No debería haber…”, “Cómo fui capaz de…”, “No lo resolvi nada bien…”... Y podemos pasar las horas, los dias y hasta los años pensando en todo lo que si pudimos hacer o decir, y el tiempo puede irse en reproches silenciosos por no haber tomado las mejores desiciones o haber dicho o hecho lo que pensamos fue correcto.
Pasar el tiempo reprobándose uno mismo la forma en como actuamos en el presente, o sintiendonos “menos” o pequeños por las cosas que no tenemos o hemos logrado consolidar, puede llegar a ser un parloteodemasiado cansado y desgastante no sólo para la mente, sino para el cuerpo. Y para crear la realidad. La culpa genera una tensión muy poco productiva y puede estar en nuestras vidas incluso de forma imperceptible, quiza ni la notamos, o estemos habituados a vivir con ella. Y puede ser este el factor que este desencadenando dolores, carencias y limitaciones.
¿Por qué se siente culpa?
Por lo que has aprendido. El ambiente en el que creciste influyó notablemente en la forma en como observas y reaccionas ante las experiencias. Cuando los padres, abuelos, maestros, etc., reprobaban o castigaban por no haber hecho o dicho lo correcto, o cuando los padres esperaban demasiado de uno y (aunque quizá no castigaban), sentías la obligacion o el deber de alcanzar sus ideales. Pero cuando esto no se cumple, llega la insatisfaccion o reprobacion: la culpa.
La culpa y tu dialogo interior
La culpa es, a final de cuentas, un autocastigo. Es una forma de causarnos daño por lo que no pudo ser, y lo cual sentimos afecta nuestro presente. El dialogo que corre dentro de ti puede ser en verdad reprobatorio, incluso, cruel. Si no sabes cuanto es tu grado de culpa, solo basta que recuerdes algo que te hubiese gustado hacer de otra forma en tu vida. Y observa cuanto te enfada no poder haber reaccionado de la forma mas apropiada.
Por ejemplo:
Si se aleja tu pareja de ti y esto te provoca dolor, seguramente pensaras que tu tuviste la culpa.
Si te despiden de un buen trabajo que querias, quiza pienses que fue por que no fuiste suficiente… lo que sea.
Si no llega a tu vida algo que deseas desde hace tiempo, pensaras que hay algo malo en ti
Y entonces muy seguramente empezara tu discurso interno a repasar una y otra vez todas esas cosas donde no lo hiciste “bien”
Pero…
¿Y quien dijo que no hiciste perfecto? ¿Dónde esta escrito que hay una forma única de hacer las cosas? ¿Por qué no te permites aprender de lo vivido, en lugar de pasartela castigando todo el dia?
¿Sabes porque te castigas? Porque dependes demasiado de todas esas cosas que te hacen sentir culpable.
Depender. Eso es lo que te hace sentir tan culpable. Crees que depende de que seas perfecto, itachable e inmaculado para que puedas merecer, tener y recibir el afecto, consideracion o atencion de los demás. Y si no lo eres, entonces se hace presente la creencia de que no vales, de que eres indigno, de que necesitas una larga lista de cosas para que te quieran y acepten. Y entonces, es muy posible que te vuelvas asi con los demás, puede que seas perfeccionista o muy exigente en tus relaciones, porque no puedes permitir lo que tu no te permites (equivocarte). Pero además, puede que seas muy condecendiente o hasta indulgente, es decir, permites muchas cosas que no te gustan, no te atreves a decir lo que piensas o quieres, perdonas fáclmente porque a menudo piensas que los demás estan “bien” y tu no.
Y estos sentimientos dentro de ti te provocaran que a menudo d¡te sientas incomprendido, poco valorado y, aunque tengas muchas perosnas alrededor, te sentiras solo.
Curando la culpa…
Una forma de empezar a quitarnos la culpa de encima es aprender a dialogar de formas más amigables con nosotros, lo cual no es muy sencillo al principio pues mudar las viejas creencias es como querer arrancar un árbol bien arraigado al suelo. Las creencias limitantes insistiran y sombrearan tu mente una y otra vez. Pero, si eres insistente, y decides alejar la culpa y la soledad de tu vida, lo unico que teienes que hacer es empezar por hablarte de una forma mas ilimitada.
Por ejemplo. Cada vez que te sorprendas culpandote o sintiendo que no hiciste o haces las cosas bien, dite a ti mismo:
“Siempre hago las cosas lo mejor que puedo. Si siento este dolor es porque tenia mucha necesidad de esta persona (o cosa), pero ahora me doy cuenta que cada dia aprendo cosas nuevas, y que siempre pongo mi mayor intencion en que todo fluya y sea más armonico y grandioso. Estoy en paz conmigo y con las decisiones y reacciones que tengo y he tenido. Acepto la persona que soy y, aunque haya perdido algo en mi vida, la mejor ganancia es que ahora estoy aprendiendo a darme todo eso que me hace falta”
¿Crees que algo tan sencillo curara tu dolor?
Bueno. Al principio tu uerpo se resistira porque esta acostumbrado a ser victima. pero si insistes ya veras como poco a poco tu realidad se transforma en algo mas grandioso. Y que puedes perder si practicas? No sólo la culpa, sino la duda.