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No es como las superilustraciones a las que estamos acostumbrados, pero capturar el raro momento antes y después en que una enana blanca explote y se convierta en una «clásica nova» es todo un logro. Y muy útil para los astrónomos.
Jonathan Webb Science reporter, BBC News
Buscaban oscuridad y encontraron un intenso brillo.
Astrónomos capturaron -con la ayuda del Observatorio Las Campanas en Chile-unas raras imágenes de una pequeña estrella antes y después que explotara en una clásica nova.
Esto ocurre cuando una enana blanca (así le llaman a estas estrellas) absorbe gas de una estrella mucho más grande hasta que explota; y sucede una vez cada 10.000 a un millón de años.
Las observaciones, hechas por científicos polacos y publicadas en la revista Nature, eran parte de un estudio de varios años del cielo cuyo objetivo original era detectar materia oscura.
Fue ese flujo constante de imágenes que alimenta ese proyecto sobre materia oscura lo que permitió a los expertos revisar los datos de años atrás y darse cuenta de cómo se veía el sistema de estrellas en mayo de 2009.
A pesar de que el evento ocurrió a 20.000 años luz -generando un muy, muy débil punto de luz, apenas visible entre las estrellas más brillantes- es una excelente oportunidad para estudiar el proceso en que se produce una clásica nova.
Esta ilustración muestra cómo una enana blanca roba gas de su compañera y explota.
«Gracias a nuestras observaciones a largo plazo es que pudimos detectar esta nova unos años antes y unos años después de la explosión», le dijo a la BBC Przemek Mróz, primer autor del estudio y estudiante doctoral del Observatorio Astronómico de la Universidad de Varsovia.
«Esto es muy inusual porque por lo general las nova sólo llaman la atención cuando son muy luminosas, cuando están en erupción».
Hibernación hipotética
Estos eventos violentos, pero poco entendidos suelen empezar con una enana blanca (el remanente muerto de una estrella mediana como nuestro Sol) que se queda atrapada en una órbita muy pequeña de una estrella activa.
«La distancia entre esas dos estrellas es muy pequeña, de hecho es de un radio solar», señaló Mróz.
«Imagina que dentro del Sol tengas dos estrellas orbitando entre sí», agregó.
Esa órbita es tan ajustada que en este caso sólo le toma cinco horas recorrerla, lo que permite que la enana robe constantemente gas de su acompañante mayor.
Esa materia extra se acumula en la superficie de la enana hasta que se produce una reacción termonuclear explosiva que sólo hace pedazos la materia extra, dejando atrás a la enana blanca.
El equipo logró captar el ciclo de una nova
«Todo el sistema sobrevive a la explosión de la nova, lo que hace que el proceso vuelva a empezar», explicó el experto.
«En unos miles de años nuestra nova volverá a despertar y explotara, pero nosotros no estaremos aquí para verlo».
Esto no ocurre con las supernova tipo Ia, que empiezan de la misma forma pero al tener un estallido mucho más fuerte destruye la enana blanca.
Mróz y sus colegas consideran que los resultados de su investigación sustentan el modelo de «hibernación» de una clásica nova.
Esto significa que durante la larga espera entre las explosiones el sistema se apaga casi completamente y la enana blanca dela de tomar gas de su vecina.
Ese modelo predice una lenta transferencia de materia entre las estrellas antes de la explosión, y una transferencia relativamente rápida y brillante después; que es precisamente lo que los expertos polacos creen haber capturado.
Quizás no
Otros astrónomos se mostraron menos convencidos.
«La cuestión es que todavía se está enfriando, todavía no es estable, así que por el momento no sabemos cómo va a ser su brillo a largo plazo después de la erupción»,comentó Christian Knigge, de la universidad de Southampton en Reino Unido.
«Esto se debe a que todavía estamos viendo el final del estallido».
Como cualquier científico que se respete, quiere ver más datos.
El telescopio polaco es parte del Observatorio Las Campanas en Chile
«Esto es muy circunstancial», le dijo a la BBC el profesor Knigge. «Pero como observaciones, como prueba para nuestras teorías de cómo funcionan las explosiones, es realmente fantástico».
«(Estos) nos permite medir cómo era el brillo y las condiciones antes de la erupción; podemos usarlo para nuestro modelo de erupción, tenemos una buena medición de cuánto tiempo le lleva declinar, y lo vamos a estar siguiendo».
El experto británico no cree que los datos de este estudio vayan a esclarecer la teoría de la nova clásica, «pero desde mi punto de vista, es demasiado pronto para decir que se trata de un caso de sistema de hibernación que ahora hizo erupción».