Carlos Fernández Liria es uno de los referentes intelectuales que más ha contribuido a desarrollar la denominada ‘hipótesis Podemos’, la de la guerra relámpago que el propio Pablo Iglesias ha enterrado tras el 26-J para iniciar otro ciclo basado en una guerra regular. En su último libro, ‘En defensa del populismo'(Catarata), que presentó en precampaña acompañado del líder de Podemos, desarrolla ampliamente la estrategia del partido, asentándola conceptualmente y justificándola teóricamente. Precisamente por ello, unido a unos resultados electorales que no alcanzaron las expectativas, y de los que se deriva un amplio consenso entre las diferentes corrientes del partido para dejar atrás la hipótesis fundacional, el ensayo explica también el auge y el freno de la formación.
El mejor resumen de ‘En defensa del populismo’ es el mitin de Pablo Iglesias en el cierre de la campaña electoral: «Patria, ley, orden e instituciones». El candidato de Unidos Podemos condensaba en su discurso una buena parte de sus enseñanzas. Y es que Liria es uno de los principales padres teóricos de Podemos, y entre sus pupilos se encuentran destacados dirigentes de la formación, como es el caso del secretario autonómico en Madrid Luis Alegre. No en vano, Liria cerró simbólicamente la candidatura por Madrid el pasado 26-J. Defensor del psicoanálisis, en la línea teórica iniciada por Jorge Alemán, también ha alimentado las reflexiones freudianas de Iglesias sobre Podemos, como expuso en la mencionada presentación del libro.
Estos son algunos de los puntos fuertes del ensayo que explican el auge de Podemos, avanzando posiciones en la batalla por el lenguaje y la hegemonía, pero que al mismo tiempo explican su caída por hacer insostenible en el tiempo la calculada ambigüedad programática y discursiva y, sobre todo, la premisa de que el fin justifica los medios.
Sentido común y hegemonía
El prólogo del libro está firmado por Luis Alegre, donde defiende que “el objetivo del populismo es siempre construir un pueblo”. Y como es obvio, continúa, “puedes tener pueblos muy distintos dependiendo de quién haya ganado la batalla por el contenido de la palabra ‘patria’”. Un concepto fetiche para la formación, junto a ‘pueblo’, central en los discursos de Podemos y sobre cuya reapropiación se centran la mayor parte de sus esfuerzos. “Patria, pueblo, Podemos” ha sido así uno de los principales lemas de la campaña del partido.
El número dos del partido, Íñigo Errejón, es uno de los dirigentes más entusiastas con esta reapropiación, siguiendo siempre los pasos de Laclau, “para construir pueblo” en torno a las siglas que representa. Liria arranca el primer capítulo de su ensayo con una cita del secretario político y sentencia acto seguido que “la hegemonía se ejerce, fundamentalmente, apropiándose de lo que solemos llamar sentido común”. Y es que las diferencias entre corrientes no son tanto estratégicas, sino tácticas o incluso simples luchas internas de poder.
La lucha política, resume el filósofo, “es ante todo una lucha por la hegemonía, una lucha, por tanto, por instalarse en el sentido común de la población, de manera que los propios intereses se hagan pasar por los intereses de la voluntad general”. Si esta idea fuerza es en potencia una de las fortalezas del partido, esconde al mismo tiempo su debilidad en la traslación práctica. Paradójicamente, su debilidad está en su fortaleza. Esto es, como continúa afirmando Liria “la verdad no es precisamente uno de esos resortes capaces de levantar olas en el mar de la hegemonía política”. Una convicción que, a la larga, ha acabado provocando que muchos de los votantes de la formación se conviertan en exvotantes, al menos todos aquellos que no aprueban que todo vale para alcanzar el poder.
La lucha por el lenguaje
La casta o el recurso al eje arriba-abajo en sustitución del eje izquierda-derecha (“no somos ni de izquierdas ni de derechas”) son algunos de los conceptos con los que exitosamente Podemos se abrió paso en el terreno electoral. “En el mundo político, el lenguaje es siempre propiedad del enemigo” y hay que utilizar “el lenguaje del enemigo para combatir al enemigo”, dice Liria. Bajo este principio el partido hizo su guerra relámpago, pero perdió la batalla final. Quizá porque de tanto parecerse al “enemigo” acabó por convertirse en un partido más. Como asumió Iglesias, un Podemos con menos ‘sex appeal’.
Entre las causas del fracaso electoral reportadas en los informes del consejo ciudadano de Podemos, el máximo órgano de decisión de la formación, se encuentran, además del “miedo” o “Venezuela”, consideradas centrales, la ambigüedad. Una campaña con un Pablo Iglesias aludiendo a una ideología socialdemócrata y un Alberto Garzón apelando al comunismo. “La ambigüedad controlada del populismo de Podemos, que tanto se denostaba desde la izquierda comunista, no era, en absoluto, un desacierto, y el resultado electoral del 20-D, en efecto, lo dejó contundentemente claro”. Sin embargo, los resultados del 26-J no fueron tan claros como sentencia el escritor, y en la macroencuesta realizada a los círculos se apunta precisamente a esta ambigüedad.
La falta de credibilidad por la falta de definición en aspectos cruciales se ha instaurado tras el paso del tiempo, dejando erosionada esta hipótesis. Para muchos votantes, y quizás más entre los potenciales de Podemos, la honestidad es un valor. Con todo, Liria sostiene: “Muchos dicen que hay que regresar a un discurso franco y abierto de propuestas bien definidas. Ahora bien, esto es algo muy difícil sin desplazarse demasiado a la izquierda en el imaginario político de los votantes”.
Entre las causas del fracaso electoral está la ambigüedad: una campaña con Iglesias aludiendo a la socialdemocracia y Garzón apelando al comunismo
El filósofo se pregunta porqué la derecha puede mentir y la izquierda no y continúa: “Los supuestos populistas de Podemos, si quieren hacer una política de izquierda (no ya de extrema izquierda) están obligados, por lo visto, a decir la verdad. No pueden colar una política de izquierda diciendo que es de centro porque eso no es propio de gente de izquierda. Pero la encrucijada de un populismo de izquierda se parece entonces más bien a un numerito de circo: ganar sin dinero y diciendo la verdad”.
Las tesis de Liria impregnaron la hipótesis Podemos, aunque no se estiraron al extremo en lo referente a la generación o reapropiación de mitos patrióticos, como él demandaba. Una tarea de ingeniería social que sin duda necesita de tiempopero que también encuentra fuertes reticencias en un espectro de la población española, entre la que surge la desconfianza. Liria justifica que “para que Hugo Chávez conquistara la hegemonía política en Venezuela con una intensidad tan impresionante era necesario, de algún modo, que Chávez tuviera a alguien detrás, que pudiera hablar como portavoz de otro más incuestionable. Hacía falta que la revolución fuera bolivariana, que fuera organizada en torno al protagonismo de Simón Bolivar».
Pablo Iglesias trató por primera vez de reivindicar figuras de la mitología española para “hablar como portavoz de otro más incuestionable” en la marcha del cambiodel 31 de enero de 2015 que llenó las calles de Madrid. Entonces el líder de la formación apeló al 2 de mayo de 1808, pues “no fueron los reyes ni los generales ni los brillantes regimientos del Palacio Real los que se opusieron a la invasión. Fue el pueblo de Madrid”. (…) “Esa gente valiente y humilde está en nuestro ADN y estamos orgullosos”. En su discurso durante la primera investidura de Pedro Sánchez volvió a recuperar con fuerza algunos de estos mitos, aunque con un giro más a la izquierda, y finalmente también el mitin de cierre de campaña del 26-J, inclinándose más bien hacia el “hilo rojo” de la historia.
Misticismo y cristianismo
Otro aspecto central de ‘En defensa del populismo’ es el que se condensa en el capítulo ‘razón y cristianismo’. «El pueblo no se moviliza con razonamientos, sino con mitos”, opina Liria. Nuevamente, se recurre al ejemplo de Chávez, pues entiende que una parte de su éxito se deriva de su capacidad para incardinar religión y política. “Cuántos izquierdistas se rasgaron las vestiduras porque Chávez empezó a aparecer en público con la Constitución en una mano y un crucifijo en la otra”, se pregunta. Su respuesta es que “Chávez ganó 16 consultas electorales y a su entierro acudieron millones de venezolanos. Mientras tanto, la izquierda europea intentaba reunir una asamblea de más de 15 personas y estaba a punto de perder toda representación parlamentaria, pero, eso sí, miraba por encima del hombro tanta sospechosa de populismo. Una vez más, no se enteraban de nada”.
Pablo Iglesias no ha llegado al punto de alzar un crucifijo, pero sí ha jugado a posicionarse en el mismo terreno que el Papa Francisco. Ya en su etapa de europarlamentario, en noviembre de 2014, aplaudió con fuerza el discurso de Bergoglio en el Parlamento Europeo, mientras que los diputados de IU, esos que “una vez más, no se enteraban de nada”, se ausentaron en señal de protesta. El próximo 10 de septiembre está previsto que el Papa lo reciba en audiencia, a la que acudirá con Errejón y el secretario de Internacional Pablo Bustinduy. “El Papa está siendo muy valiente y como líder mundial rema en una dirección muy parecida a la que remamos nosotros», explicaba en una entrevista en Telecinco. En precampaña, en su intervención en el Círculo de Economía de Sitges, le preguntaron también si creía en Dios. Su respuesta: “Si Dios es lo que dice su representante en la Tierra, Francisco, creo bastante en lo que dice”.
La reflexión política dentro de la formación se ha abierto en canal y el “nuevo Podemos” no acabará de perfilarse hasta ‘Vistalegre dos’
Para Liria, “hay que empezar por reconocer que el laicismo lo tiene políticamente todo en contra”, dando a entender que, al igual que otros temas que puedan generar división o rechazo social, debe dejarse a un lado. Pero no solo, entiende que “es una insensatez haber regalado al enemigo la mayor organización de masas de la historia de la humanidad occidental. El potencial proselitista del cristianismo es, además, impresionante. Algo que debería haber resultado al marxismo de lo más interesante”. Una reflexión que, probablemente, llega tarde.
La hipótesis populista forma ya parte de un ciclo que Podemos ha dado por cerrado. Algunas de sus reminiscencias siguen coleando, y forman parte inseparable del proyecto. Con todo, la reflexión política dentro de la formación se ha abierto en canal y el “nuevo Podemos” no acabará de perfilarse hasta Vistalegre dos.