En este audaz documento, el escritor, actor y activista británico Julian Rose arremete con fuerza contra la corrección política y aborda el muy actual y controvertido tema de la agenda global transgénero y transhumanista, que trata de transformar radicalmente el paradigma de la vida, la sexualidad y la reproducción humana. Según esta visión, ya estamos metidos en un estadio en que el ser humano se puede convertir en una especie de robot biológico que ya no se reproducirá “naturalmente” (ecos de una clara eugenesia masiva) y cuya sexualidad genuina quedará destruida a través de dos estrategias. Por lado, por la implantación de la indefinición sexual, falsamente intelectualizada, y por otro, por el triunfo de la hipersexualidad, que sólo funciona prácticamente como lujuria y objeto de consumo. Mientras tanto, el Amor con mayúscula es ferozmente atacado y ridiculizado desde todos los frentes; no hay más que ver las campañas mediáticas al respecto.
Julian Rose |
Para Julian Rose, el sexo ha sido opuesto artificialmente a la espiritualidad cuando en realidad es la expresión de la máxima unión espiritual, de la polaridad que da paso a la creación, a la vida misma. Y detrás de esta maniobra contra la energía natural de la sexualidad humana estarían unos oscuros poderes fácticos que él denomina agenda anti-creación, cuyo objetivo ancestral ha sido –y sigue siendo– la depredación energética del ser humano, con claras referencias a las entidades arcónticas.
LA AGENDA DEL FIN DEL GÉNERO (… O LA ASEXUALIZACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER)
El Universo es pura electricidad sexual. Su electricidad es producida por un estado de polaridad. La polaridad que causa la fricción. La fricción como fuerza fundamental de la vida. La fuerza vital que cataliza el nacimiento. El nacimiento, un acto de procreación: pro-creación. Un acto divino. El nacimiento del Universo como acción divina.
Una acción provocada por la atracción mutua que existe entre dos polos opuestos interconectados y gravitacionales. Negativo / positivo; día / noche; yin / yang; masculino / femenino. No hay vida sin dualidad. No hay dualidad sin polaridad. No hay nacimiento sin dualidad / polaridad. No hay evolución sin procreación, ni procreación sin los sexos.
La sexualidad es sagrada, fuente eterna de lo profundamente creativo; por lo tanto, en un mundo monótono, donde la supervivencia depende de la uniformidad materialista del pensamiento y de la estéril conformidad de la inacción, la sexualidad es peligrosa. Ese peligro ha llevado a un intento de neutralizar nuestra realidad cargada eléctricamente, y de hacer obsoleto el papel del hombre, de la mujer e incluso de la propia procreación, para dar paso a una carrera cibernética robótica y la posterior conquista trans-humanista de este planeta.
Exploremos este fenómeno más allá. Llevémoslo a la luz del día para que todos vean –y dejen de negar– lo que está detrás de la realidad gloriosa de la vida, la muerte y el movimiento universal. Y, al mismo tiempo, para que reconozcan la existencia y la manifestación de un cruel plan maestro para bloquear y poner en marcha lo contrario, esta gran aventura que se despliega: la evolución de la vida.
Para aquellos dispuestos a oponerse, reprimir y sofocar la fuerza vital que está detrás de la Creación, la sexualidad es realmente peligrosa. Y tanto más porque está alineada con el nacimiento de una nueva vida, un recipiente y mensajero de la creatividad espiritual universal. Las fuerzas que temen esta energética expresión de la libertad creativa están alineadas con un estado opuesto de existencia. Un estado que, para el propósito de este artículo, llamaremos “anti-creación”. Una fuerza que busca subsumir la energía creativa y transformarla en su opuesto.
Estos seres (y las entidades que los poseen) no se oponen a la existencia de la energía eléctrica per se. No desean destruir lo que les proporciona el combustible necesario para llevar a cabo su plan maestro. Pero sí desean controlarlo y usarlo para sus propios fines. No para la pro-creación, sino para su contrario, la anti-creación, una forma de aborto de la vida. Desean poseer lo que es puro, arrogándose para sí mismos tales energías puras, y usarlas como munición en una ambición inextinguible de poder, posesión y dominio absoluto. Esta forma de poder viene sin empatía, compasión o amor. Es dura, fría y a menudo despiadada. Puede asesinar, mutilar y eviscerar la vida con un aparentemente frío desprecio.
Para los humanos de cálida sangre roja, esto parece casi inconcebible. Tan inconcebible como que pudiera existir una entidad desprovista de estos instintos, una entidad apoyada (adorada) por seres humanos ávidos de emular su frío y robótico machismo. Podemos encontrar tales seres entre lo que se conoce como “el 1%”. Los que practican la pedofilia y el sacrificio de niños mientras ocupan altos cargos en el gobierno, en la banca, en la judicatura, en los medios de comunicación y en otras profesiones similares. En otras palabras, aquellos que manejan el día a día de este planeta. La ambición de tales personas les lleva a asistir a las fuerzas externas y extradimensionales que desean tomar el control del ADN humano, mientras que confinan a la humanidad al desempeño de un papel servil en apoyo del “plan maestro anti-creación”.
Grandes sectores de la humanidad no pueden (o no quieren) creer que tales entidades –y los seres terrenales que las emulan– existan realmente y se involucren en esos actos atroces de violencia contra los jóvenes e inocentes que caminan entre nosotros. La mayoría de los habitantes del planeta Tierra no pueden ver que están bajo el hechizo de una agenda global de adoctrinamiento. Y que esta agenda es el mecanismo dominante de control de esta era corporativa neoliberal. Estamos aquí para ayudar a revertir esa situación.
LA NEUTRALIZACIÓN, BANALIZACIÓN Y SUBLIMACIÓN DE LA POLARIDAD SEXUAL
Tomemos un respiro y preguntémonos: ¿cómo se implanta realmente la subversión y la inversión de la sexualidad natural aquí en el planeta Tierra? Dado que es un elemento clave de la misión anti-creación, ¿cuál es la metodología que aplican para asegurar su implantación generalizada?
Permítanme comenzar la respuesta a esta pregunta recordándonos que la naturaleza incorruptible de la sexualidad humana y universal es de naturaleza espiritual. Somos bendecidos con este poder. El poder de la pro-creación.
Cada varón es en parte también hembra. Cada hembra es en parte también varón. Reconocemos estas cualidades en nosotros mismos. Permiten a ambos sexos empatizar el uno con el otro. Son distintivas, y sin embargo están totalmente interconectadas. Si las miramos dinámicamente, son como un baile flamenco de atracción magnética dentro de cada uno de nosotros, y también entre nosotros. El amor comienza en el interior.
Como ya se esbozó al principio, la sexualidad (sexualidad-dualidad) es la fuerza motriz esencial de la vida universal; de movimiento, de cambio, de evolución. Sin la “fricción” derivada de la atracción de los opuestos complementarios, la energía-materia viviente nunca habría llegado a existir. La fuente de la sexualidad (sexualidad-dualidad) es por lo tanto sagrada. Lo que la doctrina anti-creación pretende hacer, para lograr su objetivo, es separar a estos dos amantes y hacer que parezcan estar en desacuerdo entre sí. Hacer que la dualidad natural aparezca más como un conflicto que como una solución. Distorsionar y retorcer lo que es un todo para que parezcan dos elementos opuestos.
Una de las maniobras “anti-creación” parece que está trabajando en la disolución y el modelado de unos en otros, de tal manera que los dos estados ya no aparenten ser distintos, sino indistintos, casi totalmente carentes de definición. O sea, pretende esterilizarlos, homogeneizarlos y neutralizarlos. En otras palabras, colapsar la divina polaridad natural y hacer asexual lo que es innatamente sexual, hasta que quede desprovisto de dignidad, significado, matiz y atracción.
La otra ruta es ir por el camino opuesto y sexualizar abiertamente el sexo. Hacer de él la excitante tentación del momento. El pecado que está ahora a la venta, o gratis, si eres afortunado. Observen cómo la industria del entretenimiento ha aprovechado esta moda y nos la ha metido por nuestras gargantas con la ayuda de iconos pop como Madonna, Lady Gaga y Miley Cyrus. Todas ellas se ataviaron con vestiduras satánicas y símbolos saturnianos, transmitiendo descaradamente la fuente de su sexualidad deformada. Tales ídolos son adorados por millones de jóvenes fans, y así la enfermedad se propaga.
La banalización de la sexualidad desespiritualiza su esencia. Esto es exactamente lo que trata la agenda contra la creación. La convierte en un vacío amorfo o en una carga pseudo-erótica desnaturalizada. Ambas maniobras logran el mismo objetivo: la distorsión deliberada de las potencias superiores con las que la humanidad es bendecida.
Y no piensen que la religión está libre de estas maquinaciones. Está profundamente inmersa en tales prácticas. Basta contar el número de escándalos que implican a sacerdotes que abusan de muchachos y muchachas para saber cómo es de voluble y falso, en demasiados casos, el supuesto compromiso con la enseñanza genuinamente superior en estas instituciones.
LA SUBLIMACIÓN DE LA SEXUALIDAD EN LOS ASPIRANTES ESPIRITUALES
En el mundo de los aspirantes a la iluminación espiritual existe una fuerte tendencia hacia la sublimación de las energías sexuales a fin de incrementar las energías espirituales. Pero esto es un error, ya que de ningún modo son entidades separadas en primera instancia. Son una energía, con una plétora de expresiones coloridas.
El siniestro pedestal sobre el que se sitúa la camarilla anti-creación no está amenazado por esta forma de aspiración sublimada, porque tal sublimación es en sí misma “naturaleza desnaturalizada” y, por lo tanto, drena la fuerza vital de sus ingredientes vitales. De hecho, el acto de separar lo que es un todo hace directamente el juego a las fuerzas anti-creación.
Hay mucha confusión sobre esto en la Nueva Era y en movimientos similares orientados al espíritu. Y la confusión es una herramienta para romper los lazos de la cohesión natural. Exactamente, lo que “se espera” que suceda. Muchos aspirantes creen que la sexualidad es contraria a su creencia a la hora de hacer frente a los perpetradores del mal en este planeta. No es de extrañar que la camarilla se salga con la suya ni que los pocos encuentren escasa resistencia a su dominación sobre los muchos.
La aspiración dirigida a lo divino es un despertar sexual-eléctrico, así como el acto gozoso de la unión sexual es un despertar espiritual. Son uno y ambos a la vez. Ese es el gran enigma de la vida que muchos no entienden. Sin embargo, debemos entenderlo, si queremos recuperar nuestro verdadero yo y derrocar a nuestros opresores contra la creación. Los maestros del “divide y vencerás”.
Julian Rose
(Visto en https://somniumdei.wordpress.com/)