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En este artículo continuaré con los motivos por los cuales las razas extraterrestres benévolas evitan el contacto con los seres humanos. Ellos ya han aprendido, amargamente, que el ser humano actual se va desvalorizando en pos del materialismo, es decir, se va deshumanizando. Ya no somos aquellos seres sencillos que los recibían con los brazos abiertos, los adoraban y estaban ansiosos por recibir su sabiduría, su ayuda, sus conocimientos.
Hace muchos miles de años, los primeros humanos daban la bienvenida a sus “dioses” y cultivaban con absoluta sinceridad y honestidad el trato con ellos, intentando copiar sus procedimientos y sus códigos de conducta. Esto se observa en procedimientos de embalsamado y en objetos que copiaron, pero por supuesto sin los materiales adecuados ni los procedimientos correctos.
La última vez que los ET benévolos se hicieron presentes, fueron traicionados y engañados en sus acuerdos con la especie humana. Hasta dejaron en un pacto (año 1948) a uno de los suyos como garantía, el cual murió más tarde aunque alcanzó a revelar la cruda realidad de la dominación de este mundo por los Grises. Por eso, otra más de las razones por la que toman distancia es porque:
2 – NO RESPETAMOS NUESTROS ACUERDOS
Hoy en día es muy común que se concerten acuerdos en diferentes medios, políticos, sociales, comerciales, que al poco tiempo tienden a mutar y terminan en desacuerdos y enfrentamientos. Esto lo estamos comenzando a ver como normal (los acuerdos duran muy poco) siendo que evidencia una falta absoluta de ética, responsabilidad y seriedad.
Ha pasado a ser normal que los acuerdos se rompan; que por ventajas políticas o económicas, las alianzas se formen y luego se desarmen y amigos terminen enemigos y enemigos firmen alianzas provisionales entre sí para conseguir algo y, una vez conseguido, una parte traicione a la otra, volviendo a ser aún más enemigos que antes.
Ellos (estos observadores ET) no están dispuestos a celebrar ninguna clase de acuerdo porque ya han comprobado que los seres humanos no son confiables y que si pudieran adueñarse de sus conocimientos y tecnología, la utilizarían en su propia contra para eliminarlos y quedarse con el botín, como ya intentaron hacerlo.
Porque ya una vez lo comprobaron, cerca de los años ’50, y el acuerdo resultó en un desastre para los traicionados y un beneficio armamentista para los traidores. Producto de esta transferencia de tecnología ha sido el rayo LASER, la computación, la electrónica de estado sólido, las alteraciones genéticas y la tecnología invisible para sus aviones, un enorme salto tecnológico producido en muy breve tiempo que no hubiera sido posible sin la colaboración ET.
3 – NO SOMOS ESTABLES NI CONFIABLES
La elasticidad con que se toman los límites actuales entre nosotros mismos, los humanos, no resulta lícita ni ética para estos observadores ET. El ser humano está muchas veces condicionado por sus estados emocionales, al grado que un aparentemente inocente participante de la sociedad de pronto hoy toma un arma y asesina a 50 personas, vuela un coche bomba o conduce un camión a toda velocidad entre la multitud.
No somos predecibles en cuanto a la irracionalidad; sí lo somos en otros aspectos que sirven para que seamos manipulados por los Grises, como ya explicaré en otro artículo. Ellos, los benéficos, no están interesados en manipularnos (como los Grises y los Reptiloides) y por lo tanto, no estamos mostrando cualidades que realmente les sean de interés, muy por el contrario.
Ellos no se dejan llevar por estados emocionales inestables porque precisamente no los tienen, no forman parte de su naturaleza. Y no se pueden dar el lujo de correr el riesgo que significa hacer tratos con otros seres que no se sabe cómo reaccionarán a través del paso del tiempo.
4 – NO SOMOS RESPONSABLES NI CON NOSOTROS MISMOS COMO INDIVIDUOS
La palabra RESPONSABILIDAD suena cada día más pesada a medida que van apareciendo nuevas generaciones de seres humanos. Ya no solamente nos cuesta hacernos responsables de nuestros actos con respecto a los otros sino que evidenciamos una falta total de responsabilidad con nosotros mismos, con nuestra propia persona.
Sentimos cada día más dura la disciplina y la obligación, en relación con los tiempos de nuestros abuelos y la tendencia se fija hacia relajar esos patrones. La permisividad es entendida como “tolerancia” y el grado en que se permite esa tolerancia pasa de los límites naturales y saludables, hasta para nuestra propia conveniencia.
Los excesos son vistos como “hechos graciosos” y lo comprobamos cuando vemos videos de gente que disfruta haciéndose daño, arriesgándose gratuitamente, golpeándose y sufriendo en cámara con tal de ser filmados. Esta atrofia mental es altamente alarmante respecto de la conservación de nuestra especie.
Parecería que la gracia estaría en dejar de lado el instinto de conservación natural del ser humano, porque sin riesgo no hay aventura y poner en riesgo la vida representa algo estimulante que no se puede evitar y se torna adictivo. El desprecio por la vida en el afán de hacer que los demás los aplaudan ha llegado a límites que rayan con el suicidio.
Ni hablar de la violencia ejercida contra otras personas indefensas, sin motivos justificables, como ser los casos de violencia de género y agresiones y violaciones contra niños y otros seres indefensos. El ser humano es cada día menos humano, consigo mismo y con sus semejantes.
Hoy representa un acto heroico lanzar o detonar una bomba que mate a tantas personas como se pueda e inmolar la propia vida resulta en un acto de creencia religiosa que no se distingue de la locura. Los laboratorios secretos experimentan con mutaciones de virus mortales, como H1N1, la gripe aviar, el SIDA y la facilidad para que las personas adquieran el cáncer a través de los alimentos.
5 – ESTAMOS PERMANENTEMENTE DIVIDIDOS POR DISTINTOS INTERESES
Parecería que para sentirnos personalmente valiosos necesariamente deberíamos congregarnos en un grupo, pero que sea antagónico con otro grupo, porque de otra forma no tiene gracia; si no pertenecemos a uno de los dos grupos, no sólo no valemos nada sino que corremos peligro de ser agredidos por cualquiera de ambos grupos.
La Humanidad parece ser una compleja ecuación donde todos los términos se disponen a estar en oposición a todos los otros. Prácticamente, un “todos contra todos”. Ya sea geográficamente, socialmente, políticamente, en el deporte, la religión, etc. la intolerancia entre nosotros mismos llega a extremos fanáticos donde la vida de las personas no parece valer nada en relación con los “ideales” de tal o cual grupo.
Si se toma partido por un grupo, necesariamente la persona está obligada a mantenerse dentro de los parámetros sectarios del grupo y ceder en su voluntad y apreciación porque el grupo o la pandilla dejaría de considerarlo un integrante si éste pensara por sí mismo y no sólo ya no lo protegería sino que lo atacaría poniendo en peligro su integridad física.
6 – NO TOMAMOS CONCIENCIA DE QUE OTROS “HERMANOS MAYORES” MERECEN CIERTA POSICIÓN DE RESPETO
Existe un proceso gradual de pérdida de respeto hacia lo que antiguamente fue respetado por haberse ganado un cierto lugar, ya sean nuestros antepasados, nuestros mayores, nuestras tradiciones, nuestra propia esencia ancestral.
De ningún modo entonces podríamos pretender que una vez que los humanos estuvieran “acostumbrados” a la presencia de otras especies entre nosotros, no decida alguien librarse de ellos por una cuestión de ser diferentes; ya existe eso concretamente dentro de nuestra propia especie, la xenofobia entre arios y judíos, blancos contra negros, ricos contra pobres, etc.
Ni hablar entonces de respetar las condiciones ni las formas de vida extrañas a la nuestra. Ya sea por miedo, por desconfianza o por simple sospecha, ningún habitante extraterrestre estaría seguro entre la especie humana si fuera localizado. La simple tentación de desafiarlo sería suficiente como para originar conflictos de poder, con consecuencias inimaginables. Ellos no se arriesgarán a someterse a esas situaciones, no lo necesitan.
Hay más razones por las cuales los observadores ET benéficos no desean inmiscuirse en nuestra existencia cada día más conflictiva y caótica, que desarrollaré en la tercera parte. El Hombre parece encaminarse muy alegremente hacia su propio final y ellos no están dispuestos a participar de ello.
Desapasionadamente, observan nuestro comportamiento desde hace siglos y hasta el presente no parecen sentirse en condiciones de confiar en él, aún cuando de todas las maneras posibles nos están llamando la atención hacia sus mensajes en los que nos advierten de la realidad y de un caótico y triste futuro.
Los Cropcircle (Círculos de cosechas) desde hace años están significando mensajes al ser humano que pueden ser decodificados por emplear sencillos códigos binarios, pero quienes tienen la capacidad y la habilidad de interpretarlos, no transmiten su significado al resto de las personas, como siempre han hecho con la información, reservándola como elemento de poder.
Esta muestra ratifica todo lo expuesto anteriormente: el ser humano imponiéndose sobre el ser humano, el fuerte sobre el débil, el que tiene sobre el que no tiene. La ley del garrote más grande. Sinceramente, pregunto a quien lee: ¿Si estuvieras a salvo de todo esto, te representaría una satisfacción rodearte de seres de la calidad humana que estoy mencionando en estos artículos?
¿No te mantendrías lo más alejado posible? Eso es justamente lo que ellos hacen, pero observando y esperando una reacción positiva de nuestro lado. Completaré las otras razones en la tercera y última parte.
El Sendero Del Ser. Bendiciones. Leo
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