Hoy en ufopolis vamos a estudiar uno de esos casos irresueltos que por su descripción bien merecerían ser trending topic a día de hoy en la sociedad de las redes sociales. Vamos a hablar de varios incidentes ocurridos en una década normalmente atribuida como pobre en casuística ufológica, los 80, concretamente en el año 1982… ¿nos acompañáis en este viaje por lo más raro y espectacular del fenómeno?
Todo comienza en un lugar situado a una hora de la ciudad de Manhattan, el valle del rio Hudson, al norte del estado del mismo nombre. En la última noche del año 1981 tenemos a un policía ya retirado sentado en su viejo y destartalado porche viendo el atardecer desde la localidad de Kent cuando de repente observa un extraño grupo de luces de colores blancos, verdes y rojos en un auténtico espectáculo de luz y tonalidades que jamás había visto. Estaban allí arriba en el cielo, volando ingrávidas hacia el sur. No se lo podía creer.
Quizá, pensó, un avión en apuros… lo mismo chisporroteando antes de un fatal accidente. Era una zona de tránsito aéreo y la posibilidad estaba ahí, pero había un problema: aquello volaba tan bajo y estaba tan cerca del techo de su casa que apenas podía contener la respiración. Aquello pasó sin hacer ruido alguno, sin sonido de motores. ¿Qué era aquello? Poco a poco el testigo comenzó a percibir un zumbido característico de muchos casos asociados al fenómeno ovni y de hecho pudo comprobar también algo insólito: aquello estaba empezando a tomar una forma triangular y estaba dejando ver una espectacular forma sólida detrás de las luces. Algo asombroso y sin parangón en su carrera de policía.
Aquello se marchó igual que vino y hubo varios reportes ese mismo día y en los siguientes años. En ocasiones las luces aparecían con forma de “uve” conectadas a un objeto sólido o como un triángulo isósceles, en otras, solo una sombra, pero siempre acechando a la población, demasiado bajo como para ser considerado un prototipo. Y despacio, volando lento y pausado. Cientos de personas lo vieron hasta que el 26 de marzo de 1983, quince meses después del primer incidente apareció un curioso artículo en el periódico Westchester-Rockland en primera plana en donde se reportaron todos estos extraños acontecimientos y de pronto aquello pasó de ser una anécdota a todo un boom informativo.
El mismísimo Joseph Allen Hynek estuvo involucrado en diferentes pesquisas con los investigadores de la zona para tratar de desentrañar el misterio. ¿Por qué allí? ¿Por qué de repente?
Hynek y diferentes expertos de Nueva York llegaron a hacer una pequeña centralita de operaciones en Hudson Valley para atender posibles llamadas de avistamientos. Y vaya si las hubo. El 26 de marzo de 1983 ni más ni menos que 300 llamadas colapsaron la pequeña oficina de Hynek y de la policía del condado de Hudson Valley afirmando todas ellas que un objeto tan grande como una “ciudad voladora con forma de uve” estaba sobrevolando diferentes partes del pequeño pueblo. Una escena digna de encuentros en la tercera fase. Solo faltaban las palomitas.
En la misma noche, en la pequeña ciudad de Yorktown también observaron lo mismo pero la policía rehusó acudir a las llamadas esperando un estado de histeria general. Prefirieron quedarse en las centralitas y no atender a los avisos pero las llamadas siguieron llegando. Desde cabinas públicas, ciudadanos de aquella remota y coqueta localidad llamaron en el parking Taconic que lo que se estaba viendo era tan espectacular que no tenían palabras.
Ni más ni menos que 5000 informes se produjeron de los mismos hechos desde 1982 hasta 1986 a una media de más de tres avistamientos al día de diferentes testigos… durante cuatro años ininterrumpidamente.
Eso sí, nunca se veía por la mañana, siempre de noche. En ocasiones localidades cercanas como Brookfield o New Haven protagonistas de otros incidentes asombrosos que estuvimos estudiando también en ufopolis también reportaban algo similar.
Siempre cambiando los colores, pero siempre los mismos. Movimiento lento, casi parando el tiempo. Pausado y silencioso. En ocasiones también llegó a reportarse algún movimiento brusco sobre todo sobre la planta nuclear de Indian Point, quizá el verdadero origen de este conglomerado de sucesos habida cuenta de la gran casuística de avistamientos de ovnis cerca de plantas de este tipo.
Desde allí, varios guardias de seguridad durante aquellos años llegaron a reportar el tamaño de aquello: más de 350 metros.
La casuística también incluyó descripciones fascinantes a la par que desconcertantes como un testigo de Croton Falls Reservoir que aseguró que aquello lejos de ser un avión, un globo o un satélite espía de los rusos en plena guerra fría llegó a proyectar un impresionante haz de luz rojizo sobre el agua del rio Hudson. ¿Acaso estaba midiendo la contaminación de la planta nuclear? ¿Por qué tanto interés en esa zona?
Los escépticos no dudaron en calificar los 5000 informes como patochadas, diciendo incluso que veían a Venus. Sobran los comentarios, ya que sea lo que sea las descripciones eran de todo menos algo parecido a este precioso planeta. Se llegó a mencionar también la posibilidad de que se estuviese ante algún tipo de dirigible o zeppelin, pero el equipo de Hynek y la policía contactaron con todos los fabricantes y pilotos de este tipo de aeronaves para saber de sus posibles operaciones o proyectos. Nunca nada llegó a igualar lo que se vió en aquellos años sobre el río Hudson.
A día de hoy esos avistamientos tan espectaculares siguen siendo un misterio irresuelto. ¿Volverán algún día esos extraños objetos? ¿Era solo uno que se repetía en bucle? ¿Qué tiene de especial esa zona del mundo? Si os ha gustado el artículo os invitamos a ver el caso de Tunguska con un impresionante hecho que pudo cambiar la historia tal y como la conocemos…
Esperamos que sea de su agrado.
Ufopolis.com 2015
Foto: Michael Schratt