Los gusanos sobrevivieron a su primera misión espacial en un medio líquido.
El resultado, publicado en una de las revistas de la Royal Society (Real Sociedad) británica, indica que se pueden establecer colonias de gusanos en las estaciones espaciales sin necesidad de que los investigadores las cuiden
Estos animales invertebrados les están ayudando a los científicos a entender los efectos de la ingravidez y de los altos niveles de radiación que se experimentan en el espacio.
Las lecciones aprendidas podrían algún día ayudarles a los seres humanos a explorar el sistema solar.
En 2001 Stephen Hawking dijo en una entrevista: «No creo que la raza humana sobreviva a los próximos 1.000 años, a menos que se extienda hacia el espacio. Hay demasiados accidentes que le pueden ocurrir a la vida en un solo planeta. Pero soy optimista. Vamos a llegar a las estrellas».
La ingravidez, el gran desafío
Sin embargo, no es fácil deambular por el espacio. Primero los seres humanos deben aprender a impulsarse al espacio de manera segura y a bajo costo, además de regularmente, y una vez allí deben adaptarse a los altos niveles de radiación y a la ingravidez.
En preparación para un vuelo espacial más largo, los científicos han diseñado protectores para desviar las partículas energéticas perjudiciales, y continúan estudiando los efectos dañinos de la ingravidez en los astronautas.
Los estudios sobre la gravedad se han centrado principalmente en un grupo de músculos -conocidos como músculos antigravedad- que parecen deteriorarse sin la fuerza gravitacional de la Tierra. Sin embargo, hay cierta evidencia de que existe un debilitamiento en todos los músculos de los astronautas, incluido el corazón.
La falta de gravedad no sólo hace que los animales usen menos sus músculos, sino que también provoca cambios en las reacciones químicas dentro de las células musculares, explica Nathaniel Szewczyk, de la Universidad de Nottingham, autor principal del nuevo estudio, publicado en la revista de la Royal Society Interface.
Szewczyk y su equipo observaron los efectos de la ingravidez en los músculos de la especie de gusanos Caenorhabditis elegans, muy estudiada por la ciencia.
Estos animales multicelulares comparten muchos genes con los humanos y por lo tanto pueden serles de ayuda a los científicos para medir el impacto a largo plazo de los vuelos espaciales profundos sobre la vida humana.
La reciente misión observó cómo los gusanos regresaron a la Tierra en el transbordador espacial Discovery después de seis meses en órbita.
Fue el tiempo más largo en que los gusanos hayan sobrevivido, según el científico.
Almuerzo en el líquido
Esto fue posible gracias a que el equipo internacional implementó un sistema automático que les daba alimentos frescos todos los meses a los gusanos, filmando el progreso.
La técnica debía servir para establecer que los gusanos se mantienen igual de bien en estado líquido como lo hacen en las típicas placas de agar, herramienta de cultivo para estudiarlos.
Szewczyk explica que «como hemos tenido la mala experiencia con la misión STS-107 (la fallida misión del transbordador espacial Columbia, que se desintegró en su regreso a la tierra en febrero de 2003) que por supuesto se rompió, estamos dispuestos [a] no depender de que los gusanos puedan regresar».
De esta manera, los investigadores pueden obtener datos sobre los gusanos desde el espacio, y automatizar el cultivo del gusano también supone menos trabajo.
Szewczyk, al igual que todos los científicos del Reino Unido, depende de la colaboración con los programas espaciales internacionales para llevar animales al espacio.
Sin embargo, el Reino Unido considera la posibilidad de participar en el Programa Europeo para la Vida y Ciencias Físicas (Elips), una iniciativa de la Agencia Espacial Europea que les daría a los científicos británicos un acceso más directo a la estación espacial. La decisión se tomará el próximo año.
Jennifer Carpenter
BBC Mundo
http://innovacionespacial.blogspot.com/2011/12/el-exito-de-una-mision-espacial-de.html