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El pueblo británico votó a favor de abandonar la Unión Europea pero ni siquiera los políticos que lideraron la campaña para salir de la UE parecen tener prisa por iniciar el proceso.
Poco después de que se conociera la victoria del Brexit, los ministros de Relaciones Exteriores de los principales países de la unión le pidieron a Londres no demorarse en activar el Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea.
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Pero el primer ministro David Cameron ya había dicho que el inicio del proceso formal de separación de la UE -que debe comenzar con la invocación de dicho artículo- era una tarea para su sucesor en los próximos meses.
Y tanto Boris Johnson -la principal cara del Brexit y el actual favorito para suceder a Cameron-, como Nigel Farage -quien lleva décadas luchando por esa posibilidad- rápidamente salieron a decir que no había urgencia.
El tema es que Londres necesita desesperadamente tiempo.
Y el Artículo 50 establece un plazo fatal de dos años para negociar los términos de la salida de la Unión Europea.
Prepararse para negociaciones
Parte del problema es que si bien el plazo para la negociación puede extenderse, cualquier prórroga tendría que ser apoyada por los otros 27 Estados miembros.
Y muchos en Reino Unido creen que -por esa y otras razones- una vez que el reloj empiece a correr, la ventaja en las negociaciones la tendría claramente Bruselas.
Si no hay acuerdo, el país saldría automáticamente de la UE, sin tener claridad sobre los términos de su nueva relación con el bloque.
Y las consecuencias de esto podrían ser desastrosas, por lo que Londres podría verse forzado a ceder de más para evitar ese escenario.
Al mismo tiempo, tampoco falta quien cree que las consecuencias del Brexit serán eminentemente negativas, se haga lo que se haga.
Y hay muchos convencidos de que Cameron no quiso activar el Artículo 50 porque no quiere pasar a la historia como el ejecutor de una decisión cuyos efectos teme y con la que no está de acuerdo.
Tampoco faltan optimistas que creen que incluso existe la posibilidad de que un nuevo primer ministro posponga la decisión indefinidamente a la espera de que cambie el viento.
«Castillos en el aire»
La razón fundamental por la que todos parecen estar intentando hacer tiempo, sin embargo, parece ser la falta de claridad acerca del nuevo tipo de relación que Reino Unido debería -y podría- establecer con la Unión Europea.
Los términos de esa relación son los que definirán, entre otras cosas, el nivel de acceso al mercado común, que impactará en la economía británica, y los posibles límites al libre movimiento de personas, necesarios para contener la inmigración.
Lo que significa que influirán decisivamente en la capacidad de los políticos que lideraron la opción «Salir» (Leave) para cumplir con sus promesas.
Esa es una de las razones por las que Johnson ha estado prometiendo «pláticas informales» con la UE antes de iniciar el proceso irreversible que implica la activación del Artículo 50.
El lunes, sin embargo, la canciller alemana Angela Merkel descartó completamente esa posibilidad.
Y esa no es la única de las promesas del exalcalde de Londres que ha sido calificada de «castillos en el aire» por los líderes de la UE y otros diplomáticos europeos.
Johnson también está siendo acusado de tener una visión, pero no un plan para hacerla realidad ni la seguridad de poder hacerlo.
Y no es la única figura de la opción «Salir» que ha sido acusada de estarempezando a renegar de promesas de campaña que sabía imposibles.
Nige Farage, por ejemplo, dijo que la idea de que se enviaban 350 millones de libras semanales a la UE y que al salir del bloque esa suma se iba a invertir en el sistema de salud había sido «un error».
Y el europarlamentario Daniel Hannan dijo que en realidad el Leave nunca había prometido que una salida de la UE iba a reducir significativamente la inmigración.
«Nuestras promesas en realidad eran una serie de posibilidades», resumió Ian Duncan Smith, un antiguo líder del Partido Conservador que también hizo campaña por el Brexit.
¿Nueva oportunidad para decidir?
En ese contexto, muchos ya están pidiendo que el pueblo británico tenga una segunda oportunidad para expresarse, una vez que se conozcan los términos de la separación de la UE y sus posibles consecuencias.
«No creo que necesariamente tenga que celebrarse otro referendo pero creo quedebe haber algún tipo de validación democrática«, dijo este martes el ministro de Salud, Jeremy Hunt, quien dijo estar considerando su candidatura para sustituir a David Cameron.
Y figuras del Partido Conservador como Lord Michael Heseltine han estado incluso invitando a iniciar una rebelión parlamentaria en contra del Brexit.
Así las cosas, es comprensible que Reino Unido quiera proceder con cautela.
Y después de la presión de los primeros días, los líderes de la UE -que ya reconocieron que solamente el gobierno británico puede activar el Artículo 50 e iniciar el proceso de separación- parecen estar dispuestos a darles algo de tiempo.
«No deberíamos esperar mucho tiempo. Entiendo que Reino Unido necesite considerar las cosas por un tiempo, pero no podemos tener un impassepermanente», advirtió Merkel.
Aunque muchos coinciden que, al final, el diseño de la nueva relación entre Reino Unido y la UE requerirá de al menos una década.
Efectivamente, los dos años de plazo del Artículo 50 son para negociar el divorcio. Pero los acuerdos con los detalles de la nueva relación sólo empezarían a discutirse después.
Y eso también tomará tiempo.