El desplome del precio del crudo solo busca eliminar a la competencia, por lo que el rebote del valor del barril —que también impulsará Riad— generará un caos económico internacional.
Entre 2010 y 2014, el precio del barril de petróleo se ubicó entre los 80 y los 120 dólares, lo que incentivó la inversión a nivel internacional.
Desde entonces, el valor del crudo enfrenta un descenso imparable impulsado por Arabia Saudita con el único objetivo de perjudicar a los países y empresas competidoras.
Para eso, publicó el portal La Información, aumentó notablemente su producción —al igual que la OPEP— en más de 850.000 barriles diarios a finales de 2015, con una media de 10,33 millones de barriles por día en noviembre de ese año.
Esto fue considerado una declaración de guerra a los productores de Rusia y de EE.UU.
En consecuencia, la sobreproducción provocó que el precio del barril bajara de manera progresiva hasta ubicarse en torno a los 35 dólares. Sin embargo, Arabia Saudita va por más y su objetivo sería llevar el barril a solo 20 dólares, lo que causaría la quiebra de muchas empresas del sector.
Pese a ser el principal factor de la caída de los precios, Arabia Saudita, ahora, se queja de su déficit del 16% del PBI.
Ese lamento, asegura el portal, es falso, porque el proceso de destrucción de empresas y corporaciones petroleras causará la eliminación de la competencia y llevará a la ruina a muchos países.
Entonces, llegará el momento en el que Arabia Saudita se encargará de subir el valor del barril, lo que provocará un tsunami económico mundial.