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Inayatulhaq Yasini BBC Afghan
En el sur de Chile, una extensión de tierra con vegetación agreste y árboles nativos podría ser un tesoro arqueológico. En este yacimiento se hallaron objetos a los que se les estima una antigüedad de 14 mil años.
La historia que lleva como título Monte Verde se puede resumir en tres palabras: excavación, hallazgo y controversia.
Todo se inicia en 1977, con un descubrimiento que hasta el día de hoy causa asombro y calurosa discusión.
Ese año, el arqueólogo y antropólogo estadounidense Tom Dillehay, junto a un equipo científico de la Universidad Austral de Chile, excavaron en un sitio de aspecto salvaje, ubicado en la Región de Los Lagos.
El yacimiento cuenta con tres zonas: Monteverde I, Monteverde II y Chinchihuapi, un antiguo arroyo que atraviesa gran parte del sector.
Los hallazgos en Monte Verde, según el grupo de científicos, dieron con un asombroso listado de huellas del Pleistoceno tardío.
Había objetos de caza, elementos arquitectónicos, trozos de carne y cuero animal, plantas medicinales y exóticas, papas silvestres, algas, huesos de animales, cordeles, varios fogones, hoyos, braseros y hasta una pisada humana.
Sin embargo, la validez de estos hallazgos ha sido fuertemente cuestionada por reconocidos arqueólogos.
Variedad de rocas encontradas en el yacimiento arqueológico.
Dos sitios
Desde 1977 los trabajos arqueológicos se han concentrado con fuerza en dos sitios: Monteverde I y Monteverde II.
A Monte Verde I se le detectó una antigüedad de 33.000 años, cifra que hasta ahora no ha sido aceptada del todo por la comunidad científica.
En cambio, a Monteverde II se le detectó una antigüedad de 14.800 años y sigue siendo el que tiene mayor consenso científico.
En 2008, un texto publicado en la revista Science validó la antigüedad, cercana a los 14 mil años, de algunas algas marinas, encontradas en Monteverde II.
Excavaciones realizadas en 2013 también revelaron que el yacimiento podría haber sido ocupado por humanos desde hace 18.500 años, una fecha incluso más antigua que la calculada en un comienzo.
Pequeño fogón con una fecha cercana a los 16.000 años, y asociado con huesos quemados de caballo americano prehistórico y piedra exótica.
Clovis versus Monte Verde
Monte Verde con sus hallazgos viene a cuestionar modelos y convenciones clásicas que hasta el día de hoy se mantienen en la arqueología americana.
Y sobre todo respecto a las teorías del poblamiento tardío en América, porque después de Monte Verde se comenzó a hablar de «poblamiento temprano» en el continente.
El descubrimiento causó mucha discusión. Hasta ese momento, había un claro consenso en la ciencia sobre quiénes eran los primeros pobladores de América: los Clovis.
El pueblo Clovis corresponde a habitantes de una zona cercana a Nuevo México, Estados Unidos, y sus orígenes se estimaron en 11.200 años.
Los hallazgos de Clovis han sido muy estudiados, como sus puntas de flechas y artefactos líticos encontrados en numerosos pozos de exploración.
Monte Verde ha sembrado dudas sobre esta verdad científica.
El terreno está muy desnivelado, pero esa es justamente parte de su riqueza, ya que se mantiene salvaje y con poca intervención humana.
La historia no termina
Stuart Fiedel, arqueólogo y antropólogo estadounidense, es un acérrimo defensor del modelo Clovis.
El científico aseguró a BBC Mundo que la evidencia de Monte Verde no es convincente, a diferencia de lo que sí ha dado Clovis desde 1929, año en que se descubrió este yacimiento.
Para Fiedel la mayoría de los 750 artefactos hallados en Monte Verde deben su apariencia a la naturaleza. Ella les dio la forma que tienen.
Los artefactos pudieron mezclarse, ya sea en la antigüedad o en una época más reciente, con otras herramientas, como auténticas piedras arcaicas, pero cuya data sería posterior a la que se postula.
Pisada humana con una data de 14.500 años de antigüedad.
La pisada humana también genera sospecha porque, en su opinión, «es demasiado pequeña para ser de un adulto y demasiado estrecha para ser la un niño muy pequeño».
Y aunque en Latinoamérica cada vez parece dársele más validez a las evidencias de Monte Verde, Fiedel explica que esto escondería una razón no científica.
«Persiste una especie de sentimiento antiyanki en la academia latina y sus estudiosos parecen aceptar cualquier evidencia que indique que los modelos de colonización norteamericanos no son aplicables en el sur de América y que estas culturas se desarrollaron de manera independiente», dice a BBC Mundo.
Fiedel también asegura que, gracias a un reciente estudio genético, Clovis es más que nunca una teoría fuerte.
En 2014 una secuenciación de genoma de los restos del «Chico Anzick», un esqueleto de un adolescente preservado en una tumba, validó que todos los pueblos nativos de América Central y del Sur son descendientes genéticos de un mismo grupo y que están conectados.
El esqueleto, cuya antigüedad es de unos 12.600 años, fue encontrado en Montana, Estados Unidos, junto a herramientas pertenecientes a la cultura Clovis.
El genoma del «Chico de Ansick» reveló, además, que sus orígenes provienen de Siberia.
Esto sustentaría la teoría más aceptada de cómo el hombre llegó a América: por Alaska desde Siberia a través del Estrecho de Bering, hace aproximadamente 13.500 años.
A diferencia de Clovis, los asentamientos de Monte Verde no ofrecen una explicación plausible de cómo llegaron hasta allí sus posibles pobladores.
Una interpretación pictórica del artista Rodrigo Díaz sobre cómo pudo ser esta milenaria cultura.
Colonizadores bien organizados
La controversia continuará y las preguntas también. Especialmente en torno a los objetos encontrados en Monte Verde. Porque, si es que fue asentamiento humano, ¿cómo eran estas personas?
Tom Dillehay en entrevista con BBC Mundo explica que las evidencias sugieren que el asentamiento estuvo formado por un grupo poco numeroso, de no más de 30 colonizadores.
Agrega que estos milenarios habitantes habrían estado muy bien organizados, con tareas definidas, respecto a la producción de herramientas, la construcción de refugios y la preparación de los alimentos.
Las fosas encontradas, llenas de barro y rodeadas de herramientas de piedra, restos de semillas, frutos secos y bayas, dan a pensar, según Dillehay, que en Monte Verde existió una economía organizada.
Artefactos de madera encontrados en Monte Verde II.
Los hallazgos en Monte Verde II también, dice el científico, harían cuestionar la teoría que dice que todas las personas de la edad del hielo eran cazadores nómadas.
Según Dillehay, se cree que este asentamiento «fue ocupado durante todo un año y al menos una parte de sus habitantes se dedicaba a la recolección de alimentos vegetales y a la caza de animales».
Sobre huesos y pieles de animales, en Monte Verde se han encontrado especies de la megafauna ya extintas.
Por ejemplo, se hallaron restos de paleollamas y gonfoterios. Los primeros son antepasados de las llamas y los segundos, parientes de los mastodontes.
En un pequeño fogón se hallaron restos de huesos quemados que indican la presencia del caballo americano prehistórico.
Los científicos desconocen la razón de la extinción de estas especies, aunque dicen que probablemente se debió al cambio climático y a la excesiva presencia humana.
Puntas de proyectiles halladas en el sitio de Monte Verde II.
Las hectáreas
Pero además de la controversia científica, hay algo más urgente en Monte Verde: su conservación para que puedan seguir las investigaciones.
Desde el 25 de enero de 2008 una extensión de Monte Verde, de casi 10 hectáreas, se encuentra protegida como Monumento Histórico Nacional de Chile.
Actualmente, casi 9 hectáreas de este territorio, pertenecen al ex senador de la República de Chile Carlos Kuschel Silva, quien lo compró en los 1980.
La Municipalidad de la ciudad de Puerto Montt ha manifestado la intención de expropiar los terrenos del exsenador Kuschel.
«Solo espero lo que digan las autoridades. Ofrecí donar al Estado de Chile una parte del sitio, para la construcción de un museo, pero después se habló de expropiar», dice a BBC Mundo Carlos Kuschel, quien mantiene en su sitio un parque temático.
La Municipalidad de la ciudad de Puerto Montt ha manifestado la intención de expropiar 9 de las 10 hectáreas que abarca Monte Verde.
Peligros a la vista
Si bien Monte Verde sigue salvaje −se puede ver en su tierra muy desnivelada al caminar− hay amenazas a la vista.
«Cada año, porciones del sitio se están desprendiendo por el aumento del caudal del arroyo Chinchihuapi, además de alguna destrucción debido a la actividad moderna», asegura Dillehay a BBC Mundo.
Árboles de eucaliptos también asoman en las cercanías y pueden ser perjudiciales, pues secan excesivamente el terreno y afectan a la humedad propia del lugar.
«En mi parte trato de mantener el lugar lo más salvaje, por ejemplo con árboles nativos y sin arar la tierra, ni tampoco hacer senderos, aunque la excesiva parcelación que se está comenzando a ver en el sector puede dañar», cuenta Kuschel a BBC Mundo.
El pasado vive
Desde la Unesco, la directora y representante de la oficina en México, Nuria Sanz, dijo a BBC Mundo que valoran el significado que tiene Monte Verde y en lo que se ha convertido.
A la izquierda especies preservadas de algas marinas y a la derecha piel de una papa silvestre de la zona.
«Monte V erde ya no debe ser visto como una anécdota, sino como un sitio en el que se continuó investigando a través del tiempo», dice para BBC Mundo la Dra. Sanz.
Nuria Sanz cuenta que como Unesco tienen conocimiento de que el Estado de Chile busca postular a Monte Verde para Patrimonio de la Humanidad.
«Lo importante es que el Estado de Chile asegure todas las condiciones máximas de preservación en el sitio y de investigación, tal como se ha hecho hasta ahora», dicen desde la Unesco.
Dillehay también lleva más de 35 años luchando para proteger y preservar Monte Verde.
No obstante, actualmente Dillehay es un tanto crítico respecto al valor que se le da al sitio, sobre todo de parte de los propios chilenos.
«Muy poca gente sabe de este sitio después de 40 años. Los chilenos están mucho más interesados de su historia colonial y reciente».