EL TESORO DEL CATARO

La colección otros Mundos de Plaza y Janés, significó un antes y un después en la divulgación de las tesis alternativas.

Buena parte de estos libros no se han digitalizado, y poco a poco van desapareciendo de Las Bibliotecas al no ser demandados por desconocimiento de los lectores.

Sin duda una colección imprescindible para comprender la evolución histórica de nosotros mismos, de buscar respuestas a esas preguntas que el día a día se empeña en ocultarnos.

maestroviejo

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El libro El tesoro Cataro fue escrito por el autor Gerard de Sede en el año 1967 con el titulo original «LE TRESOR CATHARE» (© René Julliard, 1967) que se publico en la colección otros mundos con una traducción por GUILLERMO LLEDO.
Del oro de Delfos a las ruinas de Montségur; la sangrienta cruzada contra una herejía que aún subsiste. Por qué cantaban en «lengua secreta» los trovadores medievales? Edición ilustrada.

El tesoro Cataro

En el siglo in de nuestra Era, en Babilonia, en esa región entre el Tigris y el Éufrates donde las leyendas sitúan el Edén, nace una nueva religión que, a pesar de persecuciones de todo género, vivirá diez siglos y conocerá una prodigiosa expansión que llevará desde las orillas del mar de China a las del Atlántico: el maniqueísmo, del nombre de su fundador Mani, llamado también Manes o Maniqueo.

Mani nació en Abrurnia en el año 527 de la Era seléucida, el octavo día de una segunda luna; es decir, si hemos de creer a los eruditos que han tenido la laudable paciencia de efectuar el cálculo, el 14 de abril de 216. Era persa por su madre Mariam, emparentada con la dinastía reinante de los Arsácidas, de lo cual se nos dice proviene el sobrenombre de «hijo del rey» que habían de otorgarle sus discípulos.

Su nacimiento tuvo algo de prodigioso, puesto que había sido anunciado a Mariam por un ángel, cosa que no debió de hacer más que aumentar el despecho de la noble dama cuando ésta dio a luz un hijo con defecto físico, pues Mani tenía torcida la pierna derecha y quedó cojo para siempre. Como todos los habitantes del país en aquella época, Mariam y su esposo Patek eran parsis, es decir adeptos de la religión de Zoroastro, y en ella educaron al muchacho.

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