Tus ondas cerebrales son hackeables… y pueden revelar tus secretos

Suena a ciencia ficción, pero ya es posible realizar hackeos de las ondas cerebrales utilizando dispositivos que cuestan desde 90 dólares. El Pentágono, el FBI y muchos cuerpos de seguridad estudian este sistema para interrogar a sospechosos, realizar un aprendizaje express o crear claves mentales imposibles de descifrar. El experto de IoActive, Alfonso Muñoz, lo ha desvelado en la conferencia hacker RootedCON.

El poder de la mente siempre ha sido objeto de estudio desde hace décadas. ¿Quién no ha soñado con la posibilidad de mover objetos a través del pensamiento como hacen los Jedi en la película ‘Star Wars’? Quizás esto no esté tan alejado de lo que pensamos, según ha explicado elexperto en ciberseguridad, Alfonso Muñoz, de Criptored e IoActive, en la mayor conferencia de hackers de España, la RootedCON.

En una charla titulada ‘Criptografía con ondas cerebrales para pasárselo bien… y lo que puedes hacer’ ha presentado una investigación que ha realizado con dispositivos que ya se comercializan y que permiten leer las ondas cerebrales que generamos –sobre todo las más comunes las Beta y las Alpha-.

¿Cuánto cuesta leer un cerebro?

«En contra de lo que muchos creen se pueden realizar ataques para extraer secretos de la mente a través de los patrones cerebrales ante determinados estímulos», ha destacado. «El cerebro es hackeable. Hasta ahora este tipo de dispositivos eran estudiados para aplicaciones militares –con un coste elevado, desde 1.000 dólares- pero el avance de la tecnología ha propiciado que ya se puedan comprar desde 90 dólares», manifestó.

Se trata de unos gadgets con forma de diadema que se colocan sobre la cabeza de la persona y transmiten, por bluetooth o por wifi, sus ondas cerebrales a un ordenador o móvil que tenga una aplicación o programa capaz de registrarlas. Los dos dispositivos más conocidos de este tipo son el NeuroSky Mindwave –que cuesta unos 120 euros- y el Epoc Emotiv -que ronda los 340 y es mucho más completo al tener más sensores–. Ambos se pueden programar a través de lenguajes informáticos como Python o Java para adaptarlos a otros dispositivos y, por ejemplo, permitir a personas con implantes biomecánicos de brazos y piernas moverlos a través de los pensamientos.

Muñoz ha centrado su exposición en el más barato de los dos, el NeuroSky, que sirve, entre otras aplicaciones para saber qué hace tu cerebro en cada tiempo. Así, permite medir tu nivel de concentración y de meditación. Cuando guiñas el ojo también lo puede medir. «Lo más llamativo es que se puede hacer sistemas binarios. Igual que registro lo que hago puedo reproducirlo para controlar con la mente dispositivos», destaca.

Aplicaciones militares de las ondas cerebrales… y para el día a día

Para entender el impacto de este tipo de tecnologías Muñoz ha ‘jugado’ delante de cerca de un millar de asistentes. Tras colocarse la diadema –que no necesita ningún gel como otros modelos de hace años- se puede controlar, en un videojuego, un coche a través de la concentración. También puedes actuar mediante la relajación. «Los videojuegos serán el primer gran campo donde se utilicen este tipo de dispositivos», ha resaltado.

Pero sus aplicaciones son casi infinitas. «Se emplearán para analizar las ondas cerebrales parasaber si eres productivo, para ver si un militar está concentrado en su trabajo, para detectar amenazas en segundos en el caso de los analistas de inteligencia según sus ondas cerebrales e, incluso, para ligar –se podría conseguir que el dispositivo buscara a otras personas de nuestro entorno con unas ondas cerebrales similares a las nuestras-. Eso sí, la aplicación más interesante desde un punto de vista comercial será la del neuromárketing que permitirá a las tiendas ofrecernos productos que encajen con nuestras ondas cerebrales».

De momento, ya se estudia su aplicación para poder leer las ondas cerebrales a persona que participen en ruedas de reconocimiento y se estudia si serán capaces de generar la suficiente potencia para, por ejemplo, controlar un coche sin necesidad de que lo hagamos con las manos –simplemente pensándolo-.

«La agencia de investigación del PentágonoDARPA– lleva 40 años investigando este tipo de tecnologías. En ellas lo que más llama la atención es el interés para usar el cerebro para filtrar y detectar patrones y para el aprendizaje acelerado. Se basan en una sencilla premisa: si sé cómo funciona el cerebro puedo estimularlo de una forma concreta para que memorice muy rápido una información».

Los peligros de leer las ondas cerebrales

Eso sí, Muñoz también alertó de que el análisis de las ondas cerebrales también plantea muchos riesgos. Por ejemplo, de privacidad, ya que alguien podría acceder a ellas y conocer cómo estamos o falsificarlas para suplantarnos.

De hecho, este experto en ciberseguridad también está investigando sobre la posibilidad de generar claves de protección con nuestras ondas cerebrales. «De momento es complicado. Pero, desde el 2013, hay varios estudios que se han realizado así que… quién sabe en el futuro. De momento, sí se puede generar una clave a través de, por ejemplo, una secuencia de pestañeos –que generan unas ondas cerebrales concretas-. Hacerlo a través de pensamientos plantea puntos a favor. Por ejemplo, es interesante que, a diferencia de otros sistemas biométricos, como la huella dactilar o el lector de retina, el pensamiento sólo se puede leer en personas vivas. Además, si alguien nos quiere robar la clave ‘mental’ a la fuerza es imposible ya que nuestro cerebro genera diferentes ondas cuando estamos bajo presión –lo que se llama la negación pausible-«. Éste que es un aspecto que podría suponer seguridad también es un problema, “ya que si estamos cansados, estresados o con un estado de ánimo diferente del habitual nuestras ondas podrían variar y no generar la clave que queremos”.

Asimismo ha destacado que, de utilizarse en el futuro, este tipo de claves mentales tendrían que actualizarse cada pocos meses «ya que los estudios indican que, al menos, cada seis meses nuestras ondas cerebrales varían».

¿Ciencia o ciencia ficción? Alfonso Muñoz se ha mostrado convencido del potencial de nuestras ondas cerebrales para muchas actividades de nuestra vida diaria. «Periodistas y expertos dicen que serán utilizadas de forma generalizada en 2030… veremos si, además de útiles –permitirían aprender muy, muy rápido-… son seguras».

http://www.onemagazine.es/noticia/27115/ONE-Hacker/Tus-ondas-cerebrales-son-hackeables…-y-pueden-revelar-tus-secretos.html

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