¿Qué no podrán hacer los robots en el futuro? Esa parece ser la pregunta final que se dibuja en la mente de quién de manera más o menos consciente lee las miles de noticias sobre el futuro de la tecnología, la informática, la robótica o la Inteligencia Artificial (IA) que invaden Internet.
El miedo a perder el empleo, peor aún, a ser reemplazado por una máquina es cada vez más real, más palpable en el ambiente empresarial. Es tan sencillo como hacer una rápida búsqueda en Google para darse cuenta de la cantidad de información que cada día bombardea las retinas de un público cada vez más consciente de que algo muy gordo se avecina.
Y no piense en un futuro muy lejano, porque ya es una realidad. Entrar en un bar y que no haya una sola persona empleada ya es parte del día a día y se puede ver en pleno centro de Washington, en el ‘Bolt Burgers’ concretamente, un restaurante en el que será atendido por una tablet, servido por un robot y cobrado por su propia mesa.
El último de los locales ‘human free’ es un supermercado sin empleados que funciona 24 horas gracias al móvil. Por fuera parece una tienda tradicional, pero funciona totalmente gracias a una APP en un smartphone. Desde abrir la puerta, pasando por escanear los códigos de barras de los productos, hasta pagar la compra, todo está pensado para que sean los clientes los que lleven a cabo el proceso con su propio terminal. Y funciona. Y ya no es Estados Unidos, es en Suecia.
Como estos dos ejemplos se pueden encontrar miles navegando, un poco y sin ser ningún experto en la red. Basta con leer los titulares «Los taxis robot serán una realidad», «Tu próximo jefe podrá ser un ordenador», «Un fondo de inversión robot supera a los gestores humanos», «Los robots dejarán sin empleo a millones de trabajadores cualificados en cinco años«, «Olvídate de ir a hacer la compra, te la traerá un robot a casa», «Una fábrica china sustituye a 600 empleados por 60 robots«, «Japón tendrá el primer hotel atendido por robots», «En este restaurante los cocineros y camareros son… robots», «La Cuarta Revolución Industrial en España: el 43% de los empleos serán robotizados«…
A lo mejor nunca se había enfrentado a la pregunta -¿qué no podrán hacer los robots en el futuro?-, hasta ahora; seguro. Y es en este momento cuando se debe hacer frente a la segunda cuestión: ¿qué haré yo entonces? Cuando los robots copen el empleo… ¿qué quedará para los humanos?
El científico informático de la Universidad de Rice, Moshe Vardi aseveró hace unas semanas en un informe que dentro de 30 años las máquinas serán capaces de hacer casi cualquier trabajo que realice un humano.
En previsión, el informático ha pedido «considerar las implicaciones sociales de esta posibilidad», con el fin de evaluar si la economía mundial podría adaptarse a más de un 50% de desempleo y a los nuevos hábitos humanos.
«Nos estamos acercando a un momento en el que las máquinas serán capaces de superar a los seres humanos en casi cualquier tarea -afirma Vardi-. Creo que la sociedad necesita hacer frente a esta cuestión antes de que se nos venga encima: si las máquinas son capaces de hacer casi cualquier trabajo humano, ¿qué harán los seres humanos?». Ante esto, una búsqueda en Google no muestra miles de soluciones; quizás el propio algoritmo del buscador, consciente de la desesperación, oculta toda noticia esperanzadora.
No todo está perdido
Hace tiempo ya contamos «¿Cómo evitar ser reemplazado por un robot en el trabajo?» La respuesta al final pasaba por ser más humano que las máquinas, aunque puede no ser sencillo viendo la evolución de las IA y el adocenamiento del ser humano.
Aún así, no en todos los campos el empleo está perdido, se supone queesta nueva revolución generará más empleo, muchos que aún ni existen, pero es inevitable pensar que al final los robots lo harán todo.
Siguen apareciendo algunas noticias a las que agarrarse con fe, como la de que una empresa tan grande como Mercedes-Benz haya sustituido a los robots por trabajadores humanos por su flexibilidad.
A pesar de poder «rescatar» parte del empleo que se destruya, esta nueva realidad hará que el concepto de trabajo se replantee. Una de las posibles soluciones que los expertos plantean es que los robots coticen y produzcan lo suficiente para generar una renta básica que se distribuya entre una población que deberá buscar una nueva dedicación. Si todo no se lo quedan «cuatro», si la riqueza se reparte, si el ser humano evoluciona sin destruirse se podrá decir, que no todo está perdido.
Siempre nos quedará la poesía.