Rusia ha continuado llevando armas por aire y mar hacia la costa de Siria, lo que predice una segunda fase en la intervención militar rusa frente al terrorismo en el país árabe.
El destructor Vicealmirante Kulakov no puede ser considerado como un buque ordinario de la Marina rusa. Se trata de un portahelicópteros que se utiliza para la búsqueda de submarinos, el lanzamiento de misiles y operaciones cercanas a la costa. En este sentido, su presencia en Siria podría servir como advertencia a enemigos externos de Siria.
El buque ha realizado ejercicios de búsqueda de submarinos en el Mar Negro así como misiones de reconocimiento con helicópteros embarcados Ka-27. El pasado miércoles, el barco atravesó el Estrecho de Gibraltar, proveniente del norte de Rusia y se dirigió hacia Oriente Medio.
“Los vuelos de entrenamiento que han efectuado tienen un carácter planificado», según señaló el portavoz de la flota, capitán de navío Vadim Sergá citado por RIA Novosti.
«Durante los vuelos los pilotos practicaron misiones de detección de submarinos y de reconocimiento», precisó.
Sergá indicó asimismo que los helicópteros también se entrenaron en acciones coordinadas con infantes de la marina que cumplen misiones de lucha antiterrorista durante el despliegue del barco a través del Atlántico.
En el Atlántico la nave también realizó varios otros ejercicios, entre ellos la práctica de fuego de artillería y tareas de supervivencia de la nave.
Rusia está ahora llevando a cabo un redespliegue de sus barcos de guerra en otras regiones del mundo, en especial enviando nuevas fuerzas navales a la costa siria.
Segunda fase
Según los analistas, el objetivo de llevar el citado barco a las costas de Siria es un resultado de la evolución de la intervención militar rusa y podría ser una señal del inicio de la segunda fase de las operaciones en ese país.
Durante esta primera fase de fuertes bombardeos en Siria, los aviones rusos han destruido la gran mayoría de la infraestructura del EI y otras organizaciones terroristas y ha logrado desbaratar las comunicaciones entre las áreas controladas por los grupos terroristas.
En esta segunda fase podrían tomar parte los helicópteros situados en los barcos de guerra, incluyendo el Vicealmirante Kulakov. También podrían intervenir las fuerzas especiales para llevar a cabo algunas operaciones selectivas, como la eliminación de objetivos difíciles de detectar desde el aire o líderes del EI y otros grupos terroristas.
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