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Enfermedades que ya estaban erradicadas gracias a las vacunas comenzaron a regresar en los últimos años gracias a la disminución en las tasas de vacunación, fenómeno que se da en varias partes del mundo.
En Australia lograron cifras de vacunación récord luego de años de déficit con un simple truco: denegar dineros e beneficios estatales a los padres que no vacunaban a sus hijos y en solo siete meses las tasas de niños inmunizados correctamente llegaron a niveles que permiten proteger a la sociedad.
Sin pinchazo no hay pago: La campaña australiana para regularizar a los niños no vacunados
«No jab, no pay», ese es el nombre de la campaña que el Gobierno de Australia lanzó a inicios de este 2016 asustados por las bajas tasas de inmunización no solo en niños pequeños, sino que también en aquellos que requerían dosis de refuerzo de alguna vacuna.
El mensaje de las autoridades era claro, aquellos padres que no vacunaran a sus hijos cuando correspondía o no les pusieran al día en sus vacunas dejarían de percibir beneficios sociales en dinero y rebajas de impuestos.
En siete meses vacunaron gratuitamente a todos quienes quisieran inmunizar por primera vez a sus hijos o ponerlos al día en sus vacunas incluyendo a niños y adolescentes, los cuales además no podían asistir a establecimientos educacionales si no estaban completamente vacunados.
Hoy la cifras de vacunación en Australia alcanzan al 93 % de los menores de 5 años, de las más altas en países desarrollados y una cifra histórica aunque los encargados del programa esperan llegar al 95 % y así ofrecer la inmunidad comunitaria que se necesita para proteger a la población en riesgo.
Por supuesto que el programa «sin pinchazo no hay pago» deja exentos de las penalidades por no vacunación a los niños que no puedan recibir vacunaciones por razones médicas, pero no acepta objeciones religiosas ni de otro tipo.
El éxito de los programas provacunación en Australia
No existe ningún estudio científico que demuestre que las vacunas causen autismo o alguna otra condición de salud grave en niños o adultos y, sus efectos secundarios son mínimos y en ínfimos casos se presentan complicaciones tal como con cualquier otro medicamento.
Pese a ello cada vez son más los padres que optan por no vacunar a sus hijosponiendo en riesgo no solo la salud de sus pequeños sino que también de aquellos que aún no tienen edad suficiente o poseen problemas de salud que les impiden recibir sus inmunizaciones.
Desde el lanzamiento de la campaña cerca de 5800 niños cuyos padres habían presentado objeciones de conciencia para vacunar optaron por inmunizarlosy 148 mil niños cuyas vacunas no estaban al día recibieron sus dosis faltanteso de refuerzo.
Australia dio el ejemplo de que con el estimulo correcto y mano dura, la desinformación y negativa sin razones valederas ante los beneficios de las inmunizaciones pueden ser corregidas en poco tiempo, quizá no todos hablan el lenguaje de la ciencia pero comprenden sin problemas aquel que es universal:Dinero.
Muy mal por australia. Vergonzoso. Eso permite saltarse la norma al poderoso y sólo obliga al necesitado. Cualquier vacunación obligatoria debe ser de dosis indistinguibles entre sí y aleatorias, y empezar por la clase médica, el clero, las fuerzas armadas, la nobleza y los grandes empresarios, porque hay que concederles a ellos y a sus hijos el privilegio de ser primeros.
Totalmente de acuerdo!!!!!