La llegada al poder de Mauricio Macri ha desatado reacciones muy encontradas en Argentina.
Pero en Wall Street, la sede en Nueva York de la mayor bolsa de valores del mundo, la sensación general es positiva.
En los mercados financieros internacionales muchos piensan que, luego de los años de relaciones espinosas con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, ocupa la Casa Rosada alguien más conciliador con el gran capital.
Y los nombramientos en el equipo económico del nuevo presidente argentino también parecen apuntar en esa decisión.
El nuevo Ministro de Finanzas y Hacienda, Mauricio Prats-Gay, es un exfuncionario del banco JP Morgan, además de haber ocupado la jefatura del banco central argentino entre 2002 y 2004.
Mientras que Luis Caputo, otro exejecutivo de un banco internacional, estará a cargo de las relaciones con los polémicos fondos «holdouts», los grupos de acreedores que se han embarcado en una larga batalla legal con el gobierno argentino para exigir lo que ellos consideran son sus derechos sobre la deuda argentina.
Pero eso no quiere decir necesariamente que Argentina esté a punto de entrar en una luna de miel con Wall Street.
Ni que vayan a desaparecer de un momento para otro las diferencias que han llevado a conflictos y desencuentros entre las autoridades en Buenos Aires y los mercados internacionales.
Modelo de negocios
Uno de los puntos cruciales en esta coyuntura será la manera en que se resuelva el pleito entre las autoridades argentinas y los holdouts, a quienes el anterior gobierno de Cristina Fernández calificaba de «buitres».
Sigue vigente una orden de un juez estadounidense exigiendo que Argentina reconozca la deuda que los holdouts reclaman, sin las rebajas que anteriores gobiernos negociaron con los demás acreedores.
¿Pero, estarán los holdouts más dispuestos a un arreglo ahora que el presidente es Macri?
Algunos lo dudan.
«El modelo de negocios de estos fondos holdout requiere que recuperen todo, el 100% del pago, incluso con intereses», le señala a BBC Mundo Kunibert Raffer, profesor de la Universidad de Viena y experto internacional en asuntos de deuda soberana.
«Sería para mi una sorpresa si esos fondos estuviesen dispuestos a aceptar mucho menos», agrega Raffer.
El académico cree que será dificil entonces que esas entidades se muevan mucho de su posición actual, la misma que los gobiernos argentinos encuentran dificil de aceptar por las onerosas condiciones financieras que impone.
Más aún, agrega Raffer, la persistencia del pleito legal entre los holdouts y la Casa Rosada dificultará la posibilidad de que el gobierno argentino acceda a nueva financiación internacional en un momento en que la necesita con urgencia.
«El fallo del juez Griesa (que ordena al gobierno argentino priorizar los pagos a los holdouts antes que al resto de sus obligaciones) es un problema porque impide que otros acreedores prácticamente puedan disfrutar de sus pagos», afirma Raffer.
«En esa situación, hay que preguntarse si un nuevo acreedor estaría dispuesto a otorgar un crédito. Pues el peligro es que él tampoco pueda recuperar su interés».
El catedrático insiste en que Argentina es víctima de una «denegación de justicia» por cuenta del tribunal estadounidense. Y en esas condiciones no ve tan fácil su acceso pleno al mercado financiero internacional.
Buen momento
Más optimista es Alberto Bernal, jefe de estrategia de la firma financiera XP Securities, quien desde Estados Unidos le dice a BBC Mundo que un acuerdo entre Argentina y sus acreedores es mucho más factible con el nuevo gobierno.
«El gobierno está moviéndose mucho más rápido de lo esperado», asegura Bernal, para quien el Ejecutivo argentino parece haber decidido tomar en sus primeros cien días las medidas requeridas «para cambiar el ambiente».
Más aún, Bernal asegura que no tendría sentido para los fondos no negociar ahora con la Casa Rosada, pues en su opinión, dificilmente habrá en Argentina un gobierno más dispuesto a conciliar con ellos.
El analista asegura que para Argentina es imposible políticamente aceptar pagar el 100% de las pretensiones de los fondos, pero se muestra optimista en que ahora se llegue a una figura mutuamente aceptable para los holdouts.
Un modelo distinto
El diario estadounidense The Wall Street Journal es el diario por excelencia de la comunidad financiera internacional.
Un editorial de hace un par de semanas en ese medio le ofrecía al gobierno argentino algunas «sugerencias» para «resucitar» al país.
Entre ellas, «restablecer su credibilidad» en los mercados de capitales.
También le pide tribunales «imparciales» para proteger los derechos de propiedad privada.
Y le echa en cara a Argentina el controversial episodio de la expropiación de los intereses de la española Repsol en 2012.
En esencia, le pide a Mauricio Macri echar atrás más de una década de nacionalismo económico implementado bajo los anteriores gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
El nuevo primer mandatario no enfrenta un panorama fácil ante los inversionistas internacionales.
Para complacer a los mercados no solo tiene que dar un viraje de 180% en el rumbo económico de los últimos años, sino que enfrenta una contraparte de negociación en los holdouts, cuyo modus operandi deja poco espacio para las concesiones que Macri necesita para hacer políticamente viable su estrategia económica.
Y en ese sentido, Macri necesitará de mucho esfuerzo para lograr que perdure el deshielo entre Buenos Aires y Wall Street.
http://www.24horas.cl/noticiasbbc/que-le-pide-wall-street-a-macri-para-hacer-las-paces-con-argentina-1872547