Todos tenemos una historia de víctima, un recuerdo de una situación en la que nos hemos sentido impotentes, fuera de control o indefensos. Los detalles de la historia. Posicionarse en víctima, sirve como un recordatorio de que a pesar de nuestros mejores esfuerzos, podemos ser superados por personas o eventos y nuestra vida puede cambiar en un instante. Sin importar cuándo comenzó por primera vez la historia de víctima, cada detalle está grabado en nuestra mente. Pero esta no es la intención de nuestras experiencias de víctima. Somos enfrentados a ellas, para elevarnos sobre nuestras limitaciones percibidas para volvernos victoriosos y pararnos en nuestro poder. El paradigma de víctima es una que toda la humanidad debe – y puede – superar y liberarlo es parte de nuestro viaje espiritual individual y colectivo.
Cuando nos preguntamos por qué las personas no son respetuosas, no nos honran o parecen salirse de su camino para bloquearnos en cada esquina, o por qué la vida es difícil, no somos felices, no tenemos suerte o estamos insatisfechos, la respuesta yace en nuestro paradigma de víctima.
Una víctima tiene muchos problemas, decepciones, expectativas no logradas y sueños no cumplidos. Con frecuencia se piensa que otros parecen ser más suertudos, más dotados, bendecidos o conectados.
Cuando estamos operando desde el paradigma de víctima enviamos un mensaje en silencio a los demás de que no somos poderosos y que ellos son más poderosos que nosotros. Cuando necesitamos ayuda podemos encontrar a alguien que responda al llamado pero si le entregamos nuestro poder a cambio de su ayuda, estamos empujándonos más hacia el paradigma de víctima. ¿Cómo podemos liberar el paradigma de víctima, algo que muchos Trabajadores de la Luz han venido a hacer? Primero debemos entender la razón del paradigma de víctima y después tomar una decisión aunque podamos estar en un ciclo de víctima cuando estamos eligiendo. Es importante regresarnos a nosotros mismos a lo espiritual y la totalidad emocional.
El viaje a la totalidad comienza con nuestra habilidad para encontrar nuestro centro espiritual, en donde podemos comenzar a reconectarnos con nuestro poder y comenzar el viaje a la re-conexión con el mismo.
Esta también es la historia del viaje de la humanidad desde su inicio hasta ahora, el tiempo en el que estamos cambiando hacia nuevas vibraciones de ser.
Como una familia humana tenemos la oportunidad de salirnos del paradigma de víctimas y recordar nuestra conexión con la Fuente, la divinidad y nuestro poder. Dentro de cada una de estas historias de víctima hay una lección kármica, un contrato del alma, y un punto de inicio para nuestro viaje al perdón, transformación y cierre.
Tenemos una elección para permanecer como víctima y continuar sufriendo en impotencia o unir las piezas heridas de nuestra alma y volvernos victoriosos maestros espirituales que entienden la imagen más grande y pueden elegir la sanación sobre el dolor, el momento presente sobre el pasado y una vida de abundancia y satisfacción sobre carencia y pena. A todos se nos da una oportunidad para reconocer nuestro estado de víctima y elegir otra opción, crear un paradigma de nuevo mundo en donde no haya víctimas y liberemos este paradigma de la energía de la tierra para siempre.
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