las pasiones humanas. Sin embargo, no son lo
que técnicamente definimos como EGREGORES en nuestro Tratado, sino una
acumulación de residuos kármicos -si podemos decirlo así- segregados por la
actividad inconsciente de los animales y por la de los seres humanos incapaces
todavía de razonar debidamente.
d. Todas las formas psíquicas construidas por ciertas devas de mayor evolución
con capacidades de adoptar en el éter la figura humana o la de cualquier animal.
Estas formas varían en orden al mayor o menor desarrollo de la voluntad ejecutora de
tales formas, a menudo de carácter instintivo, cuya evolución dévica de tipo bastante
primario se realiza a través de esta facultad natural de imitación o de asimilación de
cualquier tipo de forma en la vida de la Naturaleza.
e. Las formas psíquicas de otras entidades dévicas de expresión semietérica, cuya
evolución se realiza en ciertas capas geológicas del planeta. Tienen figura muy
parecida a la humana. Algunas de sus especies son las entidades dévicas que hemos
denominado ASURAS en algunas partes de este Tratado. Su color es terroso, propio
del suelo que habitan y su expresión si bien muy parecida a la humana es muy tosca.
Suelen aparecer en lugares solitarios, pero el hecho de que posean una cierta
naturaleza astral hace que puedan hacerse visibles a los humanos muy sensibles o
durante el sueño. Son extremadamente huraños y sólo establecen contacto con los
devas de su misma especie o familia y rehuyen sistemáticamente el contacto con los
seres humanos.
La distinción entre este grupo de formas psíquicas que acabamos de clasificar en orden a
nuestro trabajo de investigación esotérica y las formas psíquicas de los EGREGORES, no es en
ninguna manera fácil; por el contrario, es singularmente difícil y, tal como hemos dicho
anteriormente, constituye un campo de prueba para la habilidad de los discípulos sujetos a
entrenamiento iniciático. Las formas de los elementales constructores o devas de las formas, tales
como los gnomos o espíritus de la tierra, los silfos, las ondinas, las hadas, etc., en su multiplicidad
de especies, grupos y familias constituyen un campo apasionante de estudio para el investigador
esotérico, el cual debe aprender a distinguir sus formas etéricas de entre la gran profusión de
EGREGORES psíquicos que moran en los varios niveles del espacio etérico del planeta, debiendo
ser advertido que algunos de tales EGREGORES, nacidos del contacto de los seres humanos de
refinada evolución con Angeles superiores, aparecen a la vista del observador bajo la forma de
resplandecientes Devas, siendo verdaderamente difícil distinguir unas formas de otras,
constituyendo precisamente esta dificultad una prueba definitiva para el aspirante a la Iniciación.
Otra habilidad o destreza de observación que ha de desarrollar el investigador de los
niveles ocultos de la Naturaleza, es la de poder diferenciar correctamente una forma real, es decir,
la que corresponde a algún vehículo definido de manifestación humana, astral o física, de la forma
psíquica del EGREGOR que una persona o un grupo más o menos numeroso de personas han
construido con la participación de los devas constructores, utilizando el poder psíquico que emana
de sus conciencias. Un ejemplo muy concreto ayudará a clarificar esta idea. En ciertos niveles muy
elevados de nuestro planeta hay una imagen real y verdadera de CRISTO, el Avatar del Amor y
Guía espiritual de la humanidad, es decir, una imagen que responde perfectamente a Su propia y
radiante Vida. Sin embargo, en los niveles psíquicos y creada por la actividad emocional de los
seres humanos, hay otra imagen de CRISTO la cual sintetiza la aspiración espiritual y sentimientos
de amor y devoción de todos los fieles y creyentes del mundo, siendo esta forma psíquica el
EGREGOR de CRISTO, pero no el resplandeciente vehículo de forma que utiliza el CRISTO. La
primera imagen obedece a una REALIDAD, la otra indica el grado de ilusión o de espejismo
psíquico a que ha llegado un sector numerosísimo de la humanidad en su incesante empeño de
captar aquella trascendente Realidad. He ahí la distinción perfecta entre una forma adaptada a las
necesidades evolutivas de un Ser espiritual y el EGREGOR construido con materia Kama-
manásica en los niveles psíquicos. Igual distinción puede ser establecida en todos los niveles en
donde actúe el poder psíquico, potentemente emocional, de los seres humanos, como por ejemplo
en el caso de los EGREGORES construidos en torno a una imagen física considerada como
milagrosa o de la que se esperan favores de orden sobrenatural. Tal es el caso de las Vírgenes de
Lourdes o de Fátima -sólo por citar dos ejemplos alrededor de las cuales la mente, la ilusión, la
acendrada devoción, el ferviente deseo o simplemente la ciega superstición, han construido unos
potentísimos EGREGORES o Formas psíquicas tan tremendamente importantes y poderosas que
han atraído la atención de ciertos exaltados Angeles superiores, Quienes las utilizan como
vehículo transmisor de energías curativas y de exaltación espiritual. Veamos, por tanto, que en
definitiva siempre nos hallamos en el devenir de nuestras investigaciones esotéricas sobre el
mundo oculto con esta íntima y estrecha vinculación humano dévica que origina todos los
ambientes etéricos y psíquicos planetarios. Apliquemos ahora estos ejemplos al campo de la
política, de la religión, del arte, de la educación, etc., y tendremos en nuestro haber una idea muy
elaborada del significado íntimo del término carisma, un efecto angélico que puede ser fácilmente
incorporado al campo de la investigación psicológica, pues el magnetismo carismático que ejercen
ciertas personas en los ambientes sociales donde desarrollan sus actividades humanas, es un
resultado de la presión dévica en sus vidas, determinada la mayoría de las veces por las
reacciones psíquicas de un considerable número de personas sobre una sola, la cual, sin
esforzarse y sin tener cualidades humanas verdaderamente relevantes, se ve elevada al pináculo
de la fama, del éxito o de la admiración multitudinaria. El caso de la exaltación producida por el
fervor populachero sobre músicos, cantantes o artistas, la mayoría de las veces realmente
mediocres, es un claro ejemplo de ello. Y, no obstante, en el fondo de tales impresionantes éxitos,
merecidos o inmerecidos, se halla subjetivamente la fuerza de un EGREGOR creado por el
vibrante entusiasmo, la ciega admiración o el interés colectivo hacia ciertas personas
exageradamente idealizadas, que han culminado en una forma psíquica de carácter irreal, pero
que actúa definidamente en los ambientes sociales del mundo. Esperamos haya sido
convenientemente comprendida la idea de los EGREGORES, la cual, incorporada al conjunto de
estas investigaciones esotéricas, permita introducir más luz en el devenir de los estudios
efectuados sobre el mundo oculto y hacer más comprensibles las razones por las cuales en los
tratados filosóficos más profundos se le asigna al ser humano el carácter de un creador, de un experto en el arte mágico de la construcción de formas
http://www.concienciadeser.es/chakras/egregor.html