Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, ha anunciado la creación de un nuevo impuesto que afectará a las grandes compañías tecnológicas, Google, Amazon o Apple, entre otras, serán las que tengan que asumir el que se ha denominado ‘tasa Google’ –tras el fiasco de la ‘tasa Google’ sobre agregadores-; una ‘tasa’ ideada con la intención de ayudar a financiar las pensiones. Pensiones que, según el anuncio del Gobierno, subirán este y el próximo año en función del IPC, sin limitarse al 0,25% previsto en los Presupuestos Generales del Estado de 2018.
El nuevo impuesto está planteado para sumir el coste de la subida de las pensiones, de 1.500 millones de euros para este año y 1.800 millones de euros para el próximo año. Cristóbal Montoro anunció que se está planteando, en el Pacto de Toledo, ‘llevar adelante iniciativas de naturaleza europea’. Un impuesto sobre servicios digitales –algunos de ellos-, que de llegar a buen puerto gravará las transacciones electrónicas de las grandes compañías como Google, Amazon, Apple, Facebook y otras similares. Y después de este anuncio, Escolano ha señalado que la intención es que entre en vigor en el año 2019, para lo que es necesario un acuerdo rápido con el resto de grupos políticos.
Una nueva ‘tasa Google’: un impuesto sobre los gigantes tecnológicos para financiar la subida de las pensiones en España
Desde la Comisión Europea ya se había planteado un impuesto sobre las grandes compañías tecnológicas, para ‘compensar’ el beneficio de estas empresas en los resquicios legales de los estados miembros. Bruselas había planteado ya el impuesto para las tecnológicas que facturan por encima de 750 millones de euros. Y la cuantía de la tasa sería variable, entre el 1% y el 7%, aunque todo apunta a que se fijaría en el 3% sobre los ingresos. Con esto, las estimaciones apuntan a 5.000 millones de euros al año en Europa, mientras que España tendría su aportación en aproximadamente 500 millones de euros.
Cristóbal Montoro ha comentado en este anuncio que no es un impuesto sobre los consumidores y usuarios, sino sobre las grandes empresas. Ahora bien, tampoco lo es el canon digital y, son embargo, es a los consumidores a los que finalmente les ha repercutido. Un impuesto de este tipo podría perjudicar al mercado europeo con una reducción del volumen de negocio de las tecnológicas en Europa, o sencillamente con un incremento de precios para el ajuste. Todo depende de la reacción de estas grandes compañías tecnológicas.