El sonido del caos, el sonido del silencio

musica-fractal

Un conjuro, mantra o encanto siempre debe ser recitado o cantado en forma de fractal,. Pitágoras ya encontró que las consonancias entre los sonidos estaban asociados a proporciones simples entre sus frecuencias.

Al igual que los gráficos fractalesla música fractal se basa en la repetición de patrones de sonidos a diferentes escalas. Originalmente se escuchaba como simples sonidos repetidos, pero ha ido evolucionando hasta llegar a ser verdaderamente hermosa.

john cage, paris 1981

John Cage y los sonidos del silencio

La música suele relacionarse con la audición de la llamada música clásica culta o la diversidad de los estilos musicales. Pero la música es esencialmente combinación de sonidos.

La capacidad de distinguir patrones en la vida cotidiana no sólo es una habilidad esencial para la supervivencia desde la época de las cavernas, sino que también es un aspecto importante de la creatividad y el trabajo artístico y por supuesto mágico La ubicuidad de la música y la ubicuidad de los fractales tiene el mismo origen. Hay un misterio en la música. Y pareciera que la geometría fractal es el lenguaje natural para expresar este misterio.

Cada sonido que espontáneamente nace en las corrientes vibratorias de la naturaleza o en la vida urbana es parte de una música generalmente no percibida. Para transmitir ese estado de percepción, Cage apeló a nuevas formas de composición nutridas por el azar y la espontaneidad, o la inclusión de la presencia del silencio.

El silencio tiene su razón de ser como parte del sonido y el ruido. Lo uno le da sentido a lo otro, como lo malo se lo da a lo bueno. Sin la existencia del silencio la música sería un estado acústico perpetuo en el que las vibraciones se producirían sin descanso, un flujo de ondas que terminaría por pasar desapercibido o convertirse en un infierno sonoro. La creencia popular afirma que el sonido está formado por ondas, y el silencio por la ausencia de éstas. Sin embargo, aunque es fácil crear una situación donde exista el sonido de manera patente, no ocurre lo mismo con el silencio.

Ni estando en un cuarto aislado ni quedándonos estáticos podemos lograr que haya un silencio total; el latido del corazón, el sonido de nuestra respiración o el simple andar del viento lo impiden. Esto fue parte del análisis del compositor y músico John Cage (1912-1992), quien con sus reflexiones  hechas a partir de su visita en 1952 a una acústica anecoica, en la Universidad de Harvard, hizo que la concepción del silencio tornara en otro sentido. Su experiencia al permanecer dentro de dicha cápsula, se dio cuando al tratar de lograr un momento de silencio absoluto, seguía percibiendo dos ruidos, uno agudo y otro grave: su sistema nervioso en funcionamiento y su sangre circulando.

 “todas y cada una de las cosas en el tiempo y el espacio tienen relación con todas las demás cosas en el tiempo y el espacio” (Cage, op. cit., p.47)

Cage descubrió que siempre hay sonidos y nunca existe el silencio total. Este descubrimiento llamado “silencio más que sonido” fue derivado de sus estudios en filosofía Zen, la cual influyó siempre en su obra musical. La idea de continuidad y no-continuidad introdujeron el concepto de silencio como un elemento más en la música, reducida a la idea de un hecho acústico abandonado a la intención de oír.

Cage descubrió que el azar era una fuerza tan importante en la conformación de una composición musical como lo es la voluntad del artista, y en todas sus composiciones permitió que el azar desempeñe un papel protagónico. Si bien cada pieza posee una estructura compuesta básica, el efecto del conjunto varia con cada ejecución ya que factores relacionados con el Medio Ambiente, como ser el recinto donde se la toca y la audiencia afectan directamente los sonidos que se producen. Este concepto dio lugar a un movimiento denominado Environment.

En 1962, a raíz de un concierto en Düsseldorf, donde Naum Jun Paik tocaba piezas de John Cage,  el artista y chaman Joseph Beauys capto la clave de  los 4′ 33» (que se pronuncia “cuarto minutos y treinta tres segundos”),  de Silencio, la pieza más radical del compositor John Cage. Era la misteriosa  música fractal: el sonido del caos, el sonido del silencio

En 1952, al ver las Pinturas Blancas de Rauschenberg, Cage publicó 4`33“, también conocida como la “pieza silenciosa”.

Según Cage, “el propósito se cumple si la gente aprende a escuchar”. No pretende que escuchemos el silencio por 4 minutos 33 segundos, sino, que escuchemos el ruido del mundo, el ruido de la vida, por ese largo de tiempo.

La primera vez que esta obra se interpretó fue en Woodstock, New York, en una colonia de artistas. El lugar; Maverick Concert Hall, un caserón rústico construido a mano. David Tudor, el intérprete, se sienta frente al piano y coloca un cronómetro, cierra la tapa del piano, no se mueve por 30 segundos. Luego abre la tapa, la cierra y no se mueve por 2′ 23». El viento entra por la puerta abierta del salón y la suave lluvia tintinea en el techo. Abre la tapa del piano, la vuelve a cerrar y no se mueve por 1′ 40». El público comienza a susurrar y a moverse, incómodos en sus asientos. Tudor se para y deja el escenario. La obra ha finalizado. Los sonidos entraron sin previo juicio, la vida se manifestó libremente. El ritual de creación había finalizado. Era una muestra  del poder de la Magia Cosmica del Caos. Y vaya caos genero en la critica y la opinión pública. ¿Tomadura de pelo o arte?¿ Magufada o Magia?

Filosóficamente, la Magia Cosmica del Caos  tiene un parecido al Taoísmo, salvo la actitud del taoísta de tranquilidad y pasividad. El éxito depende de la aniquilacion del ego, por tanto hay mucho en común con el Nagarjuna budista, escuela Madhyamaka, y quizás incluso más con la escuela de Nyingmapa del Budismo tibetano. Un examen de los rituales Chod del Budismo tibetano rendirá valiosas pistas acerca de la formulación de ritos del Caos eficaces.

Superar el Ego

A mediados de los años ’40, John Cage se sentía absolutamente incomprendido como compositor. Percibía que la escena musical estaba convertida en una Torre de Babel; cada artista pretendía expresarse y comunicar, pero finalmente nadie se entendía con nadie. El pensamiento oriental, vino a Cage como una necesidad para sobrepasar sus obstáculos personales y profesionales.

Cage se comienza a cuestionar la idea occidental del arte como expresión interior, como la labor de un genio que busca representarse en su obra maestra. Comenzó a estudiar las concepciones orientales sobre la naturaleza del ego y su ilusión separatista. Nuestro ego fabrica una cáscara que se constituye de nuestros gustos y disgustos, de nuestra memoria y de nuestros miedos. Pero ésta no es sólida ni substancial, su carácter es ilusorio. Todo es Uno y Uno es Todo

Con esto, John Cage deja de creer en el arte como expresión del ego «It’s for that reason that I have said that instead of self-expression, I’m involved in self-alteration.» Y precisamente, en 4′ 33» Cage evita introducir el peso de su ego, él no toma ninguna decisión con respecto a los sonidos que le gustan y los que no, respecto a lo que podría considerar bello o feo. Su ego se silencia, abriendo el paso para que el resto del mundo fluya a través de su obra.

…A veces, Cage enumeraba las posibilidades que planteaba una situación de composición, y dejaba que el azar decidiera cuál sería la que se elegiría al ejecutar. Otra veces escogía notas mediante el siguiente procedimiento: primero marcaba las diferentes imperfecciones que podían percibirse en una hoja de papel (agujeros, manchas, decoloraciones, etc.) después colocaba una hoja trasparente encima de la que había marcado, sobre la que calcaba las marcas. Por último, estas marcas eran trasladas a un pentagrama, y se transformaban en las notas de su composición.

 A veces emplea un complicado procedimiento que consiste en tirar los dados y revolear monedas, extraído del I ching, o Libro de los Cambios, uno de los escritos más antiguos de filosofía china.

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La adivinación del I Ching requiere obtener un hexagrama por generación al azar para después leer un capítulo asociado con ese hexagrama.

 En 4′ 33» John Cage permite que el caos, la indeterminación del universo entre en su obra. Las posibilidades de sonidos son infinitas y serán distintos en cada lugar y en cada tiempo en que se interprete. Nunca una pieza será igual a la otra.

Dos años antes de esta pieza, John Cage descubrió el I Chingel antiquísimo método de adivinación chino. Fue una herramienta que revolucionó su obra y que usó incluso en su vida personal. Cage alucinó con este método que representaba una respuesta a sus dudas sobre la validez de la expresión personal en el arte. Con el I Ching hacía preguntas en vez de tomar decisiones. Podía silenciar a su ego y dejar que el universo decidiera.

En 1940 Cage asistió a las conferencias sobre religión oriental que D. T. Suzuki dictaba en la Universidad de Columbia; desde entonces se considera un devoto del budismo zen (recuerda que cuando le contó a su madre que había recibido una invitación para dictar clases en la Universidad Wesleyiana -una institución metodista. Ella le contestó, “¡ pero esa gente no sabe que tú eres budista zen!”. Una de las postulaciones del zen que Cage encuentra totalmente acorde con sus propias ideas es que debemos aceptar la totalidad de nuestra realidad perceptual: la música que nos rodea todo el tiempo, por ejemplo. “Abrimos nuestros ojos y oídos cada día para contemplar la vida, en toda su hermosura”.

Jonh Cage era un maestro Zen. A través de sus estudios de filosofía india y budismo zen a finales de los años 1940, Cage llegó a la idea de la música aleatoria o música controlada por azar, que comenzó a componer en 1951. Toda la música de Cage desde 1951 fue compuesta utilizando procedimientos de azar, habitualmente el I Ching. Los estudios de Cage son extremadamente difíciles de interpretar. El I Ching, un antiguo texto chino clásico sobre eventos cambiantes, se convirtió en la herramienta compositiva habitual de Cage durante el resto de su vida.

Pero con el tiempo John Cage descubre y entiende la indeterminación, un concepto mucho más amplio que se abre a las eternas posibilidades de este universo en constante cambio. El cambio, según el pensamiento Budista, es la única ley que gobierna nuestro mundo fenomenológico, constituido de un baile incesante de vida y muerte. La realidad es indeterminada. Cage se excusaba: lo suyo, definitivamente, no era la armonía y el contrapunto, la dimensión vertical de la música, sino la horízontalidad, el tiempo. La musica de Cage  componia  el tiempo.

 En 1937 también escribió su pavorosamente profética especulación:

“Creo que el uso de ruidos en la composición musical irá en aumento hasta que lleguemos a una música producida mediante instrumentos eléctricos, que pondrá a la disposición de la música cualquier sonido y todos los sonidos que el oído pueda percibir. Se exploran los medios fotoeléctricos, el filme y diversas mecanismos para la producción de música”.

En su libro “Silence” (1961), Cage escribe:

“Nuestra intención debe ser afirmar esta vida, no traer el orden fuera del caos, o sugerir mejoras en la manera de hacer una composición, sino simplemente despertarnos a la vida misma que estamos viviendo. Esto es muy placentero una vez que nuestra mente y nuestros deseos estan fuera del camino, y dejan actuar a la vida libremente”.

El acto artistico de John Cage equivale al efecto de un koan budista Zen en la mente discursiva, es una indicación de lo que un Mago Cósmico busca a través del Caos, el vacio. Un buen maestro Zen, por tanto, sabe generar el caos en el mundo del alumno, para que por necesidad tenga que reorganizarlo y fruto de esa nueva reorganización crea otra visión del mundo muy diferente de la que tenía, mucho más evolucionada, y en la que perfectamente encajan las enseñanzas del maestro. Y por eso las primeras lecciones de estos maestros son tan extrañas y carentes de sentido; pues con ello no pretenden enseñar sino más bien todo lo contrario, derribar tus cuestionamientos y vaciar tú mente para poder llenarla de algo diferente.

 Casi todas las obras de Cage desde 4’33” han sido compuestas del tal manera que incluyen sonidos no-intencionales, aquellos que se “encuentran” en el campo auditivo del oyente; pero el último significado de 4’33” es que en el arte todo es posible, incluyendo (y aquí es donde se da el salto revolucionario) la nada. “No tengo nada que decir, y lo estoy diciendo, y eso es poesía”.

Parte de la razón de esta actitud tan abierta y perceptiva tiene que ver con una gran confianza que tiene Cage hacia la naturaleza, pues cree que solo bastaría con dejarla actuar para que el equilibrio perdido por la injerencia del hombre sobre ella fuera reestablecido. Esta idea la expresa de la siguiente manera:

“La musica nunca ha existido como una entidad separada excepto en la imaginación de los músicos profesionales. Siempre se ha abierto a la naturaleza, incluso cuando ha sido estructurada en la dirección opuesta. El problema consistía en que la gente ponía toda su atencion en su construcción. Hoy dia podemos diversificar nuestra atención, y la construcción ya no esconde la ecología”. Debido a esta actitud, se ha dicho que la obra de Cage es una especie de “música ecológica”.

Es claro que éste compositor tiene una clara preocupacion por un mundo enajenado en el que un gran número de seres humanos (sobre todo los que viven en la grandes urbes) estan cada vez mas alienados y no son capaces de abrir sus sentidos y percibir el mundo en el que viven. Para lograr adoptar esta actitud es necesario el poder del olvido:

….Si no tuvieramos este poder, estaríamos sumergidos y ahogados bajo aquellas avalanchas de objetos rigurosamente identicos. No debe haber costumbre y habito en un mundo en proceso de devenir. La función del arte en el presente es preservarnos de todas las minimizaciones lógicas que estamos tentados en aplicar al flujo de eventos cotideanos. De acercarnos al proceso que es el mundo en que vivimos”.

Podemos ver entonces que para Cage el mundo y la realidad no son un objeto sino un proceso. Esta idea tan importante la va a articular a partir del pensamiento del Budismo Zen, en el que sólo el presente es importante (en esta filosofía oriental, pasado presente y futro existen en un mismo tiempo ya que la vida se encuentra en un constante devenir).

Lo que fue considerado como simple provocación era en realidad una profunda reflexión sobre el mundo de los sonidos. Para algunos sólo es  una mala broma. Para otros, una obra de arte del siglo XX. Para quienes conectamos con la magia del cosmos 4′ 33» es  son destellos del Nirvana. El arte de John Cage se convierte en una experiencia que te transforma, que te altera y te acerca al entendimiento, a la iluminación que él tanto buscó.


John Milton Cage Jr. (Los Ángeles, 5 de septiembre de 1912 – Nueva York, 12 de agosto de 1992) fue un compositor, instrumentista, filósofo, teórico musical, poeta, artista, pintor, aficionado a la micología y recolector de setas estadounidense. Pionero de la música aleatoria, de la música electrónica y del uso no estándar de instrumentos musicales, Cage fue una de las figuras principales del avant garde de posguerra. Los críticos le han aplaudido como uno de los compositores estadounidenses más influyentes del siglo XX.  s. Usó asimismo distorsiones para sus instrumentos e inventó el piano preparado, al cual le insertó en el encordado una serie de elementos que dotaban al instrumento de un amplio abanico de nuevas de posibilidades sonoras. Posiblemente la composición más innovadora de entre las que compuso para este novedoso piano fuSonatas and Interludes (1946-1948). Fue decisivo en el desarrollo de la danza moderna, principalmente a través de su asociación con el coreógrafo Merce Cunningham, quien fue su compañero sentimental la mayor parte de su vida.

Además de las citadas, entre sus piezas, cabe destacar Amores (1943), Music of Changes (1951) o Theatre Piece (1960) y, entre sus libros, Silence (1961), Empty Words (1979) o X (1983). También compuso obras destinadas a la danza para el coreógrafo estadounidense Merce Cunningham y, en 1989, fue galardonado con el Premio Kyoto otorgado por la Fundación Inamori.

 En este aspecto, John Cage es un artista inclasificable, y de esto da cuenta el libro Ritmo Etc. (editorial Interzona) compilado y traducido por Matías Battistón, quien presenta a Cage como “una de esas personas para quienes la manera más sencilla y natural de abordar una disciplina es revolucionarla”.

La actual eminencia de Cage emana menos de sus obras artísticas, que aun sus seguidores más devotos a veces encuentran cansadoras, que del impacto de la convicción de sus ideas y de la amistad que cultiva con centenares de actores, músicos, artistas, pintores y escultores, directores de teatro, críticos y coreógrafos. No hay otra figura en el arte norteamericano que haya tenido una influencia mayor sobre tantas mentes creativas del más alto nivel.

Al final  Cage se convirtio en devoto seguidor y propagandista de una forma muy excéntrica de pensamiento social revolucionario. Durante mucho tiempo fue anarquista, en el sentido más estricto del término.. En general la idea de Cage consiste en esperar el momento en que la tecnología logre un sistema social de incontrolada abundancia, el cual proporcionará a todos los ciudadanos de los Estados Unidos, un ingreso anual garantido, fueren estos capaces o no de trabajar. Tal revolución económica, es su convicción, requerirá otras revoluciones paralelas, en el orden social y psicológico, convirtiendo el juego, antes que el trabajo, en el motivo dominante de toda la actividad humana. Por eso considera que la composición indeterminada o al azar, o las happenings, que se acercaran más a la actitud del juego inspirado que a la del trabajo, son heraldos de una nueva era.

John Cage  vivió el centro de un cambio que surgió como expresión escandalosa de una generación que pretendía recartografiar el mundo y sus fronteras. Hicieron magia cósmica de la naturaleza para lograrlo como Joseph Beauys. Otros utilizaron magia sobrenatural y dinero, mucho dinero, para que esta revolución fracasara

Aun hoy,  los teóricos se preguntan qué pudo pasar y en qué estado se encontraba la sociedad, pues los planteamientos de Cage irrumpieron con la fuerza suficiente como para mover los pilares de un sistema con más de un milenio de antigüedad.

John Cage pasó por este mundo dejando un enorme legado para la humanidad


FUENTES:

https://santuariodelalba.wordpress.com/2019/12/05/john-cage-sonido-y-silencio/

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