Jordi Casals/datelobueno.com
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La vitamina C es el suplemento imprescindible. Si sólo pudiera complementar mi dieta con un único suplemento, éste sería sin duda la vitamina C. Lo tomo a diario desde hace más de diez años, a razón de 1 gramo al día. Estos son algunos de los principales motivos:
¿Necesitamos Vitamina C?
Casi todos los animales producen vitamina C en sus cuerpos, pero los seres humanos hemos perdido esta capacidad, no podemos elaborar nuestra propia vitamina C, por lo que debe ser aportada diariamente a través de la dieta. La vitamina C se encuentra casi exclusivamente en las frutas y las verduras, pero para aprovecharla debemos proteger estos alimentos de la oxidación del aire, de la luz, y de la temperatura ya que estos factores la destruyen. Si tenemos en cuenta que esta vitamina apenas se acumula en el organismo y que el 35% de la población española no consume siquiera dos piezas de frutas diarias, es posible que muchos de nosotros, sin presentar carencia, no consigamos las concentraciones adecuadas para obtener los beneficios asociados a esta vitamina.
Las necesidades de esta vitamina se pueden ver incrementadas en diferentes grupos de población como son los ancianos, embarazadas, lactantes, personas convalecientes, personas que padecen ciertas enfermedades que alteran el aprovechamiento de esta vitamina, el estrés, personas que realizan ejercicio físico intenso, la toma de anticonceptivos orales, fumadores o las personas que siguen dietas poco equilibradas con un abuso de carnes rojas y bajo consumo de vegetales. Muchos son los expertos que proclaman que los valores de referencia nutricionales para la vitamina C son insuficientes para conseguir unas concentraciones óptimas en nuestros tejidos y defienden utilizar unas dosis más elevadas de vitamina C a las cuales los estudios han demostrados los verdaderos efectos antioxidantes en la prevención de enfermedades crónicas o en la protección frente a las infecciones. Para crear un tejido conectivo fuerte, incluidos los revestimientos de las arterias coronarias, y permitir que el sistema curativo repare las heridas, se precisan ciertos niveles de vitamina C.
No esperes obtener efectos inmediatos del consumo regular de vitamina C, aunque puede disminuir la frecuencia con que se contagia un resfriado y en algunas personas, puede reducirse la tendencia a magullarse, el suplemento de vitamina C forma parte de una estrategía a medio y largo plazo para proteger el sistema curativo y potenciar su funcionamiento de tal manera que sea capaz de mantener en óptimas y saludables condiciones el bienestar cotidiano del cuerpo.
Beneficios principales de la vitamina C
La vitamina C participa en más de 300 funciones corporales.
Intervine en la producción del colágeno, ayuda a la curación y cicatrización de heridas.
Interviene en la formación de cartílago, huesos, dientes y vasos sanguíneos.
Su capacidad antioxidante hace que esta vitamina elimine sustancias tóxicas del organismo y neutraliza los radicales libres, evitando el daño que generan en el organismo.
Mejora el sistema inmune, potencia el sistema natural de defensa aumentando la resistencia frente a las infecciones.
Participa de forma activa en los procesos de desintoxicación que se producen en el hígado y reduce los síntomas provocados por las reacciones alérgicas.
Mejora la visión y ejerce función preventiva ante la aparición de cataratas o glaucoma.
Propiedades antibacterianas y antihistamínicas.
Disminuye los niveles de tensión arterial y previene la aparición de enfermedades vasculares.
Ayuda a prevenir o mejorar afecciones de la piel como eccemas o soriasis.
Aumenta la producción de estrógenos durante la menopausia, en muchas ocasiones esta vitamina es utilizada para reducir o aliviar los síntomas de sofocos y demás.
Mejora el estreñimiento por sus propiedades laxantes.
Previene la aparición de enfermedades cardiovasculares.
Evita el envejecimiento prematuro.
Facilita la absorción de otras vitaminas y nutrientes esenciales.
Facilita la absorción del hierro contenido en los alimentos de origen vegetal.
Es necesaria para la síntesis de la carnitina. La carnitina se encarga de llevar los ácidos grasos a las mitocondrias para la producción de energía.
También desempeña un papel importante en la síntesis del neurotransmisor “noradrenalina”. Los neurotransmisores son esenciales para el funcionamiento del cerebro y se sabe que afectan al estado de ánimo.
Previene enfermedades degenerativas como el cáncer y el Alzheimer.
Alimentos ricos en Vitamina C
Entre las frutas con más contenido en vitamina C destacan el kiwi, el caqui, la acerola, la papaya y la fresa. Entre las hortalizas y verduras destacan el pimiento rojo, el perejil, el brócoli y las coles de Bruselas.
Obviamente, no estoy –en absoluto- menospreciando el maravilloso jugo de naranja. No obstante, debemos tener en cuenta que la naranja no es precisamente una de las frutas con más contenido en vitamina C. En relación a la cantidad de vitamina C que aporta un vaso de zumo de naranja, nos encontramos con que un vaso de 250 ml contiene 135 mg de vitamina C. Si tenemos en cuenta la cantidad diaria recomendada de esta vitamina, descubrimos que un único vaso de jugo de naranja nos aporta algo más del 100%.
Anteriormente se creía que el zumo de naranja perdía su contenido en vitamina C a los 15 ó 20 minutos de haberlo preparado. Sin embargo, estudios llevados a cabo recientemente han demostrado que no es cierto. Eso sí, debemos tener en cuenta que las verduras y hortalizas sí pierden hasta un 50% de esta vitamina cuando son cocinadas.