los neo-nazis, los socialistas, los raelianos, los progresistas, los marxistas de libro, los comunistas, los transhumanistas… todos ellos esperan algo exterior proyectado en el futuro (un regreso, un personaje, una era propicia, un fin de un sistema económico, la llegada de un meteorito, lo que sea) que les va a salvar de su tortuoso presente.
¿Qué tortura es esa? La peor que señaló el sabio Kapila: la esperanza infundada. Y digo lo de infundada a sabiendas de la redundancia, pues ¿acaso existe alguna esperanza que tenga un sólido fundamento? Ay, ay, ay… pues claro que no existe, queridos míos.
Por mis lecturas de manuscritos coptos (estoy aprendiendo copto a través de las brillantes clases de la atractiva Profesora Honrubia), estoy seguro que el “Mesías” de las primeras comunidades cristianas era un principio esotérico que poco o nada tenía que ver con una esperada figura histórica. Lo que ocurre es que tras los trabajos de fijación canónica de teólogos, padres eclesiásticos y obispos como Ireneo de Lyon (“santo” del Siglo II que persiguió con violencia toda corriente gnóstica), en el Siglo XXI poco podemos saber del mesianismo gnóstico original, es decir, el verdadero cristianismo.
Sin embargo, hoy podemos saber muy poquito de él. Y conviene reconocerlo para no ser presa de pseudo-gnosticismos recientes (nunca antes del Siglo XIX) que hablan de “experiencias crísticas” y demás desvaríos ocultistas. En la actualidad, del Gnosticismo restan vestigios fragmentados y líneas iniciáticas literalmente invisibles. Fuera de ahí, no existe gnosticismo verdadero en la Europa moderna, sólo un hatajo de afeminados que no saben que lo que llaman “energía crística” no es otra cosa que una incipiente almorrana que conviene tratar cuanto antes.
Por extensión, existen otras lecturas que pueden considerarse mesiánicas en tradiciones no cristianas.
En el Islam existe un agente bienhechor que se espera dentro de lo que sería la doctrina escatológica musulmana, Imán Mahdi.
Se trata de un concepto tradicional que, como tal, tiene dos lecturas:
una interior y esotérica reservada a círculos cerrados (lo que se llama tasawwuf), y otra exotérica y abierta a todos los musulmanes.
En un artículo como éste, sólo puede abordarse la segunda.
La lectura exotérica de los hadices alrededor del Imán Mahdi hablan de un mesianismo insertado en el tiempo futuro: Mahdi se manifestará justo antes del Día del Juicio (Yaum al-Qiyamah), aniquilará al falso mesías (al Dajjal), y el Islam triunfará.
Existe una doctrina escatológica islámica propia de un núcleo esotérico al que no tenemos acceso.
Eso es así. Por otro lado, existen múltiples lecturas exotéricas excesivas y malintencionadísimas apoyadas en Mahdi, que en última instancia sirven al Dajjal, tanto en suníes como en chiíes.
Por ejemplo, el actual presidente de la República Islámica de Irán, Mahmoud Ahmadinejad anunció la llegada inminente del Imán Mahdien 2008. Por cierto, Ahmadinejad anuncia a Mahdi en inglés y en farsi, pero no en árabe; y para que los lectores españoles lo entiendan, esto puede compararse a un cantaor flamenco que hace versiones de Camarón de la Isla en ruso y en griego. Con mucha probabilidad, Ahmadinejad volverá a citar a Mahdi en los próximos años. Ojalá me equivoque, pero creo que lo citará demasiado.
Mahmoud Ahmadinejad con un amigo anónimo
Como otro ejemplo de mesianismo dentro de tradiciones no judeocristianas, se puede citar la escatología vaisnava y la doctrina del Kalkiavatara.
Por ejemplo, en Kalki Purana, en Bhagavata Purana, en Vayu Purana y otras fuentes védicas, se habla del avatar esperado.
Este “avatar” es un concepto importante dentro de una escatología muy elaborada, y no es el protagonista de una superproducción de Hollywood.
No obstante, no es casual que la 20th Century Fox de Rupert Murdoch titulara a su superproducción, “Avatar”. Se trata de pisotear e invertir todo principio cultural auténtico.
Un claro ejemplo de inversión luciferina: se roba una voz doctrinal (“avatar”), se hace por ordenador un muñecajo con el mismo color de piel que Krsna, y se le hace protagonista de una ficción sobre un proyecto biotecnológico en manos de un ejército imperialista extraplanetario. ¿Sabemos que es un avatar? No lo sabemos ni lo podemos saber, pues desde 2009 la Industria del Cine condicionó y mutiló la capacidad de conocimiento sobre la materia para siempre.
Me voy a permitir hacer una pregunta retórica que no puedo evitar hacer: ¿Cómo se puede ser tan canalla?
Krsna, el octavo avatar de Vishnú
“Avatar”, la superproducción de Rupert Murdoch. Increíblemente James Murdock su hijo es directivo de la Farmafia GSM.¿Qué tienen qué ver las farmacéuticas con las telecomunicaciones?
Sin embargo todas estas zarandajas nos llevan directamente a la locura moderna, donde el mesianismo se extrapola hacia una histeria salvacionista extendida como epidemia.
Llamémosles “mesiánicos modernos”: entre ellos se odian y discuten acaloradamente, inconscientes de que todos comparten una misma ilusión, a saber, esperar algo que jamás llegará.
Mesianismo moderno:
La mentalidad mesiánica se saca de quicio en desesperadas búsquedas profanas de un agente futuro proyectado en la política, la ciencia, la historia, creencias neo-espiritualistas, etc. Porque poco importa cómo se llamen y se definan, los inconscientes mesiánicos modernos comparten algo:
creer en alguien o algo exterior que llegará en un futuro más o menos próximo.
Entre ellos discuten, se critican y se combaten con dureza. Todos esperan.
-Los neo-nazis esperan el regreso de su amado Führer y su batalla final.
¿Qué hacen mientras esperan?
Ven partidos de fútbol y pegan palizas a mendigos e indigentes.
-Los comunistas esperan el fin del capitalismo y la abolición de las clases sociales.
¿Qué hacen mientras esperan?
Consumen, se disfrazan de pordioseros, y nos aburren en las tertulias de bar.
-Los transhumanistas esperan “la superación de la condición humana” a través de la tecnología.
¿Qué hacen mientras esperan?
Leen revistas de divulgación científica, manosean su e-phone, y se atiborran a pastillas para aplacar su miedo a la muerte.
-Los ecologistas esperan que la ciencia ambientalista arroje un modelo de producción “sustentable”.
¿Qué hacen mientras esperan?
Se jactan de su santidad ciudadana por ir al trabajo en bicicleta eléctrica, darse duchas de dos minutos y pagar el impuesto revolucionario de lo “ecológicamente correcto”.
-Los raeliano-ufológicos esperan que llegue un comandante interestelar y les lleve en su nave espacial.
¿Qué hacen mientras esperan?
Ven películas de Hollywood sobre marcianitos, se ponen gorritos estrafalarios, y visten camisetas con el mensaje “I want to believe”.
-Los miembros de los partidos políticos esperan que su partido llegue al gobierno con su mesías negro, su mesías mujer o su mesías gay.
¿Qué hacen mientras esperan?
Ven la tele, leen sus periódicos ideológicos, y opinan sobre nimiedades en sus blogs y redes sociales.
-Los new-age esperan la era astrológica de Acuario, la llegada de un meteorito, o el año 2012.
¿Qué hacen mientras esperan?
Hablar grandilocuentemente sobre “consciencia” y “evolución” mientras dan la tabarra con las dietas macrobióticas, los cristales de cuarzo y los cuencos tibetanos.
¿Qué tienen de peculiar estos mesiánicos modernos? Pues que a éstos, además de esperar, les da por hacer el canelo.
Comencé este artículo citando la primera y más antigua vía de especulación metafísica india: el Samkhya.
Lo concluyo con la última y final: el Vedanta.
Vedanta es etimológicamente el final (anta) del conocimiento (veda); y es una de las perspectivas (darshana) de las seis ortodoxas hindúes. Por lo tanto, con el Vedanta finaliza el veda, y con el Vedanta cerramos este post.
El mayor exponente vedántico en cuanto a inteligencia y creatividad fue Shankara-Acharia, una figura impresionante de lo que sería cronológicamente el Siglo IX de la era cristiana. Hoy todo el mundo conoce a Platón, Tomás de Aquino, Descartes o Nietzsche; y sin embargo pocos fuera de India reconocen la figura histórica y filosófica de Shankara-Acharia.
En lengua española, me consta que la obra de Shankara sólo es conocida por bichos cuyo hábitat es el ostracismo (como, por ejemplo, un servidor), por encantadoras e inquietas rara avis (como algunos de los lectores de este blog) y por unos pocos eruditos contracorriente (como la admiradísima Doctora Martín).
Shankara no fue sólo un maestro (acharya), sino que también fue, como diría Victor Brossa, un verdadero “maestro creador”. Escribió los comentarios más valorados de los textos sagrados de India, armó todo un sistema dialéctico impecable e insuperable, compuso poemas y canciones de un lirismo inédito, y golpeó las falacias materialistas y salvacionistas con una dureza sobrecogedora.
GITANO, EL GATO DE IBN ASAD DESCANSA APACIBLEMENTE SIN ESPERAR AL MESÍAS
Maestroviejo. Usted que opina?
Porque para mi, si el heroe no debe nada, no ansia nada, no busca nada, en donde queda el proposito de existir.
Que somos entonces sin esperanza?
A donde dirigir nuestros pasos, a la mera existencia sin proposito alguno, como seres sin espiritu, sin corazon, sin deseos de «algo» mejor?
Cada uno segun parece cree tener la llave de la sabiduria, pero el Sr. Alfonso tambien deberia aprender que dentro de esa esperanza se alberga humanidad, y con su retorica tan fria, se alberga soberbia infinita de quien se cree superior a todos los que estamos en un escano inferior a su inconmensurable e inalcanzable conocimiento.
Pues bien, el tener esperanza sigue siendo para muchos de nosotros, motivo de supervivencia, para este cultisimo hombre es y sera motivo de jactancia de su superioridad ante nosotros los borregos del senor.
Si es posible, agradeceria el comentario de Maestroviejo.
Estimada Patricia García:
Maestroviejo no está de acuerdo al 100% con este artículo que como se indica al principio se ha publicado por la solicitud de un lector.
Es cierto lo que dice sobre el mesianismo y la parálisis de la conciencia. Un ejemplo lo tenemos en el cristianismo de Roma. Se dice hagas lo que hagas, si confiesas y se te da la absolución irás al cielo. Luego allí todo está hecho ya. Así pues lo único de lo que se tiene que ocupar un cristiano, sería estar cerca de un sacerdote para confesarse antes de morir. Así la Iglesia se asegura un papel trascendental, hasta el regreso del Mesías. Entonces será el fin del mundo, los buenos irán al cielo y los malos serán castigados.
Sinceramente creo que la gente no lo ha pensado bien antes de aceptar esta hipótesis tan absurda, tan injusta y tan poco cristiana.
El verdadero mensaje de Jesús fue “amaros los unos a los otros como yo os he amado”, Él dio la vida por todos nosotros.
Eso significa que cada acción nuestra, cada día, es importante. “El que crea en mi vivirá eternamente”. Debemos dedicar nuestra vida a esa superación personal, a ese amor que nos permita mejorar como seres conscientes y ese empeño debe ser eterno y constante. Nadie nos va a juzgar, sólo nosotros sabemos lo que somos.
Nuestra alma habla por nosotros y nos define como seres.
En el artículo sin embargo se descalifican muchos caminos, “yo estoy aquí para arrancar de cuajo toda esperanza”. Es claramente una postura prepotente que ignora una de las máximas de la sabiduría, la humildad.
Uno puede decir lo que piensa, pero no debería con ello arrancar nada y mucho menos de cuajo.
Creo que se puede llegar a desarrollar nuestro Karma, nuestra espiritualidad, nuestra conciencia o nuestra alma, por muy diferentes caminos.
La esperanza también puede ser uno de los caminos. Siempre que vaya acompañada de una acción de una superación personal.
El concepto de fin del mundo es gracioso. Perdóneme por el adjetivo, pero si se piensa un poco, ¿qué significa realmente fin del mundo? Fin de la tierra, del hombre, del tiempo, del universo??? Es absurdo pensar en el fin y en el principio ahora, que ya sabemos que el tiempo sólo es una dimensión más.
¿Si no hay tiempo, no hay principio ni fin? Se acabó el fin del mundo, se acabó el mesías y entonces, yo que hago.
Si espero a Dios, que lógicamente está por encima del tiempo, es absurdo porque Dios está siempre ahí.
No debemos confundir esperanza de un futuro, con la esperanza nuestra. Debemos cada día tener esperanza en nosotros, en los demás. Es como cuando corres en una carrera, tú sólo, normalmente tu cerebro intenta engañarte mil veces, te dice, ya no puedo más, voy a rendirme, entonces tú sigues corriendo. Esa es la esperanza por la que debemos luchar cada día.
Un saludo
Maestroviejo:
Como siempre, es un placer leer sus palabras, estoy de acuerdo con usted, es maravilloso tener esperanza y fe en cada uno de nosotros y en un ser superior llamese como sea.
Realmente Usted escogio perfectamente su pseudonimo «Maestroviejo», gracias por ayudarnos con sus mensajes que nos trasmiten conocimientos en general y sabiduria para quienes quieran entender con el corazon y no con la soberbia infinita de quien se cree superior.
Patricia Garcia, Maeseviejo…
Amén Hermanos, que así sea, ese espiritu es el bueno…
El que pone una luz para alumbrar el camino de otro, ilumina tambien su propio camino..
larga vida sabiduría y prosperidad
disculpen las faltas de escritura.
Todos y todas tienen razón….acá estoy…