Por Ragnarok / Conspignity
Una Muestra más que visible de la producción de alimentos como se hacía en la antigüedad, (llamado ahora orgánico) y la forma de producción en serie o industrial.
En una se privilegia el sabor y la calidad, en otro se favorece lo “barato”, lo “bonito”, pero sin sabor y con un coctel de pesticidas tóxicos y cancerígenos que no se ven y de los cuales nunca se les podrá imputar una responsabilidad directa a los productores, frente a los tribunales de justicia.
Como consumidores, debemos exigir a las autoridades se subsidie la comida orgánica, la producción ancestral, ya que de paso se evita el regalar el dinero a la industria farmacéutica para que nos “curen” cuando estemos enfermos por los pesticidas que venden ellos mismos a los productores de comida industrializada. Un círculo vicioso de estafa y perversidad para hacer negocios a costa de la salud.