Son conocidos como los «skin-walker» pero el nombre original como los llaman los navajos, es Yee Naaldlooshii.
Son personas con una capacidad muy especial: la de poder transformarse en cualquier animal. Esto solo era posible en muchos casos, si antes llevaban sobre su espalda la piel de la criatura en la que deseaban transformarse, como por ejemplo un oso o un lobo.
La leyenda de los cambia-pieles no es exclusiva de los indios navajo, en realidad, otros pueblos nativos como los esquimales también disponen en su legado cultural y antropológico estas fascinantes leyendas donde el ser humano, era capaz de adquirir la forma de un animal para, en algunos casos, ver el mundo con muchas más posibilidades… Y más sabiduría. En otros, este poder caía en personas cuya alma, cargada de pecados, avanzaba hacia el lado más oscuro de la naturaleza.
En el pueblo de los navajos eran los chamanes los que tenían esta habilidad. No obstante, hay un dato que siempre inquieta un poco cuando los expertos ahondan en esta tradición y estas creencias: se dice que la capacidad de transformarse en animal no era solo una virtud de chamanes o brujos.
Existían personas que por su carácter o por la oscuridad de su alma, habían perdido ya su sentido de humanidad, estaban transformados por el pecado, el rencor y el odio, de forma que su piel, mutaba hacia criaturas extrañas y terroríficas. Eran seres muy temidos por las tribus.
Yee Naaldlooshii puede traducirse de forma literal como «el que anda sobre cuatro patas». Solo los chamanes más hábiles podían ir y volver de este estado para obtener información de su entorno, pero la mayoría de los «cambia-pieles» eran individuos que habían roto su vínculo con la comunidad: eran «la maldad personificada».
Muchos de estos Yee Naaldlooshii acababan quedándose de forma eterna con la apariencia de un animal o de un ser maligno a medio camino entre lo salvaje y lo humano, y que rondaba los poblados en busca de víctimas. Era seres aterradores que además, tenían la capacidad de controlar la mente de todo aquel que tuviera en frente o que cayera ante su mirada profunda, ígnea y antinatural.
Son seres tabú, que en ocasiones adquieren la forma de un coyote, un lobo, un zorro, el águila, el búho, o un cuervo. No obstante, sus artes recuerdan mucho a la brujería europea, porque además de controlar las voluntades ajenas podían incluso robar nuestra apariencia si así lo desearan.
El único modo de hacer frente a un «skin-walker» es no teniéndole miedo. Se dice, que son seres que se alimentan del terror, y es así como obtienen nuestra energía vital. Así pues, si en alguna ocasión te encontraras por ejemplo a un lobo de mirada extraña y poderosa, plántale cara y desafíalo, demuéstrale que no tiene poder sobre ti, que controlas tu voluntad y que no lo temes.
Solo así, y en caso de ser un «cambia-piel», acabarían auyentándose comprendiendo que no tiene nada que hacer contigo. Los Navajos, además, suelen utilizar diversos amuletos para mantenerlos lejos de los poblados, como por ejemplo huesos humanos lanzados por cerbatanas, o lo que se conoce como «polvo de cadáver», una combinación algo tenebrosa, ya que según cuentan los propios nativos se elaboraría de niños fallecidos de forma natural, de los huesos de sus dedos y de su cráneo.
Los cambiapieles han aparecido reflejados en múltiples películas, videojuegos y series de televisión como «X-Files», «Smallville», «Juego de Tronos» o «Supernatural».