La historia de un despilfarro. La justicia española ha adjudicado por 56,2 millones de euros a la empresa CR International Airport el aeropuerto de Ciudad Real, símbolo de los excesos inmobiliarios del país y que está desierto desde 2011.
“Adjudicado el Aeropuerto de Ciudad Real a la empresa CR International Airport S.L. por 56.200.000 de euros”, informó el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en un breve comunicado.
Según la nota, un juez de lo mercantil de Ciudad Real ha confirmado la adjudicación y dará más detalles en una resolución judicial que se conocerá en los próximos días.
Una portavoz judicial señaló que en esa resolución se podrán conocer más detalles sobre la venta y la empresa adjudicataria.
Se trata de una propuesta “seria que va a generar muchos puestos de trabajo e inversión”, adelantó el juez Carmelo Ordóñez a los medios tras la vistilla en la que resolvió la venta del aeropuerto.
Además de CR International Airport se habían presentado al concurso por el aeropuerto otras cuatro ofertas de Grupo Orden 12 SL, Richard Taffin de Givenchi, N.Space, y Global 3 Aéreo.
El aeropuerto de Ciudad Real, bautizado Aeropuerto Central, operó su primer vuelo en diciembre de 2008. Entonces era el único aeropuerto internacional privado de España y había costado más de mil millones de euros.
Sus promotores querían incluso llamarlo Madrid-Sur y acoger vuelos de compañías de bajo coste para la capital española.
No se le permitió usar ese nombre y el aeropuerto principal de Madrid-Barajas fue finalmente ampliado, permitiéndole absorber la oferta de las compañías de bajo coste.
El aeropuerto de Ciudad Real fue después decayendo hasta llegar al concurso de acreedores en junio de 2010, con una deuda de alrededor 300 millones de euros y registró su último vuelto comercial a finales de 2011.
En el otoño de 2012, el director de cine español Pedro Almodóvar usó su desangelada pista para rodar algunas de las escenas de su película cómica ‘Los amantes pasajeros’.
Puesto a la venta por primera vez en diciembre de 2013 por 100 millones de euros, no encontró comprador.
El juzgado de los mercantil descartó en julio de 2015 una oferta de compra del fondo de inversiones chino Tzaneen International por 10.000 euros, cuando el precio mínimo fijado era de 40 millones.
BONO Y BARRERA DERROCHARON MIL MILLONES DE EUROS
La previsión era albergar a tres millones de usuarios al año, pero no llegó a 100.000
Veintiocho mil metros cuadrados. Capacidad para tres millones de viajeros al año. Todo ello tirado por la borda.
El faraónico aeropuerto de Ciudad Real que puso en marcha José Bono cuando era presidente de la Junta de Castilla-La Mancha y cuya construcción completó su sucesor, José María Barreda, ha sido un gigantesco caso de despilfarro de los socialistas.
Los datos son demoledores. Desde diciembre de 2008, cuando se inauguró, hasta el cierre del aeropuerto, pasaron por sus mastodónticas instalaciones algo más de 100.000 usuarios.
Una cifra reveladora, dado que las previsiones -evidentemente erróneas- del PSOE eran que utilizasen la infraestructura hasta tres millones de viajeros cada año.
Además, buena parte de la financiación de las obras (en torno al 40%) corrió a cargo de Caja Castilla-La Mancha, que, como se sabe, acabó intervenida por el Banco de España.
Sin embargo, durante su construcción y tiempo en funcionamiento tanto Bono como Barreda defendieron la necesidad del aeropuerto. El tiempo les ha puesto en su sitio.
El viernes 13 de abril de 2012 dejó de funcionar la pista en la que operaban vuelos privados, ya que los vuelos comerciales dejaron de llevarse a cabo en diciembre, incluso con un mandato judicial al respecto.
Y es que el aeropuerto de Ciudad Real entró en concurso de acreedores tras una enorme ruina que ya nadie podrá pagar.
Como ocurrió con los sueldos de los únicos 74 trabajadores en el aeropuerto. Estos han vivido el calvario de pasar por sucesivos expedientes de regulación de empleo (ERE) que en su momento decretó el juzgado de lo Mercantil de Ciudad Real, después de que los administradores concursales solicitasen el cierre temporal, durante un año, del lugar.
Mientras estuvo cerrado al tráfico aéreo, los responsables de las instalaciones tendrán que efectuar trabajos de señalización en la pista (pintando grandes aspas en amarillo) para que los pilotos que sobrevuelen la zona sepan que no deben aterrizar. El aeropuerto es ya un fantasma.
DIEZ PROYECTOS CON DINERO PÚBLICO REPLETO DE SOBRECOSTES
El afán de protagonismo de muchos alcaldes, presidentes autonómicos y ministros ha llevado a la realización en los últimos años en España de numerosos proyectos cuya viabilidad o utilidad pública no es, en muchos casos, ni siquiera planteable en la mayoría de países de nuestro entorno. Podrían considerarse como los restos de un pasado no muy lejano marcado por el despilfarro de dinero público sin ningún tipo de control por parte las instituciones competentes.
El aumento paulatino en el coste de las obras, la escasa utilización posterior y el cierre o venta del proyecto son el denominador común en muchos de ellos. Estos son algunos ejemplos de la pésima gestión por parte de los políticos de los recursos públicos:
La Ciudad de las Artes y las Ciencias. En plena fiebre del ladrillo a finales de los años 90, la Generalitat Valenciana ideó un megaproyecto cultural y lúdico en el que puso al frente al polémico arquitecto Santiago Calatrava. Aunque el complejo tenía un presupuesto inicial de 308 millones de euros, el Gobierno de Francisco Camps terminó desembolsando 1281 millones de euros, lo que supone un gasto extra de casi 1.000 millones. Especialmente llamativo es el caso del edificio de la ópera, más conocido como el Palau de les Arts, que ha tenido un coste de 382,5 millones de euros, una cifra que ya supera todo el presupuesto previsto para el megaproyecto. Solo en los honorarios de Calatrava, la Generalitat se gastó 94 millones de euros.
La Ciudad de la Cultura. La historia de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela, ubicada en el Monte Gaiás, es un verdadero desfase arquitectónico y presupuestario. La idea empezó a tomar forma en 1999 con Manuel Fraga como presidente de la Xunta de Galicia. Su coste inicial se presupuestó en 108 millones de euros y fue diseñada por el prestigioso arquitecto estadounidense Peter Eisenman. El proyecto, que ya ha consumido casi 400 millones de euros, no se terminará. La Xunta ha decidido paralizar definitivamante la construcción de los dos edificios que quedaban aún pendientes. Solo su mantenimiento anual ronda los 1,5 millones de euros.
La Caja Mágica. Fue uno de las obras estrella de Alberto Ruiz-Gallardón en su fallida apuesta para que Madrid albergarse unos Juegos Olímpicos. El pabellón polideportivo iba a tener un coste de 120 millones de euros y la factura terminó ascendiendo a 294 millones. Ha tenido un sobrecoste de 174 millones de euros, dos veces y media más de lo presupuestado.
La Exposición Internacional de Zaragoza. El evento que en 2008 giró en torno al agua y al desarrollo sostenible ha sido uno de los proyectos de mayor inversión y sobrecoste de los últimos años. Duró tres meses, costó 2.250 millones de euros y presentó sobrecostes como los del pabellón puente (34 millones), el del Pabellón de Aragón (15 millones), el de la Torre del Agua (13 millones). El más destacado ha sido el del Palacio de Congresos, que alcanzó los 36 millones. El montante total se repartió en 700 millones de euros de inversión directa y 1.550 millones en infraestructuras. En total, dejó unas pérdidas de 502 millones de euros, según el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas.
Fórum de Barcelona. La Ciudad Condal acogió en 2004 el Fórum Universal de las Culturas, un evento que dejó un impresionante legado arquitectónico y una elevada factura económica para las arcas públicas. Inicialmente se cifró el precio de las obras en 2.190, pero finalmente el Ayuntamiento de Barcelona reconoció que la inversión final fue de 3.270 millones, más de 1.000 millones más. Llama la atención el elevado sobrecoste final del Edificio de Fórum, el emblema del proyecto, cuya construcción se estimó en 48 millones de euros y acabó costando 134 millones.
‘Setas de la Encarnación’. El proyecto del Metropol Parasol, conocido popularmente como las ‘Setas de la Encarnación’ debido a su ubicación en la plaza sevillana de la Encarnación, fue adjudicado al alemán Jürgen Mayer en 2004 por un presupuesto inicial de 33 millones de euros. La cantidad fue creciendo poco a poco debido a modificaciones y retrasos hasta alcanzar los 123 millones de euros. En su inauguración en marzo de 2011, el entonces alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, justificó así el sobrecoste de casi 100 millones: “Pretender vivir mirándonos a nosotros mismos y hacer lo que siempre hemos hecho es estar lejos de la realidad”.
‘Ciudad del Circo’. El surrealismo alcanza un grado supremo en Alcorcón con el Centro de Artes de Alcorcón (CREAA), más conocido como ‘Ciudad del Circo’. El proyecto del alcalde socialista Enrique Cascallana, que incluye un auditorio, un circo estable y un área de congresos, entre otros, se presupuestó en 120 millones de euros y las obras, aún no finalizadas, acumulan ya un sobrecoste del 40%. El proyecto ha significado, además, la demolición de una biblioteca pública y la desaparición de una de las zonas verdes más importante de la ciudad.
La Ciudad de la Luz. El complejo industrial de cine alicantino pretendía convertirse en una especie de Hollywood español. Eduardo Zaplana fue el principal valedor de un proyecto que hoy en día está en venta. Se iban a invertir 100 millones de euros, pero su coste final alcanzó los 350 millones, según ha reconocido la propia Generalitat Valenciana. Desde 2005, apenas se han producido unas 60 películas en sus instalaciones. El PSOE denunció en 2012 que en las cuentas de la Ciudad de la Luz hay varios pagos en los años 2006 y 2007 por valor de 1,2 millones a una empresa para la realización de unas películas que en 2011 no se habían estrenado. El caso más llamativo es la inversión de 4,7 millones en la película Astérix en los Juegos Olímpicos.
Línea AVE Toledo-Cuenca-Albacete. La rentabilidad es un concepto que no se puede asociar hoy en día a la alta velocidad española, ya que no existe suficiente demanda por parte de los usuarios para amortizar el alto coste de las infraestructuras —España, con más de 3.000 km, es el segundo país del mundo con mayor implantación de la alta velocidad, solo superado por China—. Sin embargo, la línea de AVE Toledo-Cuenca-Albacete, ya suprimida, clamaba al cielo. Cada día se subían a esa línea directa solo nueve viajeros de los 2.190 potenciales para ambos sentidos. El coste del servicio suponía para las arcas del Estado unos 18.000 euros al día. Aeropuertos: Castellón, Huesca… Como ha ocurrido con la alta velocidad, la proliferación de aeropuertos en los últimos años —en España ya hay 48 y la mayoría son deficitarios— ha provocado la construcción de muchas instalaciones cuya utilidad pública es más que cuestionable. Es el caso de varios aeródromos como el de Burgos, el de Badajoz, el de Castellón o el de Huesca, con solo cuatro pasajeros en marzo de este año. El de Castellón se inauguró en marzo de 2011 y aún no está operativo despues de gastarse en su construcción 150 millones de euros.
La historia de siempre, LOS DE GOBIERNO GASTANDO A LO PENDEJO, MIENTRAS EL PUEBLO…JODASE!!!!
Vean que sonrientes andan Bono y Barrera, Par de …%&@=#ºÇ!!!