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Suzanne Simard, investigadora del área de ecología forestal en la Universidad de Columbia Británica (Canadá), y sus colegas han descubierto que los árboles y las plantas se comunican e interactúan entre sí.
Simard descubrió una red subterránea de hongos que conectan los árboles y plantas de un ecosistema. A través de esta simbiosis, las plantas pueden contribuir al desarrollo y crecimiento mutuo y ayudar a los diferentes ejemplares del bosque. El descubrimiento se produjo a partir de la observación de las pequeñas bandas de color blanco y amarillo de hongos identificados en el suelo de los bosques. Muchos de estos hongos eran micorrizas , lo que significa que tienen una relación beneficiosa con la planta huésped, en este caso las raíces del árbol. La observación microscópica reveló que los los árboles pueden intercambiar carbono, agua y nutrientes en función de sus necesidades.
“Los grandes árboles proporcionan subsidios a los más jóvenes a través de esta red de hongos. Sin esta ayuda, la mayoría de las plántulas no se desarrollarían “, explicó el científico.
En una entrevista con Ecology.com los hongos están conectados a las raíces del árbol. A partir de esta conexión, los árboles más antiguos, ya desarrollados y grandes, son considerados como “plantas madre”. Ellos se encargan de la gestión de los recursos de una comunidad de plantas a través de los hilos de hongos.
Esta conexión es tan fuerte que, según la investigación del equipo de Simard cuando se corta un árbol de este tamaño, la tasa de supervivencia de los miembros más jóvenes del bosque o selva se reduce drásticamente. La conexión existente entre las plantas es comparable con la sinapsis de las neuronas humanas.
Este descubrimiento puede cambiar la manera de ver y abordar las cuestiones forestales.
Los árboles inclinan sus ramas en la noche
«Nuestros resultados muestran que todo el árbol se inclina durante la noche, lo cual puede ser visto como el cambio de posición de las hojas y ramas», dice Eetu Puttonen, del Finnish Geospatial Research Institute. «Los cambios no son demasiado grandes, sólo hasta 10 centímetros en árboles con una altura de unos 5 metros, pero resultan sistemáticos y medibles dentro de la exactitud de nuestros instrumentos».
Para descartar efectos del clima y la ubicación, el experimento se realizó dos veces con dos árboles diferentes. El primer árbol fue examinado en Finlandia y el otro en Austria. Ambas pruebas se realizaron cerca del equinoccio solar, bajo condiciones de calma sin viento o condensación. Las hojas y las ramas caen poco a poco, con la posición más baja un par de horas antes del amanecer. Por la mañana, los árboles volvieron a su posición original dentro de unas pocas horas. No está claro aún si fueron «despertados» por el sol o por su propio ritmo interno.
«En el nivel molecular, el campo científico de la cronobiología está bien desarrollado, y en especial los antecedentes genéticos de la periodicidad diaria de las plantas ha sido ampliamente estudiado», explica András Zlinszky, del Centro de Investigación Ecológica, Academia de Ciencias de Hungría. «El movimiento de las plantas suele estar estrechamente relacionado con el balance hídrico de las células individuales, que se ve afectado por la disponibilidad de luz a través de la fotosíntesis. Pero los cambios en la forma de la planta son difíciles de documentar incluso para pequeñas hierbas, ya que la fotografía clásica utiliza la luz visible que interfiere con el movimiento del sueño».
Con un escáner láser, la perturbación planta es mínima. Los escáneres utilizan luz infrarroja, que se refleja en las hojas. Los puntos individuales en una planta solamente se iluminan durante fracciones de segundo. Con esta técnica de escaneo láser, un árbol de tamaño completo se puede explorar de forma automática en cuestión de minutos con resolución sub-centímetro.
Fuente: http://www.xn--revistaaocero-pkb.com/secciones/mundo-futuro-nueva-conciencia/definitivo-arboles-se-comunican-entre-si-otros-seres-vivos
http://mysteryplanet.com.ar/site/los-arboles-tambien-se-van-a-dormir/
Excellente !!!!
Comparto eso de que la flora y posiblemente la fauna, mantienen una especie de amor incondicional hacia el ser humano.
Una anécdota: Hace varios años viví en la montaña y cortaba árboles con motosierra, la que a veces se atascaba en el lugar de corte y la mayoría de las veces los árboles no caían hacia el lugar esperado, esto hasta que leí y aprendí que para arrancar vegetación, primero hay que pedir permiso a la vegetación por agredirse.
Con esta premisa, antes de iniciar el corte, enviaba un mensaje mental al árbol sobre la razón de lo que iba a suceder con las respectivas disculpas y oh sorpresa, el árbol caía en la dirección esperada y no tenía contratiempos al cortarlo.
Toda actividad contamina el entorno, por lo que es tarea personal el descontaminar más de lo que se quiera o no, se contamina. En este sentido, aparte de los árboles facilitados para la siembra y otros temas, a lo largo de la vida tengo sembrado más de 1.000 y cortados un pequeño porcentaje de ellos. Justificando o confesando tal vez.