Los científicos rusos logran simular la destrucción de un asteroide mediante armas nucleares y sin que sus fragmentos lleguen después a la Tierra.
La prueba ha sido realizada con la ayuda del superordenador SKIF Cyberia por científicos del Departamento de Mecánica Celeste y Astrometría NII PMM de las universidades rusas de Tomsk y San Petesburgo, que están preparando medidas para proteger a la Tierra de los cuerpos celestes potencialmente peligrosos.
Ya que el cohete alcanza al asteroide desde atrás, casi todos los fragmentos seguirán su curso», opina Tatiana Galúshina, coautora de la investigación.
Los investigadores imitaron la explosión de un asteroide de 200 metros de diámetro, cuyos fragmentos no llegaron a la Tierra. El cuerpo celeste se parece al asteroide Apofis, cuya órbita podría acercarse al planeta en 2029 a una distancia de 38 mil kilómetros. Es el medio que ofrecen los científicos para luchar contra los objetos potencialmente peligrosos para la seguridad de la Tierra.
Los cálculos de los científicos muestran que para destruir a un cuerpo celeste es necesario el impacto de un dispositivo nuclear con una potencia energética de una megatonelada. Una parte del asteroide se convertirá en gas y líquido y la otra se dividirá en fragmentos de un tamaño menor a los 10 metros.
«Ya que el cohete alcanza al asteroide desde atrás, casi todos los fragmentos seguirán su curso», opina Tatiana Galúshina, coautora de la investigación.
«Lo interesante es que las órbitas de estos pedazos serán muy distintas a la del mismo asteroide. A lo largo de 10 años después de la explosión una cantidad muy pequeña de fragmentos caerán a la Tierra y su radiactividad se disminuirá de manera considerable», añade.
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