Ramana Maharshi |
Paul Brunton: Maestro, he estudiado las filosofías y ciencias occidentales; he vivido y trabajado entre la gente de nuestras populosas ciudades; he gustado de sus placeres y me he dejado atrapar por sus ambiciones. No obstante, también visité lugares solitarios y he paseado por allí en la soledad de mis pensamientos profundos. He interrogado a los sabios de Occidente; ahora trato de buscar más luz en los sabios de Oriente.
Ramana Maharshi: (Simplemente asiente con la cabeza).
PB: He oído muchas opiniones y escuchado muchas teorías. Estoy cansado de ellas. Soy escéptico con respecto a cualquier cosa que no pueda ser probada por la experiencia personal. Discúlpeme por decirle esto, pero no soy religioso. ¿Hay algo más allá de la existencia material del hombre? Y, si es así, ¿cómo podría comprenderlo?
RM: (Silencio).
PB: A los sabios de Occidente, a nuestros científicos, se les honra por su inteligencia. Sin embargo, han confesado que apenas pueden arrojar un poco de luz sobre la verdad que se oculta detrás de la vida. Según me dicen, en este país hay algunos sabios capaces de ofrecer lo que nuestros sabios científicos no pueden revelar. ¿Es así? ¿Puede usted ayudarme a experimentar la iluminación? ¿O es esta búsqueda una simple ilusión?
(Después de una pausa de diez minutos).
RM: Tú dices yo: «Yo quiero conocer». Dime, ¿quién es ese yo?
PB: ¡Temo no entender su pregunta!
RM: ¿No es clara? ¡Piensa otra vez!
PB: (Indica el pecho con su dedo y menciona su nombre).
RM: ¿Te conoces?
PB: ¡Toda mi vida!
RM: ¡Pero eso es tu cuerpo! De nuevo te pregunto, ¿quién eres tú?
PB: (Silencio).
RM: Conoce primero ese yo y luego conocerás la Verdad. Solo hay una cosa que hacer. Buscar dentro de ti mismo. Haz esto de la manera correcta y encontrarás la respuesta a todos tus problemas.
PB: ¿Qué debo hacer? ¿Qué método debo seguir?
RM: Es posible encontrar la verdad a través de la reflexión profunda y una constante meditación sobre la naturaleza de uno-mismo.
PB: Me he entregado frecuentemente a la meditación sobre la verdad, pero no veo signos de progreso.
RM: ¿Cómo sabes que no has hecho progresos? No es fácil percibirlos en el campo del Espíritu.
PB: ¿Es necesaria la ayuda de un maestro?
RM: Podría serlo.
PB: ¿Puede un maestro ayudar a un hombre a observar su propio yo de la manera que usted sugiere?
RM: Puede dar al hombre todo lo que necesita para esta investigación. Pero la Verdad se percibe en la experiencia personal.
PB: ¿Cuánto tiempo sería necesario para obtener la iluminación con la ayuda de un maestro?
RM: Todo depende de la madurez mental del que busca. La pólvora prende al instante, mientras que el carbón necesita mucho tiempo para arder.
PB: ¿Quisiera el Maharshi expresar su opinión sobre el futuro de mundo, pues vivimos tiempos críticos?
RM: ¿Por qué has de preocuparte del futuro? ¡Ni siquiera conoces debidamente el presente! Preocúpate del presente, el futuro se encargará de sí mismo.
PB: ¿Acaso el mundo entrará en una nueva era de paz y de ayuda mutua, o se hundirá en el caos y en la guerra?
RM: Hay Uno que gobierna el mundo y Él es quién se ocupa de eso. Quien ha dado vida al mundo sabe como ocuparse de él. Él lleva el peso del mundo, no tú.
PB: No obstante, si uno observa su entorno sin prejuicios, es muy difícil detectar dónde se encuentra esa vigilancia benevolente.
RM: Como tú eres, así es el mundo. Sin comprenderte a ti mismo, ¿qué utilidad puede haber en tratar de comprender el mundo? Los que buscan la verdad no deberían considerar esta cuestión, porque supone un gran desperdicio de energías.
Primero, encuentra la verdad en ti mismo; entonces estarás en una posición mejor para entender el mundo del que formas parte.
P.: Swami, se dice que quien ha realizado el Ser no tiene los tres estados: vigilia, sueño y sueño profundo. ¿Es esto un hecho?
RM: ¿Qué te hace decir que el sabio no tiene los tres estados? Cuando dices: «Yo he tenido un sueño; Yo estaba en sueño profundo; Yo estoy despierto», tienes que admitir que estabas ahí en los tres estados. Está claro que tú has estado ahí en todo momento. Si permaneces como eres ahora, estás en el estado de vigilia. Este estado queda oculto cuando sueñas, y el soñar desaparece cuando duermes profundamente. Tú estabas ahí entonces, estás ahí ahora y estás ahí en todo momento. Los tres estados vienen y van, pero tú estás ahí siempre. Es como en el cine. La pantalla está ahí siempre. Todo tipo de escenas aparecen y desaparecen de la pantalla, pero nada se pega a ella, permanece como pantalla. Asimismo, tú permaneces en tu Ser a pesar del movimiento de los tres estados. Si sabes esto, los tres estados no te molestarán, tal como las figuras que aparecen en la pantalla no se aferran a ella. Esto quiere decir que los tres estados no se apegan a ti. En la pantalla, a veces, puedes ver un gran océano con enormes olas que después se van. En otro momento ves un fuego que se extiende por todas partes, y después también desaparece. La pantalla está ahí en ambas ocasiones. ¿Se ha mojado la pantalla con el agua o se ha quemado con el fuego? A ella no le afecta nada. Asimismo, las cosas que suceden durante los estados de vigilia, sueño y sueño profundo no te afectan en nada; tú permaneces en tu Ser.
P.: ¿Quiere esto decir que aunque la gente pase por los tres estados vigilia, sueño y dormir profundo- esto no les afecta?
RM: Sí, así es. Todos estos estados vienen y van. Pero no molestan al Ser, que tiene un solo estado.
P.: ¿Quiere esto decir que esa persona estará en el mundo como un testigo?
RM: Así es. Por esta misma razón, Vidyaranya, en el décimo capítulo del Panchadasi, da el ejemplo de la luz que brilla sobre el escenario de un teatro. Cuando se está representando la obra, la luz esta allí e ilumina sin distinción a todos los actores, sean reyes, siervos o bailarines y también ilumina a todo el público. Esa luz está ahí antes de que el drama comience, durante la función y también cuando ésta ha acabado. Asimismo, la luz interior, es decir, el Ser, da luz al ego, al intelecto, a la mente y a la memoria (ahamkara, buddhi, chitta y manas) sin estar sujeto a los procesos de crecimiento y decadencia. Aunque durante el sueño profundo no tenemos la sensación del ego, este Ser permanece sin atributos y continúa brillando por Sí mismo. Si uno se encuentra a sí mismo y descubre lo que uno es por la auto-indagación, no tendrá dudas de ningún tipo.
Ramana dijo que una vez tuvo un sueño en el cual fue a PaIni y lo devoró el Dios PaIni (Subramanya).
El señor Mudaliar recordó que en una ocasión algunas personas habían deseado saber si el Ser liberado puede soñar. La duda es natural, porque creemos que los sabios no duermen como el hombre común. Por tanto, podrían no tener sueños. Así, Mudaliar preguntó por esto a Ramana.
RM: Si el sabio puede tener un estado de vigilia, ¿por qué no podría soñar? Pero, naturalmente, tal como su estado de vigilia es diferente del estado del hombre común, su sueño también es diferente al del hombre común. Tanto en la vigilia como en el sueño, no se aleja del estado Real, a veces llamado el cuarto estado o turiya.
El sabio duerme, pero duerme sin dormir o está despierto mientras duerme.
P.: ¿Por qué se dice en las Escrituras que el sabio es como un niño?
RM: El sabio y el niño son similares en cierto sentido. Al niño le interesan los sucesos mientras duran; y, cuando han pasado, deja de pensar en ellos. Así, es aparente que los sucesos no dejan huella al niño y, por lo tanto, no le afectan mentalmente. Lo mismo le ocurre al sabio.
Fuente: Mahendra Tevar El Sabio (El Grano de Mostaza, 2011)