Todo lo que nos rodea en nuestro entorno genera energías, bien sean negativas o positivas, éstas forman parte activa de nuestro día a día, la armonía, el desorden, la paz interior o la intranquilidad mental, todo ello obedece a la gran influencia de nuestros pensamientos y nuestra mente en nuestra vida, y ello no es más que energía generada y recreada por cada uno de nosotros.
La energía de la mente es la esencia de la vida. Benjamin Franklin.
Evidentemente, con nuestros pensamientos, palabras y acciones, damos curso y movimiento a la energía en nuestra vida, la activamos y hacemos fluir o simplemente la dejamos estancada, lo que suele volverse altamente tóxico, pues los pensamientos se hacen densos y recurrentes, dejando solo depresión, tristeza y frustración a su paso, pues se trata especialmente de logros no alcanzados, riesgos no tomados o metas no cumplidas.
Existen maneras simples y naturales, para mantener nuestra buena vibra activa día a día:
Sé positivo, acepta y trasciende lo que ocurre en tu vida, comenzando por ti, con virtudes y defectos, esto nos mantiene presentes en cada situación, nos permite vivir la experiencia y aprender a dejarla ir.
Libérate de las ataduras negativas del pasado, lo que no hiciste o llegaste a hacer, no tiene vuelta atrás, no es más que un mero recuerdo y experiencia vivida, no tiene ningún sentido lamentarnos o regodearnos constantemente en lo vivido, más vale mantener la mente lúcida en el ahora para no perder de vista ningún instante presente.
Utiliza tu imaginación y tu visualización creativa a tu favor y no en detrimento de todo aquello que haces. Cada vez que emprendas algún proyecto nuevo no dudes en imaginar las cosas como quisieras que fueran y no de forma negativa, si bien todo tiene un riesgo en la vida, debemos aprender a preparar nuestros escenarios desde la buena vibra y la actitud positiva, esto nos dará incluso las herramientas para poder enfrentar las situaciones no deseadas en el camino.
Encuentra un lugar en tu interior donde haya alegría y la alegría quemará el dolor. Joseph Campbell
En tanto más atención se le pone a un problema, más energía absorbe, de allí que evita comentar a los demás constantemente aquello que te aflige o te preocupa, las situaciones siempre tienen un desenlace y si no hay solución posible en el momento, no tiene ningún sentido contarla una y otra vez, cargando el problema de energía, por el contrario, procura descargar de importancia esa situación, enfocando la energía positiva hacia las soluciones posibles y reales.
Sé agradecido con la vida, pues si no agradeces por lo que tienes o si solo lo haces cuando todo funciona bien, es un claro signo de tu negatividad. Si agradeces todo lo bueno, aun las pequeñas cosas como el sol que te ilumina o el poder disfrutar de un tiempo al aire libre por ejemplo, verás como atraerás buenas energías a tu vida.
Mantén una actitud positiva ante la vida, sana constantemente tu interior desde el pensamiento, desde tu esencia, llena tu entorno de armonía y tu vida de paz, a través de la bendición de todo lo que te rodea.
La actitud es una cosa pequeña que marca una gran diferencia. Winston Churchill.
No dudes en amar y dejarte amar, este es el mejor antídoto para eliminar cualquier energía negativa que quiera entrar a tu vida, aprecia las cosas buenas de la vida, aprende de los errores y déjalos ir.
Finalmente, busca siempre la felicidad en tu entorno, no decaigas, no desesperes cuando la vida no te sonría, todo pasa y siempre hay un nuevo amanecer…
Como todo, toda experiencia es única, pasajera, causal, útil y merecida. Nada sin razón, sustento o al azar, si bien, podrían presentarse las debidas excepciones a la regla de rigor.