CONTAMINACIÓN DE LA RESERVA GENÉTICA
Estrechamente relacionada con el proceso de degradación humana está la desnaturalización masiva de la dieta humana: la comida. Aquí es donde las semillas genéticamente modificadas / alimentos hacen su aparición. Son herramientas de esterilidad. En experimentos de laboratorio llevados a cabo en Francia hace cinco años, las ratas alimentadas con piensos para animales transgénicos fueron incapaces de reproducirse después de dos años. Se volvieron estériles.
Además, los productos agroquímicos tóxicos, las prácticas agrícolas monocultivo y una industria alimentaria globalizada de propiedad corporativa han reducido el valor nutricional de nuestros alimentos básicos diarios a prácticamente el mismo nivel de los paquetes en que se distribuyen. La propaganda comercial de los supermercados ha atraído a miles de millones de personas a un mundo de falsa comida y salud deficiente. Y todo esto es deliberado.
La ingeniería genética de la vida vegetal para convertirse en un agente en la prevención de la pro-creación implica una manipulación flagrante de la reserva genética de la que depende toda la vida. Es parte del mismo juego que la modelación de género que describo en este artículo. El proceso de degradación se filtra por todas partes, incluyendo el lenguaje, la política, los deportes, la educación, el ocio y hasta la simple vida doméstica. Está inevitablemente presente en las vallas publicitarias, en las pantallas de televisión y en los cines de uno al otro extremo del mundo. Y todo es parte de un plan deliberado para socavar el flujo de la vida orgánica que es común a la naturaleza, al hombre y al universo.
CORRECCIÓN POR MOTIVOS POLÍTICOS
Un colega polaco, en una reciente visita al médico, fue informado al comienzo del trámite de registro: “Me temo que tengo que preguntarle de qué sexo es”. Para dar miedo. En estos tiempos se habla en varios frentes de hacer que la comunicación entre sexos sea “neutral de género”, a fin de evitar la discriminación políticamente incorrecta … ¡Qué locura!
Cuando se ocultan las cosas que deberían estar en la arena pública, entonces el temor de tocar algo “que no ha de plantearse” crece exponencialmente. Así, las conversaciones formales o de convivencia no pueden incluir lo que el statu quo considera “incorrecto”. ¡Bajo estas circunstancias uno pronto se encuentra en una especie de absurdo vacío de conversación donde se considera irresponsable decir casi cualquier cosa remotamente significativa!
Aquí tenemos una insidiosa esterilización de las relaciones sociales que se basa en el “miedo”. El temor de ser diferente, de estar fuera de la norma. Es otro tipo de desierto, similar al monocultivo agrícola que provee al mercado mundial de alimentos. El lenguaje reducido a una pequeña fracción de lo que puede transmitir. Una forma de ingeniería social por excelencia. Este es un lugar donde la comunicación verdadera –la del corazón, el alma y el espíritu– se ha convertido prácticamente en el maldito tabú. Tan excluida y aplanada como la basura en una planta de reciclaje.
Realmente apenas puedo valorar la miserable masacre a la que han sido sometidos nuestros poderes creativos y animados de comunicación; simplificados a manos del sistema de control centralizado anti-creación que domina este planeta. Un sistema de control que se encuentra bajo etiquetas como gobierno, religión, comisión, corporación, universidad, medicina, ejército y medios de comunicación.
INGENIERÍA SOCIAL DEL LENGUAJE
Pero nosotros, “el pueblo”, tenemos un modo horrible de sucumbir a la agenda de esta abierta –o encubierta– ingeniería social. Muchos de nosotros lo deberíamos saber bien. Un típico ejemplo es la aparentemente inofensiva expresión “tíos” (u “¡Hola, tíos!”), dicha despreocupadamente. Toda la dignidad y el orgullo natural desaparecen en un instante, ya que la sagrada fémina y el sagrado varón se desdibujan con indiferencia en una expresión homofóbica de lo que –hasta hace poco– se empleaba para referirse exclusivamente al macho de la especie: un “tío” («guy» en el original inglés). Ya no más. Ahora las mujeres son hombres también. Todos somos “tíos”. No importa; es genial. Es “no discriminatorio”. Sí, por su puesto: Llamar hombre a un hombre y mujer a una mujer es discriminatorio.
Así que no somos más que criaturas neutras asexuales, unisexuales o procreadas sin género, y nos asusta –como si fuera el mismo infierno– el carácter sagrado de nuestra feminidad y masculinidad, el magnífico carácter distintivo electromagnético inherente a la sexualidad que refleja la dualidad divina de nuestro Universo.
“Como es arriba, así es abajo”, amigos míos. Es hora de ser fiel a quien eres. A quienes somos. Y desde el fondo de mi corazón les invito a que no caigan en la trampa de degradar y disminuir todo lo que está en el núcleo vital de nuestras diferencias únicamente complementarias. Ya lo ven, eso es exactamente lo que la agenda anti-creación pretende lograr. Sus ejecutores saben que una vez que el poder magnético de la danza divina de la dualidad se debilita hasta el punto en que el núcleo interno pierde la dinámica con sus electrones (amantes) que giran cohesionados en torno a él, entonces lo que cataliza la expansión centrífuga del Universo entra inmediatamente en crisis.
“Tíos”, por inocuo que parezca, es un ejemplo profético de esa crisis inminente. Si la tensión sutilmente extática en el corazón de nuestro universo eléctrico ya no se pone en juego en la Tierra (como es arriba, es abajo) los terrícolas seremos cómplices de la disminución, no sólo de nuestras vidas, sino de toda la vida. El macrocosmos y el microcosmos son reflexiones completamente complementarias entre sí (como es arriba, es abajo). Nosotros influimos en la evolución del cosmos del mismo modo que éste influye en nosotros. Esa danza divina es simplemente lo que nuestra potencialidad humana innata está continuamente alcanzando hacia su plena expresión aquí en la Tierra.
El grado de su manifestación marca el grado de nuestro desarrollo creativo y expresividad. Los diversos grados de expresión creativa manifiesta establecen la agenda de la evolución continua de toda la humanidad.
LA REVOLUCIÓN ESTÁ EN NUESTRAS MANOS
Pareceríamos estar en el filo de una navaja, entre el avance y el colapso. Tal vez eso suena demasiado optimista, porque el colapso es demasiado evidente y el avance mucho menos. Sin embargo, lo visible representa una pequeña fracción de lo que existe en este universo, por lo que no debemos dejar que domine nuestro estado de ánimo. Se dice que “la hora más oscura es justo antes del amanecer”, de modo que cuando presionamos fuerte contra la pared más allá de la cual no podemos ir, descubrimos la existencia de fortalezas que no apreciábamos que poseíamos.
La humanidad, aparentemente desmembrada por el caos deliberadamente diseñado por la agenda anti-creación, en realidad se está acercando a una unidad dinámica, a un nivel más profundo no visto. Todos los intentos de hacer lo distintivo, indistinto; lo profundo, superficial; lo divino, satánico; lo lleno, vacío; están forzando a que se abra lo que tiene el poder para revertir esta gran opresión y redimir la gloria de la vida.
Es un momento crítico de gran dramatismo en los asuntos del hombre y del universo. Un momento en el cual la verdad puede ser asida con ambas manos y transportada con el espíritu de ofrecer alegremente un regalo precioso a la fuente de la cual toda la vida se hizo manifiesta. Devolviendo algo que, por temor y egoísmo, deseábamos conservar sólo para nosotros. Y al hacerlo, lo distorsionábamos más allá del reconocimiento.
Una vez que el don de la vida se celebra como el único tesoro que realmente es, un gran grito de gracias surge espontáneamente dentro de nosotros, resonando como una onda de sanación en las esferas más grandes de la existencia. Y en este mismo momento, los mensajeros e instigadores de la anti-creación son rechazados, perdiendo su fijación y su dominio sobre los que han actuado como combustible para su existencia parásita.
Sí, es nuestro imperativo –y sólo nuestro– liberar al universo de estos agentes de la destrucción. Estábamos imbuidos de la capacidad de realizar este acto y ahora tenemos que avanzar con valentía para lograrlo. Sí, buenos amigos, estamos muy cerca de este gran día, pero muy lejos si insistimos en la negación de nuestra dualidad innata. Si nos negamos a ensalzar la belleza de los dos grandes amantes arquetípicos. Si nos negamos a participar en la gran danza de la vida. Participe ahora o salga de esta vida como una mera sombra de su ser real. Un vacío amorfo en un universo sin sexo.
Aproveche el gran momento. Porque su riqueza y belleza asoma tan tentadoramente al alcance de toda mujer y de todo hombre dispuesto a abrazar plenamente el gozoso don de la vida.
Julian Rose
(Visto en https://somniumdei.wordpress.com/)