El veterano político socialista José Bono se postula como presidente de un “gobierno de salvación” formado por PP, PSOE y Ciudadanos con el objetivo prioritario de frenar la independencia de Cataluña. El expresidente del Congreso, ex ministro de Defensa y ex presidente de la Junta de Castilla-La Mancha mantiene reuniones discretas a cuatro bandas: Moncloa, la sede socialista de Ferraz, empresarios del Ibex 35 y enviados del Palacio de La Zarzuela, según fuentes próximas a las negociaciones en curso.
José Bono se presenta como el hombre de consenso bien visto por el centroderecha y el viejo socialismo para presidir un “gobierno de salvación” formado por más de 250 diputados mediante una coalición PP-PSOE-Ciudadanos.
Al estar apoyado por más de dos tercios de la Cámara, el “gobierno de salvación” contaría con mayoría absoluta y suficiente estabilidad política para utilizar todos los mecanismos legales que impidan el llamado “proceso de desconexión” de Cataluña anunciado por el nuevo Presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
El veterano político socialista, de 66 años de edad, se ha caracterizado por representar el “ala derecha” del PSOE debido a dos señas de identidad que nunca ha ocultado: la defensa de la unidad de España y su no beligerancia con la Iglesia Católica, desmarcándose de los sectores laicistas del socialismo español. Este perfille convirtió hace años en un político “asumible” por los sectores más liberales del Partido Popular.
Las personalidades políticas que manejan la fórmula de un “gobierno de salvación” para desbloquear la situación a la que ha conducido la obstinación de Mariano Rajoy, pensaron en un primer momento en Felipe González como el hombre que podía lograr el consenso entre el PSOE, con el imprescindible apoyo de Susana Díaz, y el PP para alcanzar un pacto de gobernabilidad al que se uniría Ciudadanos para no quedarse descolgado.
Felipe González declina el ofrecimiento
Sin embargo, Felipe González habría declinado el ofrecimiento argumentando que su momento político pasó y no era bueno para España presentarse como la única solución para encarar la gravísima crisis que supone en órdago independentista catalán, según las citadas fuentes. Aunque manifestó su disposición a colaborar en todo lo que fuera necesario.
Tras la negativa de González, se ha postulado para encabezar el “gobierno de salvación” José Bono que, siempre según la información a la que ha tenido acceso MIL21, contaría con el apoyo de La Zarzuela.
Se trata de estudiar si el Rey Felipe VI tiene la prerrogativa, en caso de que ninguno de los candidatos electos pueda formar gobierno, de proponer a las Cortes el nombre de una persona de consenso para ocupar el cargo de Presidente y que las Cámaras voten si lo aceptan o no.
Rajoy ya habla de 253 diputados
Es significativo, y constituye una pista relevante de las negociaciones secretas que se mantienen en los niveles más altos de la política española, que Mariano Rajoy haya desvelado que podría contar con el respaldo de 253 diputados.
En un intento a la desesperada, el presidente en funciones trata de monopolizar la fórmula de una gran coalición o “gobierno de salvación” presidido por él. Rajoy aseguró el pasado fin de semana que le plantearía a Pedro Sánchez su oferta de coalición y si no podían reunirse de nuevo lo haría directamente en el debate de investidura.
Rajoy intenta evitar por todos los medios ser sustituido al frente del nuevo gobierno bajo el argumento de que es el candidato del partido más votado el 20-D. Pero también Artur Mas ha mantenido una postura similar durante tres meses como candidato a la Presidencia de la Generalitat y, sorpresivamente, en 24 horas anunció que renunciaba y dejaba el puesto a Carles Puigdemont. Todavía está por contar qué o quiénes obligaron a Mas a un cambio tan radical.
Con ese precedente, Rajoy puede verse obligado a tirar la toalla de forma sorpresiva y dejar paso a un candidato de consenso que facilite la formación de una gran coalición entre el centro derecha y el socialismo.
Pedro Sánchez salvaría los muebles
El nombramiento de José Bono al frente de un “gobierno de salvación”, subrayan las citadas fuentes, permitiría al PSOE de Pedro Sánchez salvar los muebles al entrar a formar parte del Ejecutivo y aplazaría un tiempo la convocatoria del Congreso del PSOE para la elección de un nuevo secretario general.
En una situación similar se encontraría el Partido Popular y su congreso para elegir al sucesor de Mariano Rajoy.
De esta forma Bono sería el “colchón” que retrasaría el espinoso tema de la sucesión en los dos grandes partidos para volcar todos los esfuerzos políticos en impedir la anunciada proclamación de la República Catalana en el plazo de 18 meses.
Distribución de ministerios
El veterano socialista tendría ya perfilado la distribución de carteras en el “gobierno de salvación”, negociando con el PP que el PSOE asumiera los delicados ministerios de Interior y Justicia, constituidos como “primera línea” del pulso del Gobern de la Generalitat con Madrid, según las fuentes próximas a la negociación.
Bono se sentaría a negociar con Puigdemont desde el primer momento para reestablecer los puentes rotos por Mariano Rajoy y el impetuoso ministro del Interior Jorge Fernández, concluyen las fuentes.