Por RT
Los detalles de un mapeo de más de 2.000 kilómetros cuadrados de selva guatemalteca han sido publicados este jueves.
En 2016, científicos y arqueólogos de instituciones estadounidenses, europeas y guatemaltecas descubrieron en la selva del Petén, en el norte de Guatemala, decenas de ciudades antiguas y miles de estructuras pertenecientes a la civilización maya. El descubrimiento fue posible gracias a la nueva y revolucionaria tecnología Lidar, que detecta estructuras arqueológicas mediante la emisión de rayos láser a través de la jungla sin tener que cortar ni un solo árbol.
Las imágenes preliminares se hicieron públicas en febrero y los detalles del estudio han sido publicados este jueves en la revista Science. Tras un mapeo aéreo de más de 2.000 kilómetros cuadrados se identificaron 61.480 estructuras: casas aisladas, palacios, centros ceremoniales, grandes granjas de maíz, fortificaciones defensivas, pirámides y caminos y canales que conectaban ciudades. Algunos de los sitios fueron verificados en el terreno mediante expediciones arqueológicas a finales de 2017.
“Algo previamente inimaginable”
“Visto en su conjunto, las terrazas y canales de riego, embalses, fortificaciones y calzadas revelan una asombrosa cantidad de modificación de la tierra hecha por los mayas en todo su paisaje y en una escala previamente inimaginable”, afirma Francisco Estrada-Belli, de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans, EE.UU.) y coautor del estudio.
Así, las dimensiones de la civilización maya habrían sido muchos mayores de lo que se pensaba hasta ahora; su población se estima en unos 20 millones de personas, una cifra por encima del millón o los dos millones de personas que se creía la formaban hasta la fecha.
El Instituto de Investigación de América Central, de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans, EE.UU.), ha publicado un modelo en 3D de la ciudad maya de Tikal, con datos proporcionados por Lidar. Las imágenes muestran estructuras, canales, terrazas y calzadas. Además, es posible detallar una pirámide de 30 metros de altura que fue descubierta en el centro de la urbe, en lo que se pensaba que era un cerro natural.
Los autores del estudio describen los resultados como una revelación: “Es como ponerse lentes cuando la vista es borrosa”, asegura Mary Jane Acuña, coautora del trabajo y directora del Proyecto Arqueológico El Tintal en Guatemala, citada por The Washington Post.
“Una interpretación totalmente nueva”
La escala del descubrimiento ha obligado a los expertos a replantear lo que se sabía sobre la demografía, la agricultura y la economía de los mayas. En el pasado se argumentaba que esta civilización habitaba en pequeñas ciudades desconectadas entre sí, y sin una aparente relación. Sin embargo, el reciente hallazgo es prueba de que eran capaces de “explotar y manipular” extensamente su entorno y geografía. La agricultura sostuvo a una gran población, que a su vez forjó relaciones en toda la región, explica Acuña.
“Es un tipo de lugar completamente diferente de lo que habíamos imaginado, y requiere una interpretación totalmente nueva”, señaló para Gizmodo Thomas Garrison, participante del estudio y arqueólogo de la Universidad de Ithaca (EE.UU.).