Por RT
Al Departamento de Defensa de EE.UU. le preocupa que algunas compañías privadas puedan utilizar la información genética de su personal para “fines cuestionables”.
El Pentágono ha dado instrucciones a los miembros del Ejército estadounidense para que eviten someterse a exámenes genéticos directos al consumidor, como kits de prueba de ADN de uso casero, alegando que los datos genéticos recopilados por parte de las compañías privadas podrían ser explotados “para fines cuestionables”.
Según se desprende de un memorando firmado por el subsecretario de Defensa de Inteligencia, Joseph D. Kernan, y obtenido por Yahoo News, “exponer información genética sensible a terceras partes plantea riesgos personales y operativos para los miembros del Servicio”.
Según el portal, este memorando, fechado el 20 de diciembre, supuestamente habría sido distribuido dentro del Departamento de Defensa.
“La comunidad científica expresa la creciente preocupación de que partes externas están explotando el uso de datos genéticos con fines cuestionables, incluida la vigilancia masiva y la capacidad de rastrear a las personas sin su autorización o conocimiento”, se subraya en el texto.
Se destaca asimismo que algunas compañías privadas que venden kits de ADN caseros ofrecen al personal militar descuentos especiales.
¿De qué tienen miedo exactamente?
La jefatura de la inteligencia estadounidense, sin embargo, no precisa cómo exactamente podría la información genética de sus militares crear riesgos adicionales en materia de seguridad.
Según Erin Murphy, profesora de la Escuela de Derecho de la Universidad de Nueva York citada por el medio, al Pentágono podría preocuparle, por ejemplo, el hecho de que, gracias a estos bancos comerciales de datos genéticos, gobiernos extranjeros que tengan sospechas sobre presuntos espías que operan en sus territorios puedan desenmascararlos sin demasiado esfuerzo.
Entre los vendedores más populares de kits de ADN caseros figuran las compañías privadas estadounidenses 23andMe y Ancestry, con aproximadamente 10 millones y 15 millones de clientes, respectivamente.
Según estimaciones de MIT Technology Review, revista del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EE.UU.), para enero de 2019 más de 26 millones de consumidores habían utilizado kits de pruebas de ADN de los cuatro principales proveedores, incluidos Ancestry y 23andMe.