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Dos pensionistas griegos
Fotografía de 2015 que muestra a dos pensionistas tomando café en el pueblo griego de Karitena. Las personas que padecen presbiacusia, especialmente a partir de los 70 ó 75 años de edad, pueden experimentar aislamiento social, depresión y declive cognitivo.
Foto: Spyros Tsakiris / AP Photo / Gtres
Un equipo de científicos británicos ha detectado varios genes relacionados con el envejecimiento, entre ellos el gen Slc4a10, relacionado con la pérdida de audición
Un equipo de científicos del Consejo de Investigación Médica en Harwell, al sur de Oxford, ha detectado varios genes relacionados con el envejecimiento, por ejemplo los que intervienen en la pérdida auditiva, en la degeneración macular o del centro de la retina y en la osteoartritis, según anunció ayer el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido. El estudio, publicado en Nature Communications, ha sido realizado con ratones, pero podría ser reproducido en genes humanos con el objetivo de detectar estos trastornos relacionados con la edad antes de que aparezcan los primeros síntomas.
La edad es un factor de riesgo para diferentes trastornos como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la pérdida auditiva o la demencia, pero los genes que llevamos dentro también influyen en estas afecciones, haciéndonos más o menos vulnerables. «Sin embargo es complicado saber qué genes influyen más o menos y cómo lo hacen. Este estudio aumenta nuestro conocimiento sobre los genes relacionados con el envejecimiento y con una mala salud y, en última instancia, podría ayudarnos a desarrollar nuevos tratamientos«, afirma Lindsay Wilson, investigadora del Consejo de Investigación Médica.
La pérdida de audición comienza con los sonidos de tono agudo y progresa hacia sonoridades más graves. Las personas que padecen este deterioro conocido como presbiacusia, especialmente a partir de los 70 ó 75 años de edad,pueden experimentar aislamiento social, depresión y declive cognitivo.
Los investigadores del Consejo de Investigación Médica en Harwell han introducido, de forma aleatoria, nuevas mutaciones en genes de ratones antes de que nacieran y han hecho un seguimiento de su salud a medida que envejecían. Si se desarrollaba un trastorno relacionado con la edad entonces investigaban el gen particular que había sido mutado. Así han detectado el gen Slc4a10, que ya era conocido por su función ocular, pero el nuevo estudio lo ha relacionado por primera vez con la pérdida auditiva por envejecimiento. Ahora se trata de buscar estos mismos genes en los humanos y comprobar si son los causantes de estas mutaciones naturales. «Este es un primer y vital paso en el desarrollo de nuevas terapias«, señala Paul Potter, del Consejo de Investigación Médica en Harwell.